Psicopedagogos cuestionan la validez científica de la Medicina Alternativa Complementaria

El Colegio Profesional de Psicopedagogos de Santiago del Estero, atento al avance y proliferación de las llamadas Terapias Alternativas Complementarias, conocidas como MAC, consideró que dichas prácticas “son ofrecidas a la sociedad bajo el supuesto de que las mismas tienen efecto curativo, pero sin haber probado su efectividad ni garantía epistémica de cada una de ellas”.

A través de un escrito que lleva la firma de su presidente, doctor Gustavo Ledesma Vallejo, expuso que “estas prácticas incluyen, entre otras, la quiropráctica, el reiki, las flores de Bach, terapia de vidas pasadas, reflexología, acupuntura, aromaterapia, medicina ayurvédica, constelaciones familiares, campos energéticos, biodecodificacion, bioneuroemoción, solo por mencionar aquellas más populares de estas terapias”.

“Como colegio profesional debemos marcar que la ‘popularidad’ de estas ‘terapias alternativas’ no es un barómetro fiable de eficacia, más allá del efecto placebo que provoca, y en este sentido se hace necesario informar a la comunidad que en nuestro medio y desde hace unos años se ofrecen estas prácticas destinadas a todo el espectro de la sociedad, así como también la existencia de cursos destinados a profesionales, docentes de todos los niveles educativos, estudiantes y público en general, bajo la denominación de alguna de estas terapias alternativas o MAC”, acentúa.

Competencia

Explican que en el campo especifico de intervención como profesionales de la psicopedagogía, están formados y habilitados por los organismos nacionales para desempeñarse “en el ámbito de la educación y la salud mental, participar en la dinámica de las relaciones de la comunidad educativa a fin de favorecer procesos de integración y cambio”.

Desde esa posición, consideran que “incorporar estas ‘terapias alternativas o MAC’, con sus ‘auras’ y ‘campos de energía’, promoviendo el ‘pensamiento mágico’, y que sean consideradas como ofertas de formación o capacitación, es un modo de propiciar y abrir una puerta hacia terapias pseudocientíficas que no cuentan con avales de la comunidad científica frente al resultado de sus prácticas, perjudicando de ese modo a la sociedad en general, que por desconocimiento, acude en busca de aliviar los síntomas de alguna problemática en particular”.

“En este contexto se hace necesario revisar la validación de los contenidos y conocimientos que se postulan y otras fuentes de información que dichos cursos ofrecen, a los fines de brindar el resguardo científico necesario en estos casos, que podrían llegar a lesionar o entorpecer el aprendizaje en las distintas etapas evolutivas del alumno, toda vez que dichos cursos tienen destinatarios específicos del ámbito educativo. Por otra parte aceptar estas ‘terapias alternativas’, como espacios de capacitación, contribuye a auspiciar a una industria difícilmente regulable”, indican finalmente.