En pandemia, personas con discapacidad visual recurren a la solidaridad del pueblo

El Centro Educativo Integral N°50 para Personas con Discapacidad Visual “San Juan Pablo II”, trabaja con todos aquellos santiagueños que presentan ceguera o disminución parcial o casi total de su sentido de la visión, sin discriminación de edad. En sus instalaciones se reciben a recién nacidos, niños, adolescentes, adultos y abuelos, con el firme propósito de contribuir en su bienestar sanitario y social.

Pero la pandemia también impactó considerablemente a la comunidad educativa, ya que en ella no sólo se vio postergada parcialmente su actividad, sino que además sus asiduos asistentes deben convivir con sus limitaciones, en una sociedad temerosa, la que muchas veces, se debate entre la solidaridad y el distanciamiento social. Además, adaptándose a la nueva modalidad de enseñanza, un gran desafío para todo el mundo educativo.

“Somos una institución que trabajamos con personas con discapacidad visual, desde el recién nacido hasta el adulto mayor. La pandemia nos obligó a cambiar la modalidad de llegar a nuestra comunidad educativa, y lo estamos haciendo desde la virtualidad. Hay alumnos que trabajan con el celular o la computadora a través de los lectores de pantalla, o bien son guiados por sus familiares. Los docentes mandan audios o bien en formato de texto, porque ellos con sus programas pueden acceder a un manejo de un dispositivo”, explicó Sebastián Cuellar, docente del Centro Educativo Integral N°50.

En tiempo de pandemia, nada es fácil, incluso ni siquiera aquellas cosas que parecen ser parte de la cotidianeidad. Por ello, desde el área de Orientación y Movilidad de la institución se refierieron a la manera de relacionarse con las personas con discapacidad visual, en medio de las amenazas constantes de contagio de coronavirus.

“La distancia se la debe mantener siempre. Lo importante es poder guiar desde la información auditiva, que sea lo más clara y precisa posible”, sostienen, con un claro mensaje para la comunidad.

“En ocasiones, las personas con la visión disminuida deben guiarse por el tacto, por lo que si están en un lugar, como el súpermercado, pueden ser guiados verbalmente por otra persona. Puede ocurrir que la persona con baja visión no tenga un buen cálculo del distanciamiento de los 2 metros (por ejemplo, en el cajero automático o parada de ómnibus), por lo que los demás deben amablemente indicarle”, pidieron a los santiagueños.

Asimismo remarcaron que “si cruzamos la calle junto a una persona con baja visión y deseamos ayudarla se debe indicar verbalmente, a una distancia prudente. En tanto que, la persona con baja visión, además de higienizarse las manos, debe limpiar frecuentemente su bastón. Es importante remarcar que el uso de la máscara protectora disminuiría aún más la visión ya que es un plástico lo que le quitaría seguridad en su desplazamiento”, advirtieron.

Por ley se adoptó el uso del bastón verde

El 26 de septiembre, en nuestro país es el día del bastón verde, el cual se instituyó en el año 2002 mediante la sanción de la ley 25.682, que establece el uso de dicho bastón, como instrumento de orientación y movilidad para las personas que tienen baja visión.

La idea en esta fecha es la de difundir y dar a conocer que este elemento se creó para ser utilizado por todos aquellos individuos que circulan en la calle con un resto visual disminuido, identificando a estas personas para que sean asistidas por la sociedad

Su uso es para personas que no han perdido totalmente la visión, pero la tienen muy limitada y pueden precisar ayuda en la vía pública. Sus posibilidades de desplazarse y actuar en el espacio varían mucho según la luz, el lugar y lo que haya en él. Quizás pueden ver objetos a corta o mediana distancia, pero no pueden cruzar la calle solos.

Quienes necesitan usar este elemento padecen de baja visión o hipovisión

La baja visión o hipovisión es una privación parcial de la vista que no puede ser corregida con anteojos, medicamentos o cirugía. Se considera que alguien la sufre cuando su resto visual está por debajo del 50 por ciento, teniendo en cuenta que el resto visual es el porcentaje de visión que una persona conserva y está compuesto por la agudeza, la capacidad de distinguir las formas y el campo, que es el ángulo de visión.

El 26 de septiembre es una fecha especialmente destinada a fomentar el uso del bastón verde, pero también a difundir entre la comunidad toda, la necesidad de acompañamiento y colaboración que las personas con baja visión requieren.