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EL LIBERAL . Santiago

Los presidentes argentinos y sus conmemoraciones, Primera Parte: sus monumentos

03/07/2022 00:24 Santiago
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Los presidentes argentinos y sus conmemoraciones, Primera Parte: sus monumentos Los presidentes argentinos y sus conmemoraciones, Primera Parte: sus monumentos

Julio y octubre, cada año, se convierten

en recordatorios de las efemérides presidenciales

argentinas: muchos primeros

mandatarios nacieron o murieron, y varios

asumieron en estos dos meses.

Los

eventos de 2001, con la sucesión de tres presidentes

y dos encargados del Poder Ejecutivo

Nacional en sólo diez días crearon la idea de

una multitud presidencial. Sin embargo, nuestra

historia presenta 2 presidentes legales entre

1826 y 1827: Bernardino Rivadavia y Vicente López

y Planes; 2 presidentes de la Confederación

Argentina, de 1854 a 1861: Justo José de Urquiza

y Santiago Derqui; y 32 presidentes constitucionales

en varios períodos.

El más extenso con

catorce mandatarios desde 1862 hasta 1930: a

saber, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento,

Nicolás Avellaneda, Julio Argentino Roca

e Hipólito Yrigoyen en dos ocasiones cada uno,

Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Luis y

Roque Sáenz Peña (padre e hijo), José Evaristo

Uriburu, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta,

Victorino de la Plaza y Marcelo Torcuato de

Alvear.

A estos personajes se suman al mando

del país trece mandatarios de facto que desde

1930 hasta 1983 gobernaron durante 22 años;

con intermedios constitucionales: tres presidentes

entre 1932 y 1943, Agustín Pedro Justo,

Roberto Marcelino Ortiz y Ramón S. Castillo;

de 1946 a 1955 sólo uno, Juan Domingo Perón,

el primer reelecto consecutivamente; de 1958 a

1966 otros tres, Arturo Frondizi, José María Guido

y Arturo Umberto Illia; y en 1973 hasta 1976

nuevamente tres, Héctor José Cámpora, el tercer

gobierno de Perón y María Estela Martínez

de Perón, la primera jefa de Estado en el mundo

elegida por el voto popular.

Desde 1983 y sin solución de continuidad

ya se han sucedido al mando del país Raúl Alfonsín,

Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Adolfo

Rodríguez Saá, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner,

Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio

Macri y el actual Alberto Fernández.

Este recuento

permite afirmar que la República Argentina

ha tenido hasta hoy 49 ciudadanos que ocuparon

la presidencia, una cifra no tan exagerada

como a veces se presume en los análisis políticos.

Han fallecido 43 presidentes y viven 6, entre

ellos las dos mujeres que ejercieron la primera

magistratura.

La construcción de la memoria de las presidencias

de los 170 años de la República Argentina

desde la organización nacional como fruto

de la sanción de la Constitución Federal de 1853,

ha tenido un largo devenir y en los inicios de los

tiempos “normales”, como bautizó Roca a su primer

período de gobierno, posterior a los mandatos

constituyentes y fundacionales, se decidió

conmemorar a los hombres que habían encabezado

el poder en la propia Casa de Gobierno, que

fue construida por entonces y se soñó como un

palacio político inspirado en la historia.

Los bustos de la Casa Rosada

Si transitamos por el Hall de Honor de la

Casa de Gobierno de los argentinos, que oficia

de vestíbulo de ingreso, nos encontraremos con

los bustos marmóreos de la mayoría de los presidentes,

incluyendo al único de los tiempos de

la Independencia que ocupó ese cargo: Cornelio

de Saavedra, quien encabezó la Junta Gubernativa

del Río de la Plata el 25 de mayo de 1810 y

que fuera incorporado al listado conmemorativo

en el siglo XX.

Esta costumbre ha transitado por

varios períodos donde la discusión sobre el pasado

se hizo presente, incluso se ha establecido

un protocolo legal que no se respeta.

En 1973

se decidió trasladar desde el Salón Norte o Sala

de Acuerdos, donde estaban exhibidos, a su actual

ubicación general, pero que es cambiada al

inicio de cada presidencia, a pesar que las disposiciones

establecen el orden cronológico como

criterio.

No cabe duda que los presidentes argentinos,

que ofician como “dueños” de la Casa Rosada

han leído al filósofo marxista Antonio Gramsci,

quien sostenía que aquel que domine el relato

del pasado histórico, es el dueño del futuro

social. No deja de llamar la atención que los bustos

presidenciales se hayan convertido en peregrinos

del Hall según sea como la historia argentina

se quiera contar.

Disculpándome por la auto

referencia, en las contadas ocasiones que visité

la Casa Rosada nunca encontré a los presidentes

de mármol en la misma ubicación que en

la visita anterior.

Se decidió en 2015 no exhibir más los bustos

de los presidentes de facto que se esculpieron,

como es el caso de los generales José Félix

Uriburu, Pedro Pablo Ramírez, Edelmiro Farrell,

Eduardo Lonardi, Pedro Eugenio Aramburu, Juan

Carlos Onganía, Roberto Levingston y Alejandro

Lanusse, que alguna vez estuvieron ubicados

entre sus derrocados.

Sería bueno saber que

destino tuvieron esas esculturas, ya que podrían

ser usadas para que la memoria sea completa,

aunque no como homenaje. Quizá se podría pensar

en una galería de los dictadores, en tanto llegaron

al poder por medio de un golpe de estado.

Los escultores de los

presidentes

El presidente Roca encargó

a Lucio Correa Morales

los bustos de Rivadavia,

Urquiza y Derqui.

Desde

entonces, se estableció

la costumbre de que el

presidente en el mando ordenara

la estatua de su antecesor.

Esto rigió incluso luego

de los golpes de Estado hasta

1955. Pietro Costa, Lola Mora y Torcuato

Tasso participaron de la escultura de

otros rostros presidenciales.

José Fioravanti tuvo

a su cargo la realización del busto de Alvear,

además de la construcción de los monumentos

de Avellaneda y de Roque Sáenz Peña que se encuentran

en las calles porteñas.

Hay que destacar que los primeros fueron

realizados en mármol de Carrara sin vetas, pero

que luego comenzó a usarse mármol blanco

argentino. Incluso cuando se inauguró el de Kirchner,

única de estas estatuas que fue estrenada

en cumplimiento de la ley en el plazo de ocho

años del fin de su mandato el 9 de diciembre de

2015, se realizó en fibra de vidrio y luego fue

trasladada por medios tecnológicos a una pieza

de mármol, trabajo realizado en Italia.

Curiosidades en la Casa de los

Presidentes

Como detalles curiosos, el busto de Alvear

lo muestra con el torso desnudo, siendo el único

que sigue esa antigua costumbre romana, el

de Néstor Kirchner luce un apósito producto de

la herida producida en la Plaza de Mayo por el

impacto de una cámara fotográfica en su frente.

Debe recordarse que en ocasión de realizarse

el funeral de Diego Maradona en la Casa de

Gobierno la escultura de Hipólito Yrigoyen rodó

por el piso y debió ser restaurada, y los responsables

de seguridad procedieron a retirar apuradamente

varios bustos para evitar su rotura.

El periplo de la estatua de María Estela Martínez

de Perón es digno de una película de enredos.

Corría el año 2008 y era conocido el deterioro

de la salud de don Raúl Alfonsín, el restaurador

de la República. El gobierno nacional decidió

homenajearlo con la inauguración de su busto

en el Hall de Honor de la Casa Rosada. Pero

ello imponía cumplir con la obligación de colocar

los monumentos conmemorativos de los dos

presidentes constitucionales anteriores a Alfonsín:

Cámpora y Martínez de Perón. El de Cámpora

fue inaugurado el 13 de noviembre de ese año.

El de Alfonsín, esculpido por Orio Dal Porte, había

sido colocado el 1 de octubre aunque se desató

una polémica acerca del parecido o no con

el homenajeado, que asistió en la Casa Rosada a

su inauguración.

Pero el busto de “Isabelita” fue guardado

y doce años después un coleccionista de arte

lo encontró a la venta en un anticuario del gran

Buenos Aires.

A Pablo Miño le llamó la atención

su tamaño: 75 centímetros de altura, la excelente

factura escultórica, y sobre todo, siendo un

simpatizante justicialista, reconoció a la ex presidente

que vive actualmente en Madrid

con sus 91 años.

La Casa Militar,

responsable de la Casa Rosada

como inmueble y de todo

su mobiliario, rescató la pieza

de mármol de Carrara y está

en un depósito esperando su

integración a la galería de los

presidentes argentinos.

El rostro de Carlos Menem

ya está esculpido y lo hizo

el artista plástico Fernando

Pugliese, muy conocido porque

tuvo a su cargo las estatuas de

los personajes populares que engalanan

la avenida Corrientes y

las de Jorge Luis Borges y Adolfo

Bioy Casares que se encuentran

en una mesa del café histórico “La Biela” en

Buenos Aires. Pugliese donó la estatua de Menem

para la Galería de los Presidentes en la Casa

Rosada. Los tiempos protocolares establecidos

por la ley ya están cumplidos pero nuevamente

la demora se debe a las consideraciones

políticas partidarias.

Los ausentes en

la Casa de los

Presidentes

Si las conmemoraciones históricas no estuvieran

sujetas a los devenires políticos y a

las polémicas historiográficas, se puede afirmar

faltan algunos bustos presidenciales en la

recepción de la Casa Rosada. Vale aclarar que

al cumplirse ocho años del fin del mandato debe

ponerse la estatua, sin importar si el homenajeado

vive o no.

Están ausentes entonces las

esculturas de López y Planes, Martínez de Perón,

Menem, De la Rúa, Rodríguez Saá, Duhalde

y Fernández de Kirchner. Los que tendrán

que esperar son, hasta 2027 el de Macri y hasta

2031 el de A. Fernández.

Viene bien recordar esa frase del poeta español

Antonio Machado y que ha hecho universal

el cantautor catalán Joan Manuel Serrat:

“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es

remedio”.

Un buen ejercicio para completar la

memoria nacional. Si Dios quiere, el próximo

domingo, desde estas queridas páginas de El

Liberal , continuaremos con los monumentos

presidenciales en las calles argentinas y sus

antiguas casas. Hasta más vernos…

Lo que debes saber
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