Dos familias gitanas se pelearon por tierras y uno de sus miembros terminó baleado en el cuello

Una pelea por la ocupación territorial entre integrantes de la comunidad gitana en la ciudad de Forres terminó en una batalla campal con un herido de bala, un cabo de la policía lesionado y seis aprehendidos, entre ellos una mujer.

El violento episodio se registró cerca de las 22.30 del domingo a la vera de la Ruta Nacional 34, en el acceso a la ciudad del departamento Robles. Allí, al menos veinte personas decidieron arreglar sus diferencias a golpes, con palos y puntas con llamas.

Según se supo, el grave hecho fue descubierto cuando un llamado telefónico anónimo alertó a los efectivos de la Comisaría 52. Al llegar al lugar encontraron luchando a hombres, mujeres y niños de la comunidad romaní.

Los revoltosos peleaban unos contra otros; se arrojaban piedras y palos, e incluso uno de ellos efectuó varios disparos de arma de fuego, que impactó en uno de sus eventuales contrincantes, el cual fue trasladado por los mismos integrantes de su comunidad al Hospital Zonal.

Los policías, al verse superados en número por los protagonistas de la gresca, dieron el alerta a sus pares la División Prevención de la Departamental 8, quienes arribaron al lugar a los pocos minutos para apoyar a sus compañeros.

Rápidamente los efectivos alertaron de lo sucedido a la fiscal de turno Dra. Natalia Saavedra, quien ordenó que se aprehendiera a todos los que participaban de la disputa.

Es así como los uniformados apresaron a Oscar Esteban (24), residente en Chaco; Ariel Esteban (32); Carlos Benítez (23); Martín Esteban (29), todos con residencia a la vera de la ruta y una mujer de apellido Benítez.

También secuestraron un revólver calibre 22 con balas en su tambor y cuatro vainas servidas, la cual se encontraba en manos de Martín Esteban.

Se supo además que el herido, quien fue rozado por una bala en el cuello, fue identificado como Mario Esteban, (37), con domicilio en el Chaco. Además un cabo de la Policía sufrió una lesión en el pie.

Finalizada la batalla campal y con el retorno de la calma al lugar, los apresados fueron trasladados a sede policial, donde quedaron alojados.

Todos ellos fueron examinados por el médico de Policía. Presentaban algunos golpes, lesiones cortantes que demandaron puntos de sutura y magulladuras propias de la pelea, sin gravedad alguna. En tanto, quien recibiera el disparo, sólo presentaba lesiones superficiales en la piel detrás de la oreja derecha y sin cortes.

El Dr. Carlos Ordóñez Ducca también tomó intervención en el hecho y ordenó que el arma secuestrada sea peritada por los expertos. Según se supo, la brutal pelea entre las familias se había generado por la disputa de unas tierras.l