No hay Navidad sin Pueblo, ni País sin Federalismo

Navidad es el desborde de amor que Dios tiene sobre su Hijo que renueva la dignidad de todo hombre y mujer del planeta. No hay otra mirada para este Nacimiento Divino Y cuando Jesús de Belén se hace “uno de nosotros, y no se avergüenza de llamarnos hermanos” (Heb 2, 11) lo hace renovando la verdad y restituyendo la justicia, ambos signos de la Misericordia del Padre.

Así, celebrar Navidad es encontrarnos con la imagen del Niño Dios en brazos del Papa Francisco mientras rezaba a favor de “los niños devorados por las guerras, la pobreza y la injusticia". Y clamaba a Jesús, el amor de los amores, por un mundo distinto, más equitativo, más humano.

Un marco religioso quetambién pauta elhacerse cargo del presente en su situación más marginal y angustiante junto con «cuidar la fragilidad de los pueblos y de las personas; con fuerza y ternura, lucha y fecundidad, en medio de un modelo funcionalista y privatista que conduce inexorablemente a la cultura del descarte». Así ciertamente se genera una actividad intensa, porque “hay que hacer lo que sea para salvaguardar la condición y dignidad de la persona humana”. (cf. SS. Francisco. Enc, Fratelli Tutti).

Razón por la cual se afirma que “no hay Navidad sin pueblo feliz”; y menos con la oscura amenaza de retención de bienes co-participables. Porque el amor se distribuye, la verdad no se la disfraza y a la justicia se la mide desde la pobreza y vulnerabilidades socio-colectivas. En este sentido, «el amor social es una fuerza capaz de suscitar vías nuevas para afrontar los problemas del mundo de hoy y para renovar profundamente desde su interior las estructuras, organizaciones sociales y ordenamientos jurídicos» (cf. SS. Francisco. Enc, Fratelli Tutti).

Entonces, pensar que se construye derecho constitucional con la evidente manipulación desequilibrada de la economía argentina, es un sofisma tan grande como la indignación que produce como reacción. No hay patria sin federalismo!, manifiesta el gobernador de Santiago del Estero.

Y que nadie sea confundido. Aunque el escenario macro de pugna sean instancias políticas nacionales, la realidad se trasluce en la cotidianidad popular. La co-participación federal equitativa y su perspectiva cristiana de justicia social es un tema, problema y militancia de todos los argentinos/as. La verificación es el plato de promoción de vida en las familias y en los pueblos de la Nación Argentina.Por ello, da qué pensar enquienes no se sientenimpulsados a reconquistar dignidad y democracia.Es posible que estén cocinando en otro lado.