Rescatan a 101 víctimas de una red evangélica de trata y en Santiago liberan a 32 personas

Una fiscal de Santiago del Estero y su par de Morón, Buenos Aires, impulsan una ambiciosa investigación por “delitos de trata de personas, reducción a la servidumbre, lavado de dinero, contra la integridad sexual, la identidad y la vida”, cuyo resultado preliminar fue el rescate de 101 víctimas y allanamientos en San Justo, Bahía Blanca, San Miguel del Monte, Neuquén, Entre Ríos, Mendoza, Tucumán, Salta, Santiago del Estero y la Ciudad de Buenos Aires.

Según la compleja investigación, se trata de dos causas simultáneas, a cargo de las fiscalías federales N° 1 de Morón y N° 2 de Santiago del Estero, a cargo de Indiana Garzón, junto a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), según indicó a EL LIBERAL la propia funcionaria judicial.

Los operativos

Pese al hermetismo en que se cimentaron los allanamientos, se sabe que un grupo de menores y mayores fueron captados y sometidos a la influencia de una organización criminal bajo el nombre del ‘Templo Evangélico Filadelfia’, con sede en San Justo, a la que se consideró como ‘secta religiosa’ y cuyos integrantes ya están presos.

La primera denuncia fue interpuesta el año pasado. En ella, se informó que la secta desplegó ‘un plan sistemático de captación, explotación laboral y reducción a la servidumbre’, ya que ‘cuando los fieles ingresaban a la congregación religiosa Filadelfia, quedaban bajo el dominio exclusivo de las líderes.

La vía era un proceso de persuasión coercitiva, que tenía como finalidad la apropiación de sus voluntades y de su patrimonio. La metodología era perversa y refleja las más bajas calamidades humanas. Comenzaba en muchos casos desde la minoría de edad. ‘Los seguidores terminaban creyendo que las líderes se encontraban revestidas de dotes de divinidad, circunstancia que les permitía a estas mujeres realizar todo tipo de acciones, muchas de ellas con tintes o ribetes delictivos, sin recibir algún tipo de cuestionamiento’.

Añatuya

El domingo 29 de noviembre se hizo un allanamiento y rescate en Santiago del Estero. El epicentro fue una finca a 50 kilómetros de Añatuya conocida como “Palo Verde”.

La medida había sido requerida el día anterior con carácter de urgente por la Fiscalía Federal N° 2, a cargo de Indiana Garzón, luego de la notificación de una denuncia recibida en la Línea 145 que daba cuenta de una posible situación de explotación laboral.

Tras la comunicación telefónica, representantes del Programa de Nacional de Rescate y Acompañamiento y el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) hicieron una inspección, en la que encontraron a 32 personas oriundas de localidades como Villa Atamisqui, Fernández y Yuchán, ninguna registrada.

Una tenía sólo 15 años. Se encontraban en carpas hechas con bolsas plásticas, sin acceso a agua potable ni baños y dormían y cocinaban sobre el piso. La tarea que desarrollaban se conoce como “destroncado”: consiste en sacar manualmente troncos y raíces de suelos, cuyos árboles fueron talados.

Explotación de lunes a lunes y abusos con precios y comida

Las personas entrevistadas relataron que fueron llevadas por contratistas que establecían “las condiciones laborales”: de lunes a lunes entre las 6 y las 11 de la mañana, con una pausa por las altas temperaturas, que superan los 45°, y luego de 16 a 19.

Los empleadores les vendían los alimentos para subsistir abusando de los precios. En Añatuya había 32 personas en un campo habitando en carpas hechas con bolsas, sin acceso a agua potable ni baños, y dormían y cocinaban sobre el piso. Asimismo, la Fiscalía que encabeza Garzón requirió, entre otras diligencias, que los organismos de asistencia entrevisten a las víctimas e informen “sobre su situación de vulnerabilidad, aporten los datos y direcciones necesarias para que oportunamente y si estiman que están en condiciones- brinden testimoniales”.

Atrocidades que llegaron al suicidio de joven homosexual

Entre las tantas atrocidades registradas, se pudo establecer que la organización cometió instigación al suicidio al haber inducido a la muerte a un joven que se había reconocido como homosexual, hecho por el que sufrió permanentes hostigamientos y agresiones que finalizaron con su trágico suicidio.

Siempre bajo “la palabra divina”, el joven había sido obligado a desnudarse públicamente, fue golpeado y sufrió agresiones físicas.

Ahora, los investigadores avanza sobre la banda y habría numerosas víctimas próximo a romper el silencio.

La secta operaba en el país desde la década del 70

El grupo, oculto bajo una presunta vocación religiosa, comenzó sus actividades en el país entre 1972 y 1973 liderado por “la Tía Eva” y dos cómplices. Se las acusa, hasta ahora, de dos abusos sexuales (en el marco de acciones “religiosas” con el fin de “evitar el pecado”) contra, por lo menos, un menor.

Con un “templo” principal emplazado en el Gran Buenos Aires y “anexos” en provincias y, según se presume y aun se investiga, en Brasil y Paraguay, captaban personas. Centralmente, eran realizadas sobre niñas y niños en situaciones de pobreza y vulnerabilidad. Bajo una “persuasión coercitiva” les hacían creer que la líder tenía un poder supraterrenal.

Apogeo y ocaso de la “Tía Eva”, líder del Templo Filadelfia, en la provincia de Buenos Aires

De acuerdo con la investigación, la caída de los líderes del templo de Buenos Aires en mayo del año pasado desencadenó un efecto dominó. Se trata de una organización evangélica que se dedicada a la trata de personas, lavado de dinero, delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y contra la vida.

La Policía Federal con el apoyo operativo de 250 efectivos de la Gendarmería desbarataron la organización que se dedicaba a la trata de personas, lavado de dinero, delitos contra la integridad sexual de menores y adultos, contra la identidad y contra la vida.

Sus ramificaciones, luego de los procedimientos de esta semana, siguen cayendo.l