Fiscales definen detención o libertad para ex colaboradores del entonces juez Moreno

Un mes después de ser detenidos en sus viviendas, la suerte de los dos ex colaboradores del ex juez Miguel Moreno sería potestad de los fiscales Gabriela Gauna y álvaro Cantos, a quienes corrió vista el juez Darío Alarcón.

Se trata de José Alfredo Catán y Roberto Ibáñez, imputados por presunta ‘defraudación calificada en perjuicio de la administración de Justicia’.

Moreno está imputado por ‘incumplimiento de los deberes de funcionario público y defraudación calificada en perjuicio del Estado provincial’, al frente del Juzgado del Crimen de 4ta Nominación.

Allanamientos

Los dos hombres cayeron presos en noviembre, tras allanarse sus domicilios particulares en una investigación iniciada por el fiscal coordinador, Mariano Gómez.

La sospecha es que tenían facultades especiales para “digitar” en causas que involucrasen litigios por tierras y aspectos económicos.

Al ser indagado, asistido por los abogados Marcelo Castillo Gioya y Fernando Juárez, el ex policía Catán habría sido enfático: “El juez me llevó con una promesa de un contrato de locación que nunca cumplió”.

Sutilmente, habría ahondado que las decisiones eran tomadas por Moreno, redireccionando cualquier sospecha emergente.

Análisis especial

Pese a que Catán e Ibáñez juraron que eran meros empleados, los fiscales deben estudiar si el relato guarda estrecha semejanza con las pruebas.

El juez Darío Alarcón les envió las actuaciones y el futuro inmediato de los dos detenidos será develado por los dos fiscales.

Donde los empleados creen ver una “anomalía” administrativa, la Justicia individualizaría a un juez que se erigió por encima de la Ley y de la propia Ley Orgánica de Tribunales.

A sabiendas de la clara fina línea delgada que divide un delito de una mera negligencia, Cantos y Gauna darán sus dictámenes este lunes, o martes.

“Mi cliente no ha cometido delito alguno”

El abogado Marcelo Castillo Gioya manifestó que su cliente, José Alfredo Catán, “no ha cometido delito alguno”.

Al analizar su situación en el proceso penal, el abogado indicó que Catán “hizo lo que cualquier buen ciudadano entiende que debe hacer: se ha sometido a proceso desde el primer minuto que lo ha requerido Su Señoría” (por Alarcón).

El letrado enfatizó: “Más allá de las imputaciones hemos acreditado con pruebas que Catán es un simple policía jubilado al que un juez (Moreno) citó a trabajar a su lado. Y como buen policía que lleva en la sangre, dejó su descanso y se puso a trabajar. Resignó la comodidad de su hogar y la presencia que le demandaba su familia. Ese fue el pecado de mi defendido: colaborar con sus conocimientos ante la investidura de un juez”. l