Alfredo Gath y Lorenzo Chavez, los hombres que inventaron la navidad en la Argentina (segunda parte) Alfredo Gath y Lorenzo Chavez, los hombres que inventaron la navidad en la Argentina (segunda parte)
vestimenta roja episcopal se convirtió en una suerte de
bata, su mitra en un sombrero con pompón, su entrada
actual por la chimenea en un homenaje a la acción benéfica
del obispo, y sobre todo la memoria de su nombre:
San Nicolás, Santa Claus, Papa Noel, es hoy la más
importante representación de la Navidad en la esfera
civil, y comenzó en la Argentina en las tiendas “Gath
y Chaves”, en convivencia amable con los magos de
Oriente.
En la década de 1920, compran el edificio ubicado
frente a su casa central e inauguran un anexo de ropa
de dama. Ambas construcciones se comunicaban por
túneles, donde algunos empleados de una radio que se
instaló en el edificio anexo luego del cierre de la tienda,
afirmaron haberse topado con el fantasma de don
Alfredo. Llama la atención que algunos de los que lo
reconocieron no sabían que allí había estado la tienda.
Tal vez su espíritu emprendedor quisiera darles algún
mensaje desde el más allá, que los empleados de la
emisora que noche a noche escuchaban extraños ruidos
y veían fugaces apariciones no pudieron develar.
La tienda fue innovadora en muchos sentidos: contaba
con una serie de ventajas para los empleados (que
llegaron a ser más de seis mil entre vendedores, talleristas
y obreros), capacitación y entrenamiento, elegantes
uniformes y hasta clubes de deportes para las
familias. La atención para con los clientes era personalizada
y el objetivo del vendedor no era sólo vender, sino
estar siempre un paso adelante en cuanto a tendencias
y novedades locales o importadas. Fueron de los
primeros en implementar el sistema de envío a domicilio
a todo el país, en carros y triciclos primero y luego
en camionetas. Fue precursora también en vender
marcas propias y en hacer campañas de publicidad.
En sus distintas sucursales, que llegaron a ser veinte,
se grabaron varias películas argentinas, entre ellas
La vendedora de fantasías (Daniel Tinayre, 1950), con
Mirtha Legrand y Alberto Closas. A diferencia de los
actuales “shoppings”, no tenía locales. También brindaban
servicios como peluquería y lustrado de zapatos,
es decir, servicios vinculados con la estética y el
cuidado personal. Tuvo sucursales en Rosario, en Córdoba
y así a lo ancho y a lo largo del país. Incluso en
Montevideo y en Santiago de Chile. También llegó a
abrirse una oficina de compras en Paris.
Los paseos a “Gath & Chaves” se fueron convirtiendo
en todo un clásico. Gath & Chávez cerró definitivamente
en el centro porteño en 1974 y poco después
procedió de manera similar con sus sucursales del resto
del país.
Hay otra historia de los socios fundadores de Gath
y Chaves. Ambos fueron sepultados a su muerte en
el cementerio porteño de la Recoleta, pero a don Alfredo
lo persiguió muchos años su obsesión por los enterramientos
prematuros. Pero esa es otra historia, y en
estos tiempos navideños, el recuerdo de los hombres
que fundaron la tradición comercial de la Navidad en
el país
Que la llegada del Buen Dios en ese Niño de Belén
acompañe a los lectores de “EL LIBERAL”, a sus familias,
y que podamos todos agradecer todo lo bueno recibido.
¡Feliz Navidad!