Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . El Evangelio

“No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra”

16/06/2022 22:49 El Evangelio
Escuchar:

“No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra” “No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra”

En aquel tiempo, dijo Jesús

a sus discípulos: «No atesoréis

para vosotros tesoros

en la tierra, donde la polilla y la

carcoma los roen y donde los

ladrones abren boquetes y los

roban.

Haceos tesoros en el cielo,

donde no hay polilla ni carcoma

que los roen, ni ladrones

que abren boquetes y roban.

Porque donde está tu tesoro,

allí estará tu corazón.

La lámpara del cuerpo es

el ojo. Si tu ojo está sano, tu

cuerpo entero tendrá luz; pero

si tu ojo está enfermo, tu cuerpo

entero estará a oscuras. Si,

pues, la luz que hay en ti está

oscura, ícuánta será la oscuridad!”.

Ese tesoro de buenas obras lo llevaremos

en vasijas de barro hasta el cielo

Jesús nos dice “no atesoréis para vosotros tesoros”, pero nos

preguntamos: ¿qué tesoros poseemos o de cuáles nos podemos

apropiar?

Podemos apegarnos a las obras buenas que hayamos hecho,

apropiándonos todo el mérito de esas acciones, cuando en realidad

es un don de Dios. Si hay algo bueno en todo ello, se lo debemos

a él, que se ha valido de nosotros como instrumentos suyos.

Ese tesoro de buenas obras lo llevaremos en vasijas de barro

hasta el cielo, porque será el mérito de Jesucristo en nosotros,

que se ha valido de nuestra fragilidad para hacer su obra maravillosa,

pero siempre, siempre, es él quien mueve los hilos de nuestra

vida.

Por eso es tan importante tener la mirada y el corazón limpios,

para valorar y colocar todo en su lugar correcto y dar a cada cosa

el valor que tiene según el corazón de Dios.

Tenemos que buscarle

en la intimidad de nuestro corazón, en la oración, para entregarle

nuestro ser y ser libres caminando confiados totalmente en él.

También podemos acumular cosas, dinero, bienes, pensando

en nuestro bienestar y confort y esto en muchas ocasiones nos

lleva a cerrar y achicar el corazón, quitándole espacio al Señor,

que es el único Tesoro que tiene que llenarlo y al que debe dirigir

toda su atención y cuidado.

Si tenemos una mínima sensibilidad,

ayudaremos a los demás con alguna limosna para tranquilizar

nuestra conciencia, pero, sin tocar nuestro tesoro. No nos damos

cuenta que los tesoros de este mundo son pasajeros, nunca nos

satisfacen, porque siempre nos parecerán insuficientes y necesitaremos

tener un poco más.

El corazón se hace pequeño y se queda atrapado, preso y centralizado

en nuestro yo.

Es necesario discernir y preguntarse: ¿Tengo el corazón atado?,

¿a qué?, ¿tengo paz o continuamente necesito justificar mis

actos incluso delante de Dios?

Lo que debes saber
Lo más leído hoy