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La retinopatía hipertensiva, ¿qué es y cómo puede afectarnos?

18/10/2020 21:43 Opinión
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La retinopatía hipertensiva, ¿qué es y cómo puede afectarnos? La retinopatía hipertensiva, ¿qué es y cómo puede afectarnos?

Por el Dr. Ricardo Passone

Oftalmólogo

La tensión arterial (TA) es la presión con que la sangre circula por los vasos sanguíneos cuando sale del corazón (tensión arterial sistólica: vulgarmente llamada “la alta”) o cuando el corazón se llena de la sangre que retorna al corazón (tensión arterial diastólica: vulgarmente “la baja”).

Esta presión no es constante, varía en los diferentes momentos del día dependiendo de muchos factores: según hagamos reposo o estemos en movimiento, la temperatura (a más frío, mayor presión), comida reciente, ciertos medicamentos, si estamos nerviosos, etc.

Pero, generalmente, su medición debe encontrarse dentro de unos límites que se han considerado como normales, ya que fuera de ellos, de una forma continuada se puede producir daño en diferentes órganos.

La prevalencia combinada de hipertensión arterial, diabetes y colesterol elevado está entre los nuevos datos aportados por la 4ª ENFR (Encuesta nacional de Factores de Riesgo) llevada a cabo a fines del año pasado en nuestro país.

Por ejemplo, el indicador de prevalencia combinada de hipertensión, conjuga a aquellas personas que declararon ser hipertensas y toman medicación para la presión, y a aquellas que tuvieron la presión alta (140/90 mmHg o más) en la fase de las mediciones objetivas en el hogar en el momento de la encuesta.

La prevalencia combinada de hipertensión arterial fue de 46,6%, mientras que por autorreporte solo un 34,7% declaró ser hipertensa.

La retinopatía hipertensiva es el daño a la retina (la estructura transparente y sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo) causado por la hipertensión arterial. La retina puede resultar dañada cuando la presión arterial aumenta (un trastorno denominado hipertensión).

Síntomas

Retinopatía hipertensiva crónica.

La mayor parte de las personas con este tipo de problema permanecen sin síntomas durante mucho tiempo y suelen ser diagnosticadas gracias a los exámenes de fondo de ojo que se realizan como parte del control de la hipertensión arterial.

En el fondo de ojo se puede apreciar en estos casos una disminución del grosor de los vasos, unos cruces arterio-venosos patológicos y dilataciones saculares en la pared de los vasos.

Además, este tipo de hipertensión aumenta el riesgo de que se produzcan oclusiones vasculares, pudiendo afectarse entonces la visión. En los pacientes con hipertensión de larga evolución o severa, puede aparecer visión borrosa o disminución de la agudeza visual y en algunos casos puede existir una pérdida significativa de la visión, sobre todo en aquellos casos asociados a otras patologías, como diabetes o arteriosclerosis.

Retinopatía hipertensiva aguda.

También se conoce como retinopatía maligna o acelerada. Este tipo de retinopatía ocurre sobre todo en pacientes con hipertensión asociada a enfermedades como eclampsia o preclamsia, feocromocitoma, etc.

En estos casos la visión puede afectarse de manera más importante. Se presenta en situaciones en las que el aumento de la presión arterial es brusco. Se caracteriza por presentar visión borrosa, que suele ser transitoria y se normaliza al restablecerse los valores normales de presión, pudiendo estar acompañada de dolor de cabeza. En el fondo de ojo se observa una disminución generalizada del calibre de los vasos. En los casos más graves se pueden apreciar hemorragias, exudados y edema de papila.

Causas

La hipertensión arterial puede provocar daño a los vasos sanguíneos en la retina. Cuanto más alta sea la presión arterial y mayor sea el tiempo que ésta haya estado elevada, más probable será que el daño sea grave.

Usted tiene un riesgo más alto de daño y pérdida de la visión cuando padece diabetes, niveles de colesterol alto o fuma.

En raras ocasiones, las lecturas de presión arterial repentinamente se tornan muy altas, pero cuando sucede, pueden causar cambios graves en el ojo.

Igualmente es más probable que sucedan otros problemas con la retina, como:

* Daño a los nervios del ojo (neuropatía óptica isquémica) debido a la circulación deficiente.

* Bloqueo del riego sanguíneo en las arterias que van a la retina (oclusión de la arteria retiniana).

* Bloqueo de las venas que llevan la sangre que sale de la retina (oclusión de la vena retiniana).

Complicaciones

Cuando la tensión arterial aumenta, los vasos sufren un incremento de presión que va a provocar una serie de alteraciones en ellos y en los tejidos que los rodean. En primer lugar, sufren un aumento de la permeabilidad que va a provocar la salida de líquido y sustancias del plasma hacia la retina.

Por otro lado, algunos vasos sufren una importante contracción, disminuyendo el flujo sanguíneo hacia algunas regiones de la retina que quedan dañadas por la falta de irrigación. En esta situación pueden producirse también hemorragias debidas al daño sufrido por los vasos. La salida de líquido procedente de estos puede dar lugar finalmente a edema de la retina.

En los casos en que existe hipertensión grave, puede afectarse también la coroides, capa que rodea la retina, dando lugar a la llamada coroidopatía hipertensiva. Cuando la enfermedad está avanzada afecta el nervio óptico, estructura que manda los impulsos nerviosos al cerebro.

Prevención

* Mejorar el estilo de vida, a través de la actividad física, dejando de fumar.

* Controle regularmente la presión arterial alta.

* Realice exámenes oculares regulares.

Diagnóstico

El principal método para diagnosticar la retinopatía hipertensiva es mediante el estudio del fondo de ojo, que consiste en el análisis de la retina y sus vasos por medio de un oftalmoscopio. Es una prueba sencilla e indolora que se realiza en pocos minutos. Además, hoy en día es posible filmar o fotografiar el fondo de ojo y conservar una imagen para compararla con otras futuras para seguir la evolución del paciente.

La angiografía con fluoresceína permite el registro de la imagen del fondo de ojo tras la inyección de un contraste que se distribuye a través de la circulación sanguínea. Esta técnica puede resultar de utilidad para valorar la gravedad de la enfermedad, sobre todo en aquellos casos en que existen patologías asociadas como la retinopatía diabética.

Tratamiento

El único tratamiento para la retinopatía hipertensiva es el control de la presión arterial alta; para ello, desde la Sociedad de Oftalmología de Santiago del Estero aconsejamos controlar el exceso de peso, realizar actividad física regularmente, llevar una dieta saludable, reducir el consumo de sodio o sal en las comidas, limitar el consumo de alcohol, evitar el consumo de tabaco en todas sus clases, reducir el consumo de cafeína, controlar los niveles de estrés.

Recuerde por último que dos visitas anuales al oftalmólogo pueden prevenir la aparición de enfermedades o afecciones oculares que pueden afectar nuestra calidad de vida.l


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