Arte argentino: un negocio de u$s 25 millones al año que podría ser mucho mejor Arte argentino: un negocio de u$s 25 millones al año que podría ser mucho mejor
Hasta 1990 las quince casas de subastas que había en Buenos Aires vendían pintura
europea y mobiliario, y eran muy pocas las que aceptaban pintura argentina para sus
ventas. No había mayor interés y los únicos beneficiados eran las galerías que no tenían
competencia en sus ofertas de arte local.
La más exitosa era Rubbers, que tenía a grandes artistas en su sta como Soldi y Vicente
Forte; la mayoría de los artistas geométricos como Mac Entyre, Polesello, Brizzi y Vidal;
también Emilio Pettoruti y Xul Solar, y algún artista del interior como Ricardo Supisiche.
La galería Argentina de los hermanos Siniscalchi vendía obra de Quirós y Fader, también
Molina Campos y Oscar Vaz.
Los precios y los volúmenes de venta eran muy bajos, y profesionales como los médicos,
eran grandes compradores.
Se podía comprar obra de Fader en 5 mil dólares, de Quirós en 3 mil, de Molina Campos en 1000 y de Oscar Vaz en 300. Forte en mil, Soldi en 2000 y los
geométricos entre 500 y 3000.
Las galerías llegaron a ser unas 150 en 1976 y la mayoría no llegaba a vender en el año u$s
100 mil, por lo tanto eran locales pequeños, alquilados y con ningún empleado o solamente
uno. Todas las obras eran consignadas y no tenían obras propias. Muchas para subsistir
alquilaban la sala a los artistas y así se garantizaban un mínimo de ingresos. Muchas galerías
estaban a cargo de Señoras y Señoritas que disfrutaban del status especial que les daba tener
una Sala de Arte y, generalmente, si los ingresos no alcanzaban, siempre había un generoso
Señor que aportaba para la felicidad de la dama a cargo.
Entre los rematadores se destacaban Roldán, Naón y el Banco de la Ciudad, que era el único
que ofrecía arte argentino.
En el año hay unas 52 subastas, y curiosamente no se ponen de acuerdo para no
superponerse en las fechas. A veces hay tres ventas en el mismo día, con lo cual los
rematadores se perjudican, y lo que es más grave, lo hacen con los que han confiado en ellos al
ofrecerle su patrimonio para la venta.
Han crecido en volumen e importancia Casa Saráchaga y Martín Saráchaga. Roldán es el
dueño del nicho de arte contemporáneo, y Naón destaca por su mobiliario y buena
presentación de las subastas. El Banco Ciudad ya no tiene el protagonismo de antaño y las
galerías son unas 5 en importancia y volumen de ventas, y el 70% tiene un clima muy amateur.
El futuro del mercado pasa por mayor cantidad de exposiciones con un mínimo de diez por
año, el financiamiento de las ventas, la ayuda en dinero a los artistas para que puedan
dedicarse solo a crear y no depender de un puesto o de alumnos y el aumento de lo que se
vende.
Hoy se puede estimar en u$s 25 millones las ventas, y desde hace dos meses exportar obras
significa un 40% menos de ingresos por un nuevo impuesto del 12%, más la pérdida del
30% del ingreso que se liquida a $ 60 y no a los 78 que es su valor real.
Recordemos a Ortega & Gasset, "Argentinos a las cosas".