Los padres deben saber de raíz que los gritos aíslan, la violencia verbal y emocional aísla, aleja"

Ayudar a los adolescentes no es tarea sencilla. Sin embargo trabajar en equipo suele ser la mejor manera de hacerlo. En este contexto, el compromiso es de los padres y de los docentes.

Además, la Lic. Ana Gálvez pidió expresamente dejar de lado los castigos y las agresiones hacia los jóvenes, ya que esa vía de reacción de los adultos no lleva ningún resultado positivo.

"Nuevamente, el docente desde su nivel superyoico, que es el mismo nivel mental a donde están los padres, deben tener la necesidad de cuidar. Deben apuntar a trabajar en los jóvenes en la necesidad de regresar a la casa, la necesidad de tener confianza con los padres. Los padres también deben saber de raíz que los gritos aíslan, la violencia verbal y emocional aísla, aleja, y mucho más cuando está acompañada con una violencia física", argumentó la Lic. Gálvez.

Consecuencias

Sobre este tema, consideró finalmente que "la violencia física es física y emocional. La violencia emocional puede no ser física, pero daña el motor que impulsa la acción, que es la emoción. Entonces, todo mecanismo de violencia, represión, gritos, agresividad no va a surtir un buena efecto. Menos con los niños y los adolescentes. Es hora de retomar el diálogo funcional".