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Testimonio de una profesional afirma que Diego París la atacó tres veces e intentó secuestrarla

17/05/2020 01:39 Policiales
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“Me dijo que me iba a dormir y que me iba a violar”, así lo aseguró una de las víctimas de Diego París, la cual ya lo denunció y aportó a la Justicia su relato del calvario que tuvo que vivir. La mujer, hoy una profesional del medio, brindó su testimonio a EL LIBERAL y recordó cómo el supuesto depravado, le decía con “lujo de detalles”, lo que le haría, cuando hacía llamadas al teléfono de su casa.

Poco más de 20 años después, ella sostiene que al denunciarlo se quitó un peso de encima y que una persona “como él” (París), debe estar presa de por vida. Denunció tres intentos de secuestro.

La víctima hoy tiene más de 40 años, pero recuerda con detalle lo que tuvo que soportar cuando apenas tenías 17; extrañamente la misma edad que tenían otras denunciantes cuando fueron atacadas por París.

“Todo comenzó cuando todavía yo no había cumplido la mayoría de edad. Realizaba llamadas anónimas al teléfono fijo de mi casa, diciendo que era un compañero mío, cuando en realidad yo iba a un colegio de mujeres. Falseaba la voz, hacía voces extrañas”, inició su testimonio.

“Cuando atendía me preguntaba si sabía lo que era el cloroformo y me decía que tenía preparado un frasco para mí”, recordó la profesional.

“Yo cortaba el teléfono, pensaba que era una broma de mal gusto de algún amigo, pero al ver que seguía pasando y me amenazaba que me iba a secuestrar y lo que tenía pensado hacerme una vez que logre su cometido, tuve miedo”, agregó.

“Me decía explícitamente lo que me quería hacer, con lujo de detalles. En una de las llamadas lo escuché para saber lo que quería y me dijo que me iba a dormir y que me iba a violar”, precisó.

Asegura que no lo conocía ni había tenido contacto alguno antes de esos llamados. Tuvo que cambiar su forma de vida y tomar más recaudos a la hora de salir a la calle.

Calvario

Recordó que había comenzado a trabajar en un local del centro de la ciudad, a dos cuadras de su casa. Una noche como cualquiera, se trasformó en una pesadilla.

Salió de su trabajo a las 21 y caminó hasta su domicilio. Cuando estaba por abrir el portón, París la abordó por la espalda.

“Yo soy alta, estaba con tacos y el uniforme de trabajo, y él es petiso. Con mucha fuerza, puso un pañuelo en mi boca con la mano derecha y en la otra tenía un elemento punzante. No me dejaba ni respirar ni hablar”, describió el ataque.

“Quedé paralizada y me dijo que no hiciera nada, que no me moviera, porque me iba a matar. Mi reacción instintiva fue intentar girar mi cabeza para mirarlo. Vi que era bajo, tez blanca y ojos claros. Le había escuchado esa voz aporteñada”, detalló la víctima.

Recuerda que le advirtió que volvería a pasar. “Me dijo que él se iba a ir y que yo no me diera vuelta ni dijera nada. Yo asentía con mi cabeza. él me soltó y desapareció. Yo entré corriendo a mi casa”.

Deslizó que pasaron unos meses, “quizás esperó a que me relajara, y volvió a atacar”.

La mujer contó que la segunda vez fue idéntica. “Sabía mi rutina, mis horarios, y otra vez me atacó antes de entrar a mi casa. Esa vez yo atiné a intentar girar y es como si se hubiera asustado y me soltó y salió corriendo. Allí lo vi mejor”, aseveró.

Gravísimo

Estima que habían pasado otros seis meses. Ya no salía a la calle en soledad. Algún familiar la esperaba a la salida del trabajo para acompañarla las dos cuadras hasta su casa. Pero un día, nadie podía, y el acusado habría tenido una nueva oportunidad.

“Hizo lo mismo, me atacó por la espalda. Me puso el pañuelo, pero esa vez intentaba arrastrarme”, recuerda como si fuera hoy la denunciante. “Yo escuchaba el ruido de un motor de un vehículo encendido. Parecía decidido a llevarme. Mis perros estaban detrás del portón y yo intenté patearlo para abrirles”, precisó.

La denunciante aseguró que ella se cayó y ante esa situación, el “secuestrador” desistió de su cometido. Subió a un vehículo y se dio a la fuga. Ella entró a su casa y pidió auxilio.

Meses después, descubrió -según su testimonio- que era Diego París. Explicó que le contó lo que le había sucedido a una amiga y ésta al escuchar la descripción del atacante, le dijo que era su ex novio, le mostró una fotografía y ella lo confirmó.

Insólito

No conforme con toda esa situación, la hoy profesional señaló que en su juventud había realizado unas producciones fotográficas para una revista.

Meses después del último intento de secuestro, sonó el teléfono de su casa nuevamente. “Hola soy Diego París”, habría escuchado del otro lado. “Me hizo la propuesta de trabajo que les hizo a todas. Me dijo que había visto unos trabajos míos y la farsa esa de que yo daba con el perfil de la Mujer Maravilla”, recordó la mujer.

La víctima afirmó que en ese momento, tras dejarlo hablar, le advirtió que sabía quién era y lo que le había hecho, y que si no se alejaba de ella, lo denunciaría y terminaría preso. No volvió a dirigirle la palabra.

“En ese momento preferí callar. Creía que si decía quién era, mi papá o mi hermano podían hacer justicia por mano propia y terminar ellos presos”, así su caso quedó en silencio, pero decidió presentarse ante la fiscal al conocer la denuncia de la adolescente.

Su mensaje a otras mujeres

“Quisiera que este mensaje llegara a todas las jóvenes y mujeres. Es un tipo que viene haciendo esto hace más de 30 años, que está apañado por mucha gente, que lo encubren, que lo ayudan. Si no lo paramos, va a haber muchas más víctimas.

Tenemos que tener la responsabilidad de llevar a este tipo a donde tiene que estar. Pero no es él solo.

No puede salir, es muy peligroso. Esa patología no se cura, no hay reforma posible. Tiene que quedar preso de por vida.

Yo llevé esto guardado y es una carga enorme, que con el tiempo pesa cada vez más. Pero cuando lo dices se va ese peso y no está bueno cargar con eso. Una como víctima no tiene que proteger a nadie. Tienes que protegerte a vos. Hoy la mujer es escuchada y la Justicia actúa de otra forma, no como antes”, concluyó.


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