Será el tercer santo que Argentina dio a la Iglesia Católica, después de Héctor Baldiviezo y José Gabriel Brochero Será el tercer santo que Argentina dio a la Iglesia Católica, después de Héctor Baldiviezo y José Gabriel Brochero
El llamado “enfermero de
los pobres” viajaba en su bicicleta
a los lugares más alejados
de Viedma y Carmen de
Patagones para curar a los
enfermos, iba casa por casa.
“Ojalá que la figura de
Zatti nos despierte a todos
por hacer el bien. Trabajó mucho
por algo que Francisco
pone siempre de manifiesto, la
fraternidad. Para él todos
eran amigos y hermanos”,
destacó ayer Marcelo Laxague,
el obispo de Viedma.
Zatti se convertirá el próximo
domingo en el tercer
santo argentino.
El primero
fue Héctor Baldiviezo, quien
desempeñó su sacerdocio en
la ciudad de Buenos Aires, y el
segundo José Gabriel Brochero,
quien lo hizo en la provincia
de Córdoba.
El beato ítalo-argentino
fue hijo de una familia que del
norte de Italia emigró a la Argentina
y se radicó en la ciudad
de Viedma. Con apenas
20 años, su fuerte vocación lo
motivó a ingresar en la familia
salesiana. Una grave congestión
pulmonar ocasionada por
la tuberculosis que contrajo
cuidando a un sacerdote le
impidió participar de la ceremonia
de graduación y recibir
el hábito sacerdotal.
Trasladado, por esa circunstancia
al hospital de
Viedma, Artémides aceptó su
enfermedad y se puso en manos
de la Virgen María Auxiliadora.
El capellán del establecimiento
y su superior le dijo:
“Si Ella te cura, te invito a que
te dediques durante toda tu
vida a estos enfermos”.