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EL LIBERAL . Santiago

En vacaciones aumenta el peligro para los menores en la Red

19/12/2016 00:00 Santiago
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Con la llegada de las vacaciones escolares y veraniegas, los niños disponen de mucho más tiempo libre para dedicarse a sus distracciones. Los chicos aprovechan para "no desconectarse" de la red, durante el tiempo de vacaciones. Los adultos tampoco tenemos que "desconectarnos" y debemos continuar en lo posible de modo "control parental". Los tiempos cambiaron, los padres ya no tenemos que estar en la ventana pendientes de ver con quién está jugando nuestro hijo, o si tuviese el más mínimo problema. Nuestros hijos han dejado de ser tan "callejeros" como lo éramos nosotros y ahora se "entretienen" con sus computadoras, consolas, tablets y smartphones en la tranquilidad de sus habitaciones y para la "equívoca" tranquilidad de los padres. Ahora, en la era de la comunicación, nuestros hijos son especialistas en la socialización, tienen cientos de "amigos" con quienes hablan y comparten confidencias en las redes sociales, como en medio de una partida de sus juegos online preferidos o a través de los programas de mensajería instantánea instalados en sus teléfonos móviles de última generación. Son especialistas en el uso y disfrute de las nuevas tecnologías. Tengamos en cuenta que han nacido en esta era y son realmente "nativos digitales", verdaderos expertos en "maquinitas y aparatos varios", gozan del control absoluto de las nuevas tecnologías y de sus herramientas, ¡ellos han inventado "el internet"! Por el contrario nosotros, los "inmigrantes digitales", no nos enteramos "de qué está ocurriendo", no tenemos ni idea de "tuentis, facebús o whatsapp". Esa es la idea que tienen nuestros hijos de nuestro conocimiento de las nuevas tecnologías, y esa es precisamente la idea que tenemos que quitarles de la cabeza. Para ello tenemos que empezar por "educarnos" nosotros mismos. ¿Tenemos razón para preocuparnos? Sí. ¿Tenemos razón para desesperarnos? No. A modo de ejemplo: en el tema de internet, podemos parecer turistas, y nuestros hijos autóctonos de la red. Por ello debemos familiarizarnos con todo esto tan nuevo para nosotros, y no hace falta convertirnos en expertos en la materia para proteger a nuestros hijos. No quiero ser ni parecer alarmista ni detractor de internet, al contrario, como internauta que soy, desde los principios de internet, destaco los numerosos beneficios de la red en todos los aspectos, tanto culturales y educativos como sociales y comunicativos, y nosotros de la tranquilidad de saber que nuestros hijos están seguros en la red, y para ello no necesitamos hacer ningún máster como expertos informáticos para poder protegerles, simplemente debemos acabar con la llamada "brecha digital" entre padres e hijos y ser conocedores de los peligros a los que se pueden enfrentar en el mundo "virtual", como conocemos los peligros que les acechan en el mundo real. Los padres no siempre somos conscientes de los peligros que entraña la Red, aunque tenemos, en ocasiones, una cierta percepción de inseguridad, y en varias ocasiones, el peligro de la "falsa soledad" en internet de nuestros menores, el peligro de que nuestros hijos puedan ser víctimas de un ciberdepredador que los acose mediante las técnicas del conocido "grooming". O simplemente que ellos mismos sean víctimas dentro de su propio círculo o incluso los causantes del problema en los casos de "ciberbullying" o "sexting", los tres peligros "ING" de los menores en la red. Conscientes de estos tres peligros "principales" es hora de abordar otros riesgos de los que no tenemos consciencia, pero no por ello se convierten en menos graves. Me refiero a las experiencias verdaderamente negativas, como por ejemplo durante la navegación, con no más de tres clicks de ratón un menor puede llegar a acceder a imágenes fuertemente pornográficas o violentas. Sólo el 45% de los padres conoce las experiencias negativas que sus hijos han sufrido en uno u otro momento en la Red. El problema es que más del 60% de los menores afirma haber tenido experiencias desagradables y negativas. Muchos padres ni siquiera saben que, aunque sus hijos dediquen poco tiempo a navegar por internet, luego dejan la computadora encendida y descargando contenidos, mientras que los padres permanecen totalmente ajenos al contenido que se descargan. Recordemos los "extintos" videoclubs, en ellos encontrábamos distintas secciones y temáticas, en internet pasa igual, podemos disfrutar de los mejores contenidos de animación infantil, pero también de las temáticas más duras y atroces de las que jamás podríamos imaginar. Cambiar las reglas Los peligros en internet aumentan conforme crece la exposición de los menores a la Red sin una adecuada supervisión por parte de los adultos, como sucederá durante el próximo verano. Por otro lado, esa falta de supervisión puede además provocar que los niños hagan usos inadecuados o poco responsables de la Red. El verano es un momento ideal para cambiar las reglas del juego. Para los especialistas, la clave del éxito está en el diálogo. Los menores deben saber que pueden confiar en los padres en todo momento, y que van a tener su apoyo. Muchos menores no les cuentan a sus padres los problemas que tienen en internet por temor a enojarlos. La computadora debe estar situada en una sala pública como el salón, o una habitación de uso común, aunque eso no va a garantizar que el menor acceda a internet a través de las computadoras de los amigos, o los de un cibercafé o biblioteca. Por otro lado, los padres muchas veces olvidan que el teléfono móvil es una vía de acceso a internet cada vez más habitual, y que los riesgos que se corren con el teléfono móvil son similares a los de una computadora conectada a la red. No se trata de prohibir Esta medida sólo trasladaría el problema a otras computadoras. Es mejor explicar a los hijos por qué no deben acceder a determinadas páginas, y qué peligros les acechan si desarrollan determinadas conductas que ellos creen inocuas, por ejemplo, proporcionar información personal en las redes sociales. Hay que dejarles claro de forma razonada que si ponen muchas fotos de la casa, escriben su dirección, y dicen que se van de vacaciones, hay muchas posibilidades de que al volver no queden ni las bisagras de las puertas, por decirlo de alguna manera. Por suerte, en esta lucha contra los peligros que amenazan a los menores en internet, los adultos tienen a la tecnología de su parte. Todas las computadoras domésticas deberían tener instalado un antivirus y un cortafuegos, porque sólo así se evita que la computadora conectada a la de redes sean vulnerables y que usarán los ciberdelincuentes la máquina para cometer todo tipo de delitos. Se les puede explicar a los menores que no conviene que visiten ciertas páginas, pero además el acceso a esas páginas se puede bloquear desde el control de contenidos de navegador o desde un programa de control parental. De igual manera, es posible establecer un horario de uso. Los programas de control parental permiten fijar la franja horaria en la que puede navegar el niño. Para ello cada hijo deberá tener una cuenta de acceso de usuario con privilegios limitados, ¡jamás como administrador! Gran parte de los archivos que circulan en las redes de intercambio están contaminados, incluyen programas espía, troyanos, virus y, en muchos casos, el contenido real no tiene nada que ver con el título. En vacaciones no demos vacaciones a nuestro sentido común, no bajemos la guardia y pongamos en peligro a nuestros menores, potenciemos el uso responsable de internet y como siempre... Informando y educando podemos hacer que internet sea un lugar más seguro. Nosotros somos nuestra mayor vulnerabilidad, pero también somos nuestro mejor antivirus.

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