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EL LIBERAL . El Evangelio

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 10,13-16

01/03/2019 21:28 El Evangelio
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Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 10,13-16 Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 10,13-16

En aquel tiempo, le

acercaban a Jesús niños

para que los tocara, pero

los discípulos les regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó

y les dijo: “Dejad que

los niños se acerquen a

mí: no se lo impidáis; de

los que son como ellos es

el reino de Dios. Os aseguro

que el que no acepte el

reino de Dios como un niño,

no entrará en él”.

Y los abrazaba y los

bendecía imponiéndoles

las manos.

Reflexión

La primera lectura nos

relata parte de la historia

de Dios con el hombre.

Fue Dios quien creó al

hombre. Le creó muy superior

a todos los otros

seres, de tal manera que

solo él “fue revestido de

un poder como el suyo y

lo hizo a su propia imagen”.

Por eso, no solo “le

formó boca y lengua y ojos

y oídos”, sino que dando

un salto muy alto le regaló

también “la mente para

entender, lo colmó de

inteligencia y sabiduría”.

Con estas “armas”, sería

capaz de distinguir entre

bien y mal, disfrutar de las

maravillas de toda la creación,

descubrir las grandezas

que había hecho el

Señor en la creación y alabar

su santo nombre.

Al autor del Eclesiástico,

todavía en el Antiguo

Testamento, todo esto le

parece mucho y tiene razón,

pero para él la vida

del hombre tenía un límite:

la muerte, con la que todo

se acababa. “El Señor formó

al hombre de la tierra

y le hizo volver de nuevo

a ella”. Tuvo que venir Jesús,

el Hijo de Dios, para

que las maravillas que

Dios ha hecho con el hombre

se alargaran después

de la muerte, con nuestra

resurrección a un mundo

de total y eterna felicidad.

“Yo soy la resurrección y

la vida, el que cree en mí

aunque muera vivirá y vivirá

para siempre”.

Aceptar el Reino de

Dios como un niño.

El tema central de la

predicación de Jesús fue

el reino de Dios. “Se ha

cumplido el tiempo, y el

Reino de Dios está cerca:

convertíos y creed en

la Buena Noticia”. De manera

directa o indirecta

todas sus palabras giraban

en torno al Reino de

Dios, esa sociedad formada

por todos los que aceptan

la invitación de Dios a

que sea él su Rey y Señor

y que guíe y dirija toda su

vida. Un Reino que ya empieza

en este mundo pero

que tendrá su plena realización

al final de los tiempos,

después de nuestra

resurrección, cuando

“Dios, sea todo en todos”,

y el mal sea destruido para

siempre y nuestra felicidad

sea total.

Jesús nos pide que

aceptemos el anuncio del

Reino de Dios por él predicado

con la ingenuidad

de un niño, que siempre

cree todo lo que su padre

le dice. “El que no acepte

el Reino de Dios como un

niño, no entrará en él”. Es

decir, creyendo de arriba

a abajo todo lo que nos

dice Jesús sobre él, en el

que depositamos toda

nuestra confianza. Jesús

es amor y es la verdad,

nos ama entrañablemente

y no nos puede engañar. El

Reino de Dios ya ha empezado

a cumplirse y su realización

perfecta se va a

realizar con nuestra resurrección.

“Sé de quién me

he fiado”.

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