El héroe nacional del Oriente Boliviano, Ignacio José Javier Warnes El héroe nacional del Oriente Boliviano, Ignacio José Javier Warnes
Corría el mes de mayo de
2010, el mes del bicentenario
de la Revolución de
Mayo de 1810, y me habían
invitado a un congreso
de historiadores
en Santa Cruz de la Sierra,
donde vive uno de
los grandes historiadores de América del Sud,
el Dr. Alcides Parejas Moreno.
Los cruceÑos son
muy buenos anfitriones y entre pato frito y pato
frito, el plato predilecto en esa inmensa llanura,
me ofrecieron una visita guiada por el centro
de la ciudad, una de las más antiguas de Bolivia
y durante muchos aÑos centro político y comercial
de las misiones jesuíticas de Chiquitos.
Acepté y fue enorme la sorpresa cuando descubrí
que el monumento de la plaza central de
Santa Cruz de la Sierra, frente a su bellísima catedral
estaba dedicado a un argentino, más precisamente
porteÑo: Ignacio Warnes, a quien los
habitantes del Oriente boliviano han consagrado
como el padre de su patria.
Vamos a dedicarnos hoy a uno de los grandes
hombres de la independencia argentina y
sudamericana, que ha quedado demorado en la
memoria histórica y que ha protagonizado una
vida al servicio de la Patria con ribetes quijotescos
y heroicos que merecen ser contados.
FAMILIA, INFANCIA Y FORMACIóN
Ignacio José Javier Warnes nace en la manzana
ubicada al fondo de la iglesia San Francisco
de Buenos Aires, el 27 de noviembre de 1770,
a pocos metros y a pocos meses de donde naciera
Manuel Belgrano, con quien lo uniría una formidable
amistad patriótica.
Fue bautizado en la iglesia
Nuestra SeÑora de la Merced, una semana después,
con la presencia de su padre Manuel y de su
madre Ana Jacoba García de ZuÑiga. La familia de
don Manuel tenía un enorme prestigio en la sociedad
colonial, y hay que decir que el padre se radicó
en Buenos Aires, en 1744, proveniente de Cartagena
de Indias.
Llegó a ser regidor, alcalde de segundo
voto, alférez real y juez de Menores. Por su carácter
fuerte y vehemente tuvo graves problemas
con los primeros virreyes, llegando a ser injustamente
encarcelado.
En su vida personal es notable
la cantidad de hijos que tuvo: 31 en sus dos matrimonios,
desde 1747 y 1787.
Ignacio fue alumno del Real Convictorio
de San Carlos, el antiguo colegio de los jesuitas,
donde compartió aula con Manuel Belgrano,
aunque éste resultó más adelantado en los
estudios.
A los 20 aÑos decidió enrolarse en el
Regimiento de Infantería de Buenos Aires, para
pasar al de Blandengues de la Frontera de Montevideo,
donde tuvo una normal actuación en la
frontera con el imperio portugués. Warnes tuvo
la tarea de patrullar los campos entre la bajada
del Paraná (hoy la capital de Entre Ríos) y Concordia,
llegando a acampar en Yapeyú, antigua
capital de las Misiones.
VIDA EN CAMPAÑA
Warnes participó activamente de las campaÑas
contra las invasiones británicas de 1806
y 1807, en esta última defendiendo Montevideo
en el verano y Buenos Aires en el invierno.
En
el interregno entre la fuga de Sobremonte y la
Revolución de 1810, Warnes debió ocuparse de
varios asuntos familiares como consecuencia de
la muerte de su padre: el trámite complicado de
su sucesión, las angustias de su madre viuda y
la penosa muerte de su cuÑado, casado con su
hermana menor y predilecta.
Desde el punto de
vista político y militar, el derrumbe del gobierno
espaÑol y la invasión francesa a la península
ibérica generaron gran inquietud y zozobra, a
la vez que atizaron el espíritu liberal de quienes
iban a convertirse en los revolucionarios poco
tiempo después.
Para Warnes además, los tiempos
familiares le imponen una resolución dolorosa:
pide la baja del ejército real en una sentida
carta al rey que ya no gobernaba: “En cuya
virtud debidamente (el suscripto) pide y suplica
tenga la vondad de concederle su separación
al servicio, dignando hacerle la gracia de
declararle el goce del fuero militar en remuneración
de los costos que ha contraído para que
pueda vivir con esa satisfacción”. La baja le fue
concedida.