Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

Mariana Enríquez y María Gainza desarman la idea del encierro actual como una oportunidad creativa

18/04/2020 22:33 Viceversa
Escuchar:

Mariana Enríquez y María Gainza desarman la idea del encierro actual como una oportunidad creativa Mariana Enríquez y María Gainza desarman la idea del encierro actual como una oportunidad creativa

Las escritoras Mariana Enríquez y María Gainza compartieron vía Zoom una charla sobre “Encierro, monstruos y fantasías” que se puede ver desde hoy en el canal de YouTube del Museo de Arte Moderno donde coincidieron en que “el encierro puede ser creativo cuando es una decisión y hay un afuera que funciona”.

“Una cosa es encerrarte porque tenés ganas y otra encerrarte porque lo que sucede afuera es terrorífico. No es lo mismo. Por eso es complejo cuando te preguntan si estás produciendo en la cuarentena”, dice Enríquez -ganadora del Premio Herralde de Novela 2019 por “Nuestra parte de noche”- en el comienzo de la charla organizada por el Museo para reflexionar sobre el contexto actual a partir de “Invasión II”, una obra de la artista Mildred Burton que forma parte del acervo de la institución.

“Por trabajo estoy escribiendo cosas de la cuarentena, pero no es lo que me interesa como trabajo creativo”, sostiene. A propósito, Gainza, ganadora en 2019 del Premio Sor Juana Inés de la Cruz por “La luz negra”, cita un poema de Bertolt Brecht que dice “En tiempos oscuros, ¿también se cantará? También se cantará sobre los tiempos oscuros” y asegura que escribir en momentos como éste requiere de un temple muy especial.

Para Enríquez, “lo creativo es salirse de tema, es interpretar la realidad de otra manera, y esto es un presente continuo”. Además indica que “hay una idea elitista sobre los escritores” que lleva a pensarlos como “seres superiores que se pueden aislar de cómo limpiar la verdura”. “Lo doméstico te chupa de una manera que no nos había pasado antes. El horror de lo doméstico es como un monstruo, algo que no para”, expresa Gainza que cuenta que no sale “nada” porque está inmunosuprimida y solo continúa dando taller: “Mis alumnas leen y escriben. Yo, en cambio, siento la cabeza como el primer año de haber tenido a mi hija. Leo algo de poesía y cuentos cortos”.

La autora de “El nervio óptico” relata que casi no lee diarios, que hay cosas que no quiere saber y que si sus alumnas le dicen que escribieron un cuento infantil y otro sobre la cuarentena, prefiere que le lean el infantil.

La lectura de estos días de Enríquez es “La condesa sangrienta”, de la surrealista francesa Valentine Penrose, conocida por el trabajo que hizo con su texto la argentina Alejandra Pizarnik, que describe como “una biografía novelada de una condesa húngara que mataba jóvenes por puro sadismo”, cuyo castigo consistió en encerrarla en su castillo. “Esto fue en 1640 o 50 y duró años allí”, explica la autora y asegura estar terminando este libro con una historia que la tranquiliza porque se trata de un mundo horrible que finalizó.

En tono informal y con un registro irónico y afectuoso que da cuenta de su amistad, Enríquez y Gainza intercambian lecturas y un mapa de libros y películas que construyen universos sobre encierros, pestes o espacios cotidianos que se vuelven monstruosos.

“La película que muestra la cuarentena más fracasada es ‘El resplandor’, en la que supuestamente alguien está en el lugar indicado para escribir y enloquece”, grafica Gainza y confiesa que “cuando surgía la posibilidad de hacer una residencia para escritores pensaba que iba a enloquecer”.

Por su parte, Enríquez trae a la charla a Shirley Jackson, unas escritora que descubrió por uno de sus favoritos, Stephen King, quien cita el principio de una de sus novelas como uno de los más maravillosos comienzos de una historia de ficción.

“Era una señora de los años 50 en los Estados Unidos, casada con un académico, tenía agorafobia, terror a salir de su casa”, explica y se sumerge en tres de sus novelas que se pueden leer en castellano: “Los veraneantes”, “Siempre hemos vivido en el castillo” y “El reloj del sol”.

La primera es sobre “dos viejos que están en un pueblo y les van cortando los servicios”, recuerda Enriquez, la segunda tiene como protagonista a “una chica que mata a su familia y se queda en su casa con su hermana y su tío” y la tercera cuenta la historia de “una familia que decide que es el fin del mundo, buscan provisiones, van al pueblo a avisar que llega el fin del mundo”.

En ese entramado de ficciones que recomiendan, Gainza recupera el cuento de Enríquez “La casa de Adela”, en el que “hay una casa que se come a la gente” y que la escritora dice “tener muy presente”, y que su creadora dice haber trasladado a su última novela: “Quise trasladar la casa, no al personaje. Después la nena vino con la casa y me abrió un juego”.


Lo que debes saber
Lo más leído hoy