José Antonio Álvarez de Condarco: los ojos y la memoria de la revolución americana José Antonio Álvarez de Condarco: los ojos y la memoria de la revolución americana
Pocos casos de
injusticia histórica
son tan
flagrantes como
el cometido
contra la figura
legendaria
de José Antonio
álvarez de
Condarco. Sin
su exper iencia,
sin su trabajo,
sin su audacia, y sobre todo sin su patriotismo,
es posible afirmar que la campaña militar
más extraordinaria de la historia americana, el
Cruce de los Andes, no hubiera sido posible. En
mi caso personal, en estos días en que recuerdo
las dos veces (2015 y 2017) que tuve la dicha de
realizar el Cruce Histórico de los Andes, siguiendo
el camino que hiciera el general José de San
Martín con el grueso del Ejército de los Andes,
por el Paso de los Patos, allá por febrero de 1817,
tuvo como consecuencia en mi oficio de historiador
despertar el interés por la figura de Condarco,
tal como suele recordárselo en versión abreviada,
que acuerda con lo escaso de su conmemoración.
Por eso, vamos hoy a adentrarnos en la biografía
notable de un argentino, que fue un excelente
profesional, un austero ciudadano y un
patriota inmenso que debe servir de inspiración
para emprender los desafíos del presente, apoyándonos
en el pasado y pensando en el futuro.
INFANCIA Y FORMACIóN
José Antonio álvarez de Condarco nace en
la ciudad de San Miguel del Tucumán en el año
1780, no contándose con más precisiones. Era el
hijo del alcalde de primer voto y regidor del Cabildo
don José Antonio álvarez de Condarco y
de doña Gregoria Sánchez de Lamadrid y Paz. Se
formó en alguno de los conventos de la antigua
población, adquiriendo conocimientos poco comunes
en la química y en la ingeniería.
LOS TIEMPOS DE LA INDEPENDENCIA
álvarez de Condarco adhirió, a sus treinta
años, a los ideales revolucionarios de Mayo de
1810, cuando residía en Buenos Aires. Fue comisionado
a Chile para mediar entre los distintos
grupos revolucionarios, que eran acaudillados
por José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins.
Luego viajó a Lima y fue arrestado, por lo que
una vez que logró fugarse regresó a su tierra y
en 1812 se incorporó a la filial de la Logia Lautaro
que abrió en Tucumán el militar José Moldes.
Fue nombrado oficial de artillería, y se lo designó
a cargo de la recién creada fábrica de pólvora
de Córdoba, a la vez que fue encargado de la sección
de cartografía del Ejército del Norte.
En 1813 acompaña una olvidada campaña
militar a Chile, encabezada por el general Juan
Gualberto Gregorio de Las Heras, donde conoce
a Marcos Balcarce, quien lo hace conocer por
San Martín a través de cartas, tiempos antes del
desastre de Rancagua, que marcó la caída de la
revolución de Chile, el fin de lo que los chilenos
llaman “Patria Vieja” y la restauración del poder
español en Santiago de Chile.
EL CRUCE DE LOS ANDES
El gobernador de Cuyo y jefe del Ejército de los
Andes, general José de San Martín, tuvo rápidamente
conciencia de las habilidades y los conocimientos
de álvarez de Condarco y hay dos cartas
que intercambia con el director supremo Juan
Martín de Pueyrredón, que dejan en claro el valor
de un personaje como Condarco. En la primera,
del 4 de junio de 1816, San Martín le ordena a
José Antonio viajar a Buenos Aires y presentarse
ante Pueyrredón, siendo portador de una carta
que dice: “para que en virtud de mis instrucciones,
sus conocimientos prácticos de aquel país y
demás que ha adquirido con la inmediación a mi
persona…, se trace de una vez el plan que ha de
regirnos, fijándose desde luego en número y clase
los artículos de guerra con que oportunamente
deben auxiliársenos;… la presencia de este
oficial es aquí rarísima, como que a su inmediata
dirección giran las fábricas de pólvora y salitres,
delineación de mapas topográficos y otras
incumbencias no menos importantes, que absolutamente
(no) hay otro a quien confiarlas”. Y el
6 de setiembre de ese año, el Libertador escribe:
“El mérito relevante y conocimientos facultativos
que adornan al sargento mayor de artillería
don José Antonio Alvarez de Condarco, muy
especialmente en la topografía de Chile, me han
impulsado a nombrarle mi ayudante de campo.
En este destino servirá más ventajosamente al
Estado que en las fábricas de pólvora y salitre
establecidas aquí bajo su dirección”.
En estos años álvarez de Condarco lidera la
guerra de zapa, una estrategia de contraespionaje
que fue fundamental en la lucha contra el
ejército imperial español que estaba en Chile.
Sus cruces de la Cordillera de los Andes, portando
cartas para el gobernador Casimiro Marcó del
Pont, eran en realidad una excusa para memorizar
los distintos pasos, y Condarco lo hacía dibujando
los mapas en Mendoza, una vez regresado.
Esto le permitía atravesar los controles españoles
sin que sospecharan de sus actividades como
espía. Todo lo retenía en su memoria perfectamente
como lo demuestran los mapas que se
conservan y que coinciden absolutamente con la
realidad orográfica.
Sus conocimientos le permitieron a San
Martín elaborar una estrategia que convirtió
al Cruce de los Andes por parte de su ejército
en la campaña militar más extraordinaria
de la historia americana hasta hoy. Entre enero
y febrero de 1817, cerca de cinco mil hombres,
once mil mulas, mil quinientos caballos
cruzaron a Chile y en un movimiento sincronizado
cayeron sobre la cuesta de Chacabuco
y destrozaron al ejército imperial. Todo en un
mes. Y álvarez de Condarco fue el ayudante de
campo del comandante de esta operación militar,
cargo que ocupará en la decisiva victoria
de Maipú.
Viaja a Gran Bretaña para negociar la contratación,
por parte del gobierno de Chile,
encabezado por el general Bernardo de
O’Higgins, de una flota de guerra para trasladar
al Ejército Unido, formado por el de los
Andes y el chileno, rumbo al Perú, para terminar
con la presencia española en el continente.
De su habilidad negociadora resultó la contratación
de la flota comandada por el almirante
inglés Thomas Cochrane. Finalizada su misión
permaneció en el viejo continente hasta 1825.
SU VIDA DESPUéS DE LA GUERRA
En Europa se dedica a la enseñanza de sus
conocimientos en química, matemáticas e ingeniería,
y regresa a la América del Sur, donde
vivió de su trabajo de ingeniero en Bolivia,
Mendoza y finalmente en Chile, volviendo allí a
enseñar matemáticas, destacándose en el universo
educativo. Hacia 1835 se consolida el gobierno
autoritario de Juan Manuel de Rosas en
la Argentina, y álvarez de Condarco se cuenta
entre sus opositores, lo que le impide volver
al país. En 1839 es designado por el gobierno
trasandino como jefe del Departamento de
Ingenieros y Caminos de la República, correspondiéndole
los primeros trazados de caminos
posteriores a la independencia.
MUERTE, OLVIDO Y HOMENAJES
Falleció en Santiago de Chile el 17 de diciembre
de 1855, en la miseria, a tal punto que debió
hacerse una colecta entre amigos y conocidos
para poder sepultarlo en el Cementerio Central
de la capital. Su nombre fue rescatado del
olvido hacia fines del siglo XIX, cuando calles,
plazas y algún pueblo fueron denominados en
su homenaje. A fines de la década de 1970, en
el marco de la conmemoración del bicentenario
del nacimiento del Libertador José de San
Martín se intentó la repatriación de los restos
de José Antonio álvarez de Condarco, pero al
buscarse la ubicación de su tumba, ésta había
sido removida a los cien años de su sepultura,
figurando como causal el “abandono”.
Quizá el mayor homenaje a la figura de este
prócer es el destacamento de la Gendarmería
Nacional, que poco antes de la estancia Manantiales,
en pleno Paso de los Patos, marca la presencia
de la Argentina, y sobre todo recuerda
con un monumento la marcha del Ejército de
los Andes, que sólo fue posible por la prodigiosa
memoria y el acendrado patriotismo de José
Antonio álvarez de Condarco.