Subsiste la sed de venganza y la incitación al desquite a través de Whatsapp

La policía trabaja con gente de civil, fortalecida por informantes dispersos.

Según la investigación, desde el 30 de diciembre que los "dealers" se desafían a resolver sus problemas personales, ovbio a los tiros, lo hacen a través de mensajes por Whatsapp y Facebook.

Desde esa tirantez, la policía vigila las siempre calientes calles Lavalle, San Luis, Granadero Saavedra y pasaje 128.

En esas áreas habría al menos seis "búnkers" de drogas, harto frecuentados por consumidores: empleados públicos, jóvenes en motociclistas, automovilistas, chicas de la noche, remiseros y travestis.

Cuevas-fachadas

Carros y ventas de ripio; supuestas lomiterías las 24 horas, y casas con vendedores de no más de diez años.

Son familias que convirtieron la venta de drogas en su única fuente de ingreso, sin importar que en el proceso sus protagonistas se hubieran casado, o bien traído hijos al mundo.

Caídas

Desde los ‘90, la Comisaría Tercera se cansó de realizar allanamientos y detenido a dos o tres generaciones con el mismo apellido.

Así, en el día a día muchos de estos sujetos transitan por las calles con drogas en sus manos, alardeando y sintiéndose intocables en la cuadra.

Ahora, la Fiscalía planifica empezar a terminar con este negocio. La empresa es ambiciosa y arrancó apuntándole a las cabezas del "negocio".