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Mauricio Macri en exclusiva para EL LIBERAL | Una tarea impostergable

06/10/2018 23:11 Política
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Mauricio Macri en exclusiva para EL LIBERAL | Una tarea impostergable Mauricio Macri en exclusiva para EL LIBERAL | Una tarea impostergable

Pilotean aviones,

apagan

incendios,

enseñan y

aprenden,

construyen, diseñan, proponen

leyes, dirigen orquestas,

combaten el narcotráfico, crean

vacunas, gobiernan, lideran,

emprenden, salvan vidas. Y a

ellas todo les cuesta el doble

porque se las mide con una vara

más alta. No es justo que ganen

menos. No es justo que caminen

por la calle con miedo. No es

justo que sólo ellas tengan que

ocuparse de las tareas del hogar

o de la crianza de los hijos,

ni que les cueste más llegar a

determinados lugares.

Hoy el mundo entero

atraviesa una revolución, y

la recibimos con los brazos

abiertos: ya era hora de que

nos uniéramos para que todos,

mujeres y hombres, tengamos

las mismas oportunidades a la

hora de desarrollar un proyecto

de vida.

En nuestro país, todavía hay

más mujeres desempleadas

que hombres en esa situación.

También son más las que tienen

un empleo informal y las que

dedican el doble de tiempo a

trabajos no remunerados, lo que

limita sus posibilidades de acceder

a un trabajo que sea fuente de

esperanza y futuro.

Las mujeres

están menos representadas en

los espacios de decisión y aún

existe la idea de que hay trabajos

que son “más para varones que

para mujeres”, un pensamiento

equivocado y antiguo.

Por todo esto, necesitamos

avanzar hacia un profundo

cambio cultural. Y tenemos

que hacerlo juntos.

Cada mujer

que por falta de oportunidades

no logra alcanzar su potencial,

es una pérdida para todos:

nos perdemos su talento,

su capacidad, su visión, su

creatividad y la oportunidad de

ser un país más justo, plural e

igualitario.

Esa es la Argentina

que queremos, ese es el país

que me comprometí a construir

junto a cada uno de ustedes.

Para hacerlo, era necesario

pasar de los discursos a los

hechos e impulsar políticas

concretas que nos permitieran

avanzar hacia la igualdad.

Así lo

entendimos desde el primer día

y, a meses de asumir, pusimos

en marcha el Plan de Primera

Infancia, que les da a las mamás

la oportunidad de salir a trabajar

o a estudiar sabiendo que sus

hijos están en buenas manos.

También impulsamos el Plan

Nacional de Prevención del

Embarazo no Intencional en la

Adolescencia, para que jóvenes

de todo el país reciban educación

sexual y tengan acceso a métodos

anticonceptivos para poder elegir

cómo y cuándo ser padres, si

desean serlo.

En marzo enviamos al

Congreso un proyecto de Ley de

Equidad de género e igualdad de

oportunidades en el trabajo, que

promueve, entre otros temas,

la ampliación de licencias

por fertilización asistida, por

adopción y por paternidad,

fundamental para avanzar

hacia una crianza realmente

compartida.

Y esta semana no solo se

reglamentó la Ley Brisa, que

repara económicamente a los

hijos de víctimas de femicidio,

sino que también estuve en el

W20, el grupo de afi nidad del

G20 que impulsa el desarrollo

económico de la mujer en todo

el mundo.

Trabajar sobre cada uno de

estos temas es ir a la raíz de una

de las injusticias más urgentes

y dolorosas: la violencia de

género.

Porque una mujer

informada y empoderada,

una mujer que tiene

herramientas, es mucho más

fuerte y autónoma, y tiene más

posibilidades a la hora de salir

de una situación peligrosa.

Hace más de dos años

pusimos en marcha el Plan

de Acción para la Prevención,

Asistencia y Erradicación de la

Violencia contra las Mujeres,

un programa con el que

acompañamos a las mujeres que

no pueden esperar.

Ampliamos

la capacidad de atención de

la línea 144, abrimos más

hogares y, entre otras cosas,

implementamos el Sistema

Nacional de Estadísticas

sobre Violencia contra las

Mujeres. Porque, en nuestro

país, también sobre este tema

faltaban estadísticas; también

sobre este tema se ocultaba la

verdad.

Pero además de ocuparnos de

la urgencia, necesitamos atacar el

problema de raíz y evitar la violencia

en el futuro. Eso empieza en casa, con

la educación que le damos a nuestros

hijos, animándonos a cuestionar lo

que parece obvio por el sólo hecho de

que siempre fue así.

Estamos viviendo

un cambio profundo y cada uno de

nosotros tiene la oportunidad de

hacer su parte para nunca más caer en

los prejuicios, para nunca más crear

desigualdad, para nunca más tener

que lamentar una víctima de violencia

de género.

La buena noticia es que, en la

Argentina y en el mundo, estos

prejuicios son cada vez más

rechazados. Lo veo en mis hijos

y en los jóvenes que trabajan

en los equipos de gobierno, que

nos ayudan a los más grandes

a entender que todo está

cambiando, que los estereotipos

no sólo nos limitan, sino que

también nos hacen daño.

Pasamos de un mundo que

limitaba a las mujeres a un

puñado de puestos mal pagos

a mujeres líderes en todos los

sectores, desde los deportes

hasta la ciencia, desde el arte

hasta la Corte Suprema, en el

sector privado y en el público.

Avanzamos mucho, pero todavía

falta mucho más.

Estamos frente a la

oportunidad de escribir una

nueva página, de dar un salto

hacia el futuro y de iniciar juntos

un cambio de época. Depende

de cada uno de nosotros avanzar

en esta tarea impostergable.

Hoy está claro que la única

manera de alcanzar un

desarrollo realmente inclusivo

es eliminando las disparidades,

todas las disparidades: las

basadas en género, las laborales,

las digitales y las financieras. Ya

es hora.

Lo que debes saber
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