El aprendizaje en perspectiva: reflexiones desde la psicopedagogía

Por Lic. Olga D. Romagnoli

Psicopedagoga matrícula N° 6

Al inicio del periodo lectivo 2020 la institución escolar preparaba su comienzo con todos los desafíos que conlleva y apenas iniciada las clases, la mayoría en periodos de adaptación sobrevino la crisis sanitaria y la pandemia Covid- 19 que vino para quedarse.

La escuela con sus agentes, los alumnos, docentes y padres tuvieron que llevar a las casas la exaltación de lo nuevo, del porvenir, de lo que deparaba el año de lo que apenas habían llegado a planificar: consternación al principio y luego devino la adaptación a la nueva situación de enseñar en casa.

El sistema educativo salió al ruedo a responder la demanda de actuar y allí comenzaron a aparecer las sugerencias del Ministerio que luego pasarían a los directivos y luego a los docentes y equipos técnicos para que se continúen sosteniendo la transmisión de contenidos de una forma improvisada y urgente a través de los medios virtuales.

La Federación Argentina de Psicopedagogos (FAP) y los diferentes colegios profesionales del país brindaron sugerencias y reflexiones de como procesar los lineamientos centrados en la transmisión de conocimientos. Cómo evitarlo si la función de la escuela se centra justamente en ese lugar. Lo que aconteció fue el intento de trasladar el formato real en el formato virtual, no sin coste.

Los lineamientos fueron puestos en tensión por los profesionales de la psicopedagogía donde ponían el acento en la posibilidad de descentrase del conocimiento para valorar y ponderar otros conocimientos que tenían que ver con la prioridad de la salud por sobre conocimientos académicos que resultarían inconstantes por fuera del vinculo educativo y el escenario grupal de la clase.

Se sugirió centrarnos en la crisis mundial de la pandemia que invadió todo el mundo y desarticuló un modelo social que estaba naturalizado. La pandemia arrebató el modelo instituido de lo escolar.

Sabemos que la escena que se montó fue improvisada y desajustada y fuera de contexto pero los lineamentos seguían de pie. Pasado el furor de las actividades online desde donde se rescatan experiencias de aprendizajes muy valiosas seguimos sin pausa y sin repensar este modelo que acaparó la realidad pedagógica tanto como el virus a la realidad sanitaria.

La propuesta es seguir pensando otros modelos, además de esta modalidad a distancia que vino para quedarse y como respuesta inmediata para “no perder” nada o casi nada porque frente a la idea amenazante de perder el año no estamos pudiendo ver lo que pasa en el camino.

La idea es detenernos a pensar que pretendemos alcanzar con una cantidad ilimitada de tareas, con un monitoreo desajustado y ni hablar de la brecha tecnológica de los alumnos que no son impactados desde lo virtual, que arriesgaría a decir que son más del cincuenta por ciento de los alumnos inscriptos en la matrícula 2020.

Seguir preguntándonos si este aislamiento físico y afectivo nos permite aprender de la misma manera que cuando estamos frente a la coyuntura previa de lo escolar.

¿Y los chicos con problemas de aprendizaje? Invisibilizados. Los que tenían abordajes terapéuticos siguieron en la medida que se pudo, también se dio respuestas a los alumnos con problemas de aprendizaje derivados de discapacidad, pero allí aparecen en forma muy patética las desigualdades sociales de los que no llegaron a ser evaluados y orientados desde un proyecto pedagógico individualizado.

Entonces también tomamos posicionamiento en la educación inclusiva en tiempos de cuarentena, y seguimos aprendiendo y asegurando los diferentes modos que la función docente no desaparezca...

Los equipos de orientación también tomaron cartas en el asunto inventando modos y formas inusitadas y de eso se trata ya que experiencias previas no tenemos, estamos haciendo camino al andar.

Los modos de sostener la escolaridad en tiempos de cuarentena son muchos tantos como alumnos y familias hay, pero lo que sí es destacable como se pudo soslayar en las experiencias que vamos recogiendo es la afectividad dentro una pandemia inesperada en donde pudo circular el afecto, el abrazo con palabras, con saludos con videos que anime a las familias a seguir firmes en la brecha.

Quizás muchas familias habrán sentido la importancia del intercambio con los otros desde el lugar humano del docente más que del académico.

Dar la palabra a los padres, a los alumnos, a los docentes, a los directivos para saber cómo viven este proceso acelerado de trabar desde otro encuadre que aun a casi un mes de la cuarentena nos sigue desafiando.

Psicopedagogos, madres, padres, alumnos, profesionales de la salud en un vínculo diferente donde también el alumno se dirige de otra manera a su docente, todas experiencias nuevas

Lo bueno es que cuando pase la pandemia recién allí vamos a poder valorar cuales fueron los aprendizajes más significativos que pudimos construir en esta triada tan mentada pero que siempre fue un fantasma: familia-escuela- alumno.l