Engañó al hermano con su cuñada, lo habría matado y ahora teme la perpetua

Tres jueces juzgarán a un jornalero del paraje Los Porongos, Rivadavia, acusado de asesinar a su hermano disparándole con una escopeta, por la espalda, cinco años después de iniciar una relación amorosa con su cuñada.

Se trata de Osvaldo Darío “Piru” Mansilla, a quien se atribuye el brutal asesinato de su hermano, Alberto Agustín Mansilla, (24), quien fue ultimado con un tiro directo a la cabeza.

El escenario del horror fue la vivienda de la víctima, distante a 80 kilómetros de Selva, Rivadavia, casi en el límite con Santa Fe y Córdoba.

Los cargos

“Homicidio calificado por alevosía” es la acusación de la fiscal de Añatuya, Cecilia Rímini, quien debía ingresar al recinto hoy, pero la pandemia del coronavirus aplazó el comienzo de las audiencias unas semanas más.

La grave imputación prevé una única condena de prisión perpetua, el fantasma tan temido por “Piru” y su abogado defensor, Franco Cejas Escalada.

En la acusación, Rímini habría subrayado que el 22 de agosto la esposa de Alberto se fue de la casa, a caballo, junto a sus hijos.

Dejó en la mesa un papel con un lacónico: “Me voy”.

Llegó al paraje “Tres Caminos” y unos cazadores los condujeron hasta Ceres, Santa Fe, donde su padre tiene una casa.

Furia desmedida

En la teoría fiscal, el incidente desnudó la relación paralela que tenían “Piru” y su cuñada, de apellido Gorosito.

Ambas viviendas estaban separadas por 1.000 metros y los hermanos no se visitaban con frecuencia.

El 23 de agosto, “Piru” habría arribado a lo de su hermano.

Nadie sabe qué sucedió. La fiscal estima que entre las 8 y las 10 de la mañana sobrevino el horror.

Destacó Rímini que “Piru” habría disparado desde atrás de Osvaldo, utilizando una escopeta calibre 16.

El proyectil dio de lleno en la cabeza de su hermano, produciéndole pérdida de masa encefálica.

Al verlo caído dentro de la vivienda, “Piru” se desprendió de la escopeta y la arrojó al patio.

Luego, habría informado a la policía que su hermano se había suicidado.

A las 13:05, una enfermera del Hospital de Selva, departamento Rivadavia, reveló a la seccional 34 que Osvaldo Mansilla fue descubierto sin vida por su propio hermano.

Sangre, pólvora y ADN: lo vital para la sentencia final

Los vocales que juzgarán a “Piru” ventilarán la historia durante toda una semana.

Declararían la esposa, sus vecinos, familiares, los policías que intervinieron y también psicólogos.

Uno de los hijos habría deslizado haber visto mientras la madre y el tío se besaban.

Serán las partes las que decidan la conveniencia, o no, de incluir tales ribetes en el proceso.

La fiscal no desearía bucear en el engaño, ya que sólo se juzgará la conducta “homicida” de “Piru”, más no la vida privada de su cuñada.

Puja verbal

Diferente sería el criterio de Cejas Escalada, quien ya deslizó que no limitará recursos y testigos porque su defendido corre el riesgo de recibir prisión perpetua.

Aun sin plasmarlo en la instrucción, dejó entrever que no obviará el aspecto amoroso paralelo.

Para el defensor, la mujer habría tenido otro amante y, por ende, otro teórico “interesado” o “beneficiario” con la muerte de Osvaldo.

En medio de la batalla judicial adquirirán valor sustancioso las pericias al arma, la autopsia y los análisis de sangre en la ropa de “Piru”.

Los peritos le habrían hallado pólvora, pero Cejas Escalada estima que ello no afecta su estrategia porque vivía cazando en el monte, armado con su escopeta.