"Cuando conocí a Mario, él decía que se estaba secando" "Cuando conocí a Mario, él decía que se estaba secando"
A criterio de Ledesma, “Rojas sufría más bien por su pensamiento”.
Agregó: “Ese día se hizo la consulta. Y mi madre le planificó una limpieza para el 13. El diagnóstico fue que todo era efecto de su propio pensamiento. Estaba perseguido y quizá alucinaba. Mi madre le dijo: ‘Cortá tus ondas negativas’. Igual, él pensaba que estaba tocando fondo y decía que se estaba secando”, añadió.
“Al día siguiente se hizo la limpieza en la esquina de mi casa. Se le pasó por el cuerpo un atado de acelga (cerca de las 20). Necesitaba estar tranquilo y con fe. Presenciaron el trabajo mi madre, Pereyra, Brandán, Yolanda Jiménez, comadre de mi madre y yo”.
Continuó: “En el trabajo, mi madre le pasó el atado de acelga y una bolsa con porotos negros. Implica la invocación al santo que corre con respecto a las bestias de malas energías. Cuando todo terminó, Rojas se largó a llorar. Le acerqué un banco. Ya dentro de casa, Yolanda nos dijo: `Pobrecito Mario, cómo sufre”.