Alertan sobre el "phubbing", un virus moderno que está dañando las relaciones cara a cara

¿Qué pasa por cada cerebro emocional cuando alguien con el que se habla cara a cara desvía la atención hacia el teléfono celular y se pone a responder mensajes o revisar sus redes sociales? Es una situación que, por frecuente, es aceptada como normal en las relaciones, cualesquiera sean.

Pero además de poder ser interpretadas las interrupciones en cualquier relación personal, íntima, familiar, laboral, social y hasta circunstancial como una desconsideración o falta de respeto, aunque toleradas, conllevan graves implicaciones, inclusive reñidas con la salud mental.

"Se habla de phubbing como un virus moderno que podría afectar a las relaciones entre las personas. Es un término nuevo que aparece afectando la comunicación del cara a cara, y que tendría una importancia relevante, puesto que podría poner en riesgo la relación cuando se ignora a una persona poniendo la atención sobre el teléfono celular", analiza la licenciada en sociología Rosa Isabel Pesce.

La profesional va más allá al considerar que "se podría pensar que a través del phubbing se estaría en presencia de una adicción y esa es la pregunta en torno de este aparente virus moderno".

Lamentó que esta situación se dé cuando "uno ignora lo que sucede en el entorno, en la presencia física, y pone atención a la tecnología más que a la relación cara a cara", y relacionó la situación con la "nomofobia, que es el miedo o temor a estar sin el teléfono celular o a tenerlo cerca".

"El phubbing está asociado al daño que se podría generar en un vínculo de pareja, de amistad o familiar, y el celular podría estar visto como un anexo del cuerpo, que la persona lo necesita para poder funcionar, y ahí es donde nos atraviesa la pregunta de si se genera un nivel de dependencia o no", puntualizó.

La licenciada Pesce no desconoce la importancia del uso del celular, aunque advirtió que "habría que contextualizar cuáles son los momentos en los que el celular podría ser necesario", e insistió que "en los encuentros cara a cara, sería conveniente apagarlos o silenciarlos", ya que "podría generar alguna incomodidad y hasta subjetivarse una dosis de desprecio, desatención e indiferencia".

Afecta al 90% de habitantes del país

Este fenómeno involucra al 90% de habitantes de Argentina que usan telefonía celular, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). U na evaluación efectuada en 2016 ya pronosticaba que la forma de relacionarnos los unos con los otros se encontraba en un proceso de cambio constante a nivel planeta, donde conviven nada menos que 3.790 millones de usuarios de smartphone. En cuanto al uso social del teléfono, un 42% accedía en el momento del estudio a redes de manera habitual, con el objeto de relacionarse con otros. Las excepciones se dan, por ejemplo, en algunos organismos públicos, bancos y salas de conferencias y conciertos, en los que la concentración de las audiencias impone la prohibición de mantenerlos encendidos.