Minimalismo financiero en cuarentena: cómo optimizar recursos y crear hábito de ahorro Minimalismo financiero en cuarentena: cómo optimizar recursos y crear hábito de ahorro
La cuarentena, como medida para enfrentar a la pandemia del coronavirus, nos afectó a todos de una u otra
forma. En estos poco más de 60 días fuimos modicando horarios, maneras de trabajar, formas de
comunicarnos y hasta cambiamos nuestros hábitos de consumo, entre otras cosas. También como
consecuencia del confinamiento, que por ahora no tiene fecha de expiración, la economía a nivel mundial y local
está al rojo vivo, situación bastante crítica que nos obliga a pensar estrategias de finanzas personales para
optimizar los recursos que manejamos,resultarlo menos perjudicados posible, pero porsobre todo para mejorar
nuestra relación con el dinero. El desafío, aplicar el minimalismo pero en nuestra economía y trasformarlo en un
hábito.
Minimalismo financiero en cuarentena: cómo optimizar recursos y crear hábito de ahorro
Surge entonces la oportunidad de adoptar nuevas conductas a conciencia y de desterrar costumbres erradas,
para siempre. En este contexto analistas nancieros y educadores en la materia consultados por El Cronista
compartieron algunos tips para poner en práctica.
“El tiempo que muchas personas han recuperado al estar en sus casas tiene un valor muy importante. Sería
conveniente utilizarlo para revaluar los gastos que se venían realizando hasta este momento y armar un
presupuesto, un factor que casi siempre queda postergado, y que es medular en las nanzas personales”,sostuvo
la Founder & Directora en GT, miembro del cuerpo docente de Invertir Online, Gabriela Totaro.
Según planteó, “más allá de las típicas dos columnas de ingresos y gastos, si existe un excedente habría que
destacar también la columna de ganancias, porque esa nos dará un mejor diagnóstico para poder continuar
planicando. Otra enseñanza que vino a dejarnos esta pandemia es la de preguntarnos cómo hacer para que en el
futuro,si llegase a ocurrir otro imponderable, nos encuentre más sólidos desde lo financiero”.
Para el trader, analista financiero y autor del Arte de Decidir, Ezequiel Starobinsky “es importante observar cómo
manejamos el aspecto financiero en este contexto, porque nuestra relación con el dinero, especialmente con los
gastos y los ahorros, está teñida de trampas emocionales que pandemia mediante no hacen más que exacerbarse”.
Reducir gastos
“Si nuestros ingresos se han reducido, o posiblemente disminuyan en el futuro cercano, sería inteligente intentar
reducir gastos en la misma magnitud, especialmente si uno no cuenta con mucho ahorro adicional. A su vez es
necesaria cierta inteligencia sobre qué reducir y en qué grado, y jarse especialmente a quien afecta tal reducción.
Es un juego de varias variables: el flujo familiar de dinero que ingresa, los diferentes gastos y el ahorro con el que se
cuenta”, indicó Starobinsky.
“De esta manera,si una persona mantiene mayormente sus ingresos en tiempos de cuarentena -o de no ser así,
igualmente cuente con mucho ahorro-sería cuestionable que se aproveche de la circunstancia para dejar de pagar
las expensas, el sueldo de la empleada doméstica, la cuota del colegio o del club, todos gastos que hacen al salario
de otras personas, en general de menor poder adquisitivo”, agregó.
"En el caso de ver reducidos los ingresos y contar con poco o nada de ahorro, la cuestión es bien distinta y allí
tendrá que ver qué recortar y que no. Esta crisis puede ser una oportunidad para darse cuenta si uno está atrapado
en el hábito de consumismo innecesario que no nos da verdadera felicidad. Sería positivo empezar el recorte por
ahí",remarcó el analista financiero.
Cómo armar un presupuesto
Totaro explicó que “al principio, ese presupuesto debería ser diario, ya que debemos tomar rápidamente el control
de nuestras finanzas. Y repetirlo durante 21 días, porque en ese lapso se va convirtiendo en un hábito y luego se
puede sostener en el tiempo, como si quisieras consolidar una rutina de ejercicios o dejar de fumar. En una etapa
posterior, el presupuesto puede convertirse en mensual y, una vez que lo dominamos, comenzar a planificar en
función de si nuestras metas son a corto, mediano o largo plazo”.
Con respecto a las prioridades, destacó que “esas serán siempre las del sustento básico, la casa si existe un alquiler o
una hipoteca, los alimentos, los servicios, etcétera. Luego, habría que corroborar que los gastos de tarjetas de
crédito no superen el 30 % de nuestros ingresos, porque dejan de ser una financiación para entrar en el terreno de
las deudas”.
Según detalló la especialista en educación financiera, otro factor que debería ayudar es la conocida regla financiera del 70/30. Es decir, del 100 % de lo que ingresa, separar el 70 para gastos fijos y extraordinarios y, con
el 30 restante, dividir el 10 en un ahorro a largo plazo sin tener que tocarlo mientras sea un individuo productivo
laboralmente, para que cuando ya no lo sea, ese ahorro permita mantener la misma calidad de vida que se tenía.
“Por supuesto, yo recomiendo que ese ahorro se realice a través de una herramienta adecuada, que nos brinda el
hábito y la constancia. El otro 10 % es un fondo de emergencias que se compone de entre 6 y 24 sueldos para hacer
frente a imponderables como el actual, a la pérdida de empleo o a reducciones de ingresos. La parte restante puede
destinarse a inversiones, como por ejemplo en la bolsa, o bien para proyectos determinados como las vacaciones o
un cambio de auto”, concluyó Totaro.
Usar ahorros: ¿compro más dólares, o los vendo?
El temor a un futuro negro, muchas veces nos lleva a tomar decisiones que no siempre son las más adecuadas. Hoy
hay personas dolarizándose a niveles de 135 pesos por dólar en ese sentido el analista nanciero Ezequiel
Starobinzky describió: “Quienes aún tienen capacidad de ahorro en medio de la crisis, tendrían que comprar
cualquier cosa antes que dólares. La probabilidad de que la inflación le gane la carrera a la devaluación en el
próximo tiempo es alta, lo que implicaría una recomposición de los precios en dólares de los activos en el país
(siempre medidas con cotizaciones de “dólar libre”). Baste decir que quienes compraron dólares en 2002 dejándolos
en la caja de seguridad o el colchón, para 2017 habían perdido un 80% de poder adquisitivo. Hay que tener la
astucia de vender dólares en el momento que todos compran (como ahora), y comprarlos cuando todos venden
(como en 2017). Jugar a la inversa de la manada puede ser rentable cuando hablamos de finanzas”.
Cómo administrar y en qué invertir el excedente
“Las personas que aún en estos tiempos cuentan con la suerte de tener entradas superiores a sus gastos y a su vez
no tienen ninguna inversión o compra en mente, pueden quedarse en algún activo financiero en pesos”, sugirió el
analista financiero.
Existe un amplio menú, aunque habrá que estar pendiente a lo que suceda con el pago de la deuda del Gobierno.
En ese sentido, Starobinsky recomendó “instrumentos a tasa fija, a tasa Badlar o inflación más un diferencial.
También hay emisiones de empresas privadas en pesos si uno prefiere no correr el riesgo de un bono soberano.
Bajo cualquier escenario de normalización económica, por muy mediocre que sea, cualquiera de estos
instrumentos tiene altas chances de ganarle al dólar”.