La izquierda reformista en la renovación de las ideas santiagueñas La izquierda reformista en la renovación de las ideas santiagueñas
La relación entre las ideas nacionales y las ideas santiagueñas
La organización federal argentina ha posibilitado, a lo largo de los años republicanos, que las regiones y las provincias tengan un distinto grado de homogeneidad y seguidismo respecto de las ideas que se iban imponiendo en el país, tomado como un conjunto. Esta característica se ha dado desde los inicios de los partidos políticos posteriores a la Constitución Nacional de 1853. Los tiempos argentinos que van desde la Revolución de Mayo de 1810 hasta la organización nacionales estuvieron marcados por una guerra civil con distintos grados de enfrentamiento entre los propulsores de un sistema de régimen de unidad (unitarios) y los partidarios del sistema de federación.
La unificación de la Argentina, luego de la batalla de Pavón el 17 de setiembre de 1861, produjo el inicio del declive de la significación política de la provincia de Buenos Aires en términos de su liderazgo nacional, a pesar del triunfo del gobernador porteño Bartolomé Mitre y su posterior consagración como presidente. Sin embargo, el general Mitre mantuvo tres jurisdicciones bajo su conducción política: Buenos Aires, Corrientes y Santiago del Estero, esta última conducida por Manuel Taboada hasta la revolución de 1874, que significó el ocaso del “mitrismo” a nivel nacional y del “taboadismo” a nivel local. Vale aclarar que estas clasificaciones personalistas de los sectores del liberalismo son una consecuencia de la historiografía, ya que a nadie en esos tiempos de 1850 a 1880 se le ocurría llamar a los movimientos políticos con el nombre de sus líderes.
La llegada al poder de la generación del ’80, de la mano del general Julio Argentino Roca como presidente, se verá reflejada por el avance del autonomismo en Santiago del Estero, que modifica la Constitución provincial en 1884, con la estabilidad de algunos gobernadores, como Abalón Rojas (en su primer mandato), Máximo Ruiz y Pedro Barraza, a pesar de varios movimientos revolucionarios e intervenciones federales, hasta la nueva reforma de la Carta Magna provincial en 1903.
El período conservador llegará hasta 1919, cuando el gobierno federal encabezado por el radical Hipólito Yrigoyen interviene la provincia, y comienza un período de afianzamiento del radicalismo en Santiago del Estero, hasta el golpe de estado de 1930. Luego vendrán los tiempos de la restauración conservadora, del laborismo y finalmente del peronismo, todos matizados por intervenciones federales y conatos revolucionarios, además de los golpes de estado, desterrados desde 1983.
Sin embargo, la historia es injusta algunas veces, con los movimientos políticos que no alcanzan las magistraturas más importantes de un país o de una provincia, pero cuya prédica es fundamental para entender la evolución de las ideas y de las acciones de gobierno a lo largo del tiempo. Por eso recordaremos hoy a un movimiento que nunca alcanzó el poder en Santiago del Estero: el socialismo, pero que influyó notablemente en las ideas sociales y económicas de la provincia.
Nicolás Repetto,
primer dirigente socialista nacional que visitó Santiago del Estero
Fortunato Molinari, fundador del socialismo santiagueño, en cuya relojería se hizo la primera reunión en 1898
