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Cómo reparar las grietas en nuestras relaciones

29/12/2019 02:26 Opinión
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Cómo reparar las grietas en nuestras relaciones Cómo reparar las grietas en nuestras relaciones

Por Bernardo Stamateas

Muchas veces en nuestra vida, sin darnos cuenta, vamos acumulando detalles menores que nos terminan trayendo serios problemas. Porque lo cuantitativo modifica lo cualitativo. ¿Qué significa esto? Que si yo tengo cien pesos y decido ahorrarlos, pero luego le voy agregando otros cien, y otros cien, y otros cien, con el tiempo puedo llegar a tener una suma considerable.

Lo pequeño posee la capacidad de transformarse en algo grande.

Esos detalles son “grietas” que aparecen y afectan las relaciones que tenemos con las personas cercanas y, por lo general, son inevitables. ¿Quién no tiene algún roce en la familia, en el trabajo, con los amigos? Por eso, lo ideal es desarrollar el hábito de resolver esas cuestiones menores porque, si no arreglamos nuestras grietas a tiempo, estas podrían convertirse en rajaduras.

¿Cómo reparamos las grietas en nuestras relaciones?

Una buena manera es dejando pasar de largo ciertas cosas. ¿Cuántas veces? Una vez, dos veces, tres veces. Si alguien me dice algo que me duele, necesito perdonar a esa persona. Pero, a la cuarta vez, debo proponerle sentarnos a conversar para hacerle ver al otro mi malestar y juntos resolver esa situación.

Especialmente con nuestros hijos, no es bueno presionarlos con frases como: “Yo, a tu edad, ya hacía tal cosa”. Lo único que se logra de este modo es que se inhiban y se rebelen. Tampoco deberíamos compararlos entre hermanos o con otros chicos porque ellos necesitan saber que, como padres, celebramos y aceptamos sus diferencias y el hecho de que son únicos y valiosos, y que los amamos tal como son.

En la pareja tenemos que cuidar a diario que no se produzcan grietas. ¿Por qué temas suelen aparecer roces? En primer lugar, por la administración del dinero, cuando no es posible ponernos de acuerdo al respecto. También por la crianza de los hijos y la relación con las familias de origen.

Cuando aprendemos a sentarnos a hablar sobre lo que nos molesta, evitamos acumular malestares que, con el tiempo (y ya convertidos en rajaduras), podrían llevarnos al quiebre del vínculo. En una pareja sana sus miembros ceden de manera equilibrada.

Otro espacio donde suele haber grietas entre la gente es el ámbito laboral. Por eso, si mi superior o mi compañero actúa negativamente, puedo dejarlo pasar hasta tres veces. Pero, a la cuarta vez y aunque me cueste, debería expresarlo para que dicha conducta no se transforme en un hábito dañino. ¡A veces la persona ni siquiera se da cuenta de lo que está haciendo!

Para reparar las grietas, esas fricciones que siempre surgen en las relaciones, es fundamental tomar la decisión de no acumular heridas por el accionar de los demás, y también de estar dispuestos a reconocerlo cuando somos nosotros los que hemos herido a alguien.

Te invito en este nuevo año que está a punto de comenzar a ponerte como meta procurar llevarte bien con quienes te rodean, en cuanto de vos dependa, hablando siempre las cosas con claridad y convirtiéndote en un “reparador de grietas”.

 

Cómo amigarnos con nosotros mismos

El mundo jamás se detiene y avanza a una velocidad que, a veces, nos cuesta seguir de cerca. Allí donde estemos nos exigen resultados cada día. Esto es así porque formamos parte de una sociedad donde la gente compite permanentemente entre sí y expone los defectos y los errores del otro para avergonzarlo.

Como resultado, muchas veces incorporamos a nuestro sistema de creencias ciertas ideas que nos conducen a emociones y conductas que, en realidad, no nos pertenecen. Para algunos, “su” éxito es sinónimo de “mi” fracaso. Estas personas proyectan en los demás sus propios conflictos no resueltos que eligen colocar afuera en vez de hacerse cargo de ellos y resolverlos. Sin duda, no se dan cuenta de que se han convertido en su peor enemigo.

Los seres humanos, según los expertos, tenemos diversas necesidades. A saber:

-Fisiológicas, como comer y dormir, para lograr sobrevivir.

-Emocionales, como el amor y la paz, para disfrutar de una autoestima elevada.

-De seguridad, para sentir que estamos a salvo.

-De pertenencia, para sentir que somos parte de algo, ya sea la familia o algún otro grupo.

-De realización, como una profesión o dinero que nos permita hacer lo que deseamos, para sentir que “somos” y tenemos valor.

-Espirituales, para ser personas sanas que gozan de todos los derechos que les pertenecen por el solo hecho de estar vivas.

Culpar a algo o alguien afuera (proyectar) jamás suple nuestras necesidades. Porque enfocarse más en los otros que en nuestro ser interior da por resultado que estemos enemistados con nosotros mismos y solo veamos lo negativo que hay en nosotros. Pero lo negativo no se debe criticar ni juzgar sino corregir. Porque el éxito en cada área de nuestra vida no se logra quedándonos a vivir en el lugar de la queja y el lamento sino activándonos para descubrir todo lo que somos capaces de generar y producir.

¿Cómo amigarme conmigo mismo y comenzar a actuar a mi favor?

Parándome en el amor que echa fuera todo temor en mi vida. Vivir con miedo solo nos empuja a actuar evitando cometer los mismos errores del pasado, lo cual nos convierte en personas inseguras e inestables emocionalmente. También aleja nuestra mirada de nuestras fortalezas y nos debilita, razón por la cual esperamos que el cambio y el avance vengan de los demás.

Vivir siendo quienes en realidad no somos (porque no nos atrevemos a descubrirnos) nos hace seres humanos totalmente desdichados. ¿Sabías que tus huellas digitales son únicas? Para ser tu mejor amigo, tu mejor amiga, separá tiempo para estar a solas con vos. ¡No sos el inquilino sino el dueño de tu vida! No permitas que nadie te convenza de lo contrario.

Ensanchá tu mirada y atrevete a ir un poco más allá. Porque ensanchar nuestros límites provoca un rompimiento no solo cuantitativo sino, sobre todo, cualitativo. Llegó la hora de darle vida a todo lo que se halla en tu interior para liberar la creatividad y el poder personal en tu vida y saber con certeza quién sos y, ¡qué mejor en estos tiempos donde renovamos nuestras esperanzas para poder descubrirlo!

 

Cómo salir de la preocupación

Una de las principales afecciones hoy en día son los trastornos de ansiedad. Muchas personas se preocupan en demasía. La ansiedad es “la hija de la preocupación en exceso”, es decir, de intentar solucionar un problema en la mente y darle vueltas y vueltas a una situación de día y de noche. Lo cierto es que jamás un problema se resuelve pensando, sino más bien accionando.

¿Por qué vivimos llenos de preocupación?

“Porque la situación actual en todas partes así lo amerita”, tal vez pienses. En realidad, nos preocupamos porque confundimos hechos con hipótesis. Una crisis económica es un hecho grave; mientras que una hipótesis es una opinión personal sobre lo que está sucediendo que puede ser distinta de persona a persona. Cuando no podemos distinguir un hecho de una hipótesis, surge en nosotros la ansiedad que es el resultado de elaborar una hipótesis negativa frente a un hecho. Esta nos suele conducir al pensamiento catastrófico y, en última instancia, al pánico.

Que un hijo salga de noche y no nos llame, aun cuando prometió hacerlo, es un hecho. Si pensamos que le pasó algo malo, estamos levantando una hipótesis negativa que nos causa preocupación y ansiedad. Entonces, ¿qué deberíamos hacer frente a un hecho que percibimos como negativo? Básicamente estas dos cosas:

1. Elaborar más de una hipótesis. Es decir, no pensar en una única idea. Si un hijo salió de noche y no nos llama, podría ser porque la está pasando muy bien y no tiene ganas de llamar, o porque su celular se quedó sin batería. Ensanchemos siempre nuestras hipótesis, evitando las catastróficas porque dicha actitud nos puede llegar a enfermar, y escogiendo en cambio las positivas.

2. Intentar controlar el afuera. Esto quiere decir, tratar de cambiar la realidad. Cuando sucede algo inesperado, por ejemplo la cancelación de un vuelo, debemos hallar la manera de modificarlo (viajar por otro medio de transporte en este caso). Si lo intentamos pero no podemos modificar el afuera, entonces es uno es el que tiene que cambiar. Recordá:

Cuando no sea capaz de modificar un hecho, tengo que cambiar yo.

A veces será posible cambiar las circunstancias que percibimos como negativas, y otras veces, no. Es en esos casos cuando no nos queda otra opción más que cambiarnos a nosotros mismos para no caer en la preocupación y lograr relajarnos y pensar bien. También resulta muy útil priorizar y no realizar el mismo análisis de todas las cosas. No es lo mismo preocuparse porque las bebidas de una comida no están frías en un día de pleno verano, que hacerlo porque nos avisaron que un ser querido se accidentó.

Querido lector, querida lectora, en este tiempo especial de celebración te invito a celebrar tu propia vida y a proponerte como meta para el próximo año vivir una vida libre de preocupación. No nacimos para preocuparnos tanto a tal punto que sufrimos por ello. Nacimos para disfrutarlo todo y llevar adelante vidas llenas de significado y plenitud en todas las áreas.l

 


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