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EL LIBERAL . Viceversa

En el territorio de la narrativa

19/08/2017 22:46 Viceversa
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En el territorio de la narrativa En el territorio de la narrativa

Escribir no sólo es contar, sino también otorgar belleza a la escritura, pasión y misterio que se devela en el arte de narrar. Entre lo tradicional y “lo nuevo”, la escritora bandeña Anabel Castellanos, desgrana su manera de percibir el mundo y plasmarlo en sus palabras, desde una construcción de una estética e identidad propias.

¿Crees que para ser un buen escritor/a hace falta ser un buen lector?

-En todo caso no se trata de una respuesta sencilla, sobre todo porque en ella están cifrados dos quehaceres rebozados de una opacidad casi sobrenatural y, ese movimiento, lógicamente, viene marcado por los agentes que intervienen en tales tareas.

Se podría arriesgar que un buen escritor, en su calidad inexcusable de creador, nos puede proponer una versión oblicua del mundo, y fundamentalmente, lo hace de una forma oblicua. Un buen lector -como ya nos ha concedido Barthes- en su carácter de creador también, debería poder captar esas oblicuidades o generarlas, si fuese necesario.

Un bues escritor es un buen lector y un buen lector, no siempre es un buen escritor.

¿Se puede hablar de una nueva corriente estilística en la literatura joven de Santiago del Estero?

Esta es una cosa grossa, ¿no? Desde donde se mire, la “cuestión santiagueña” es una urgencia y con fruición se asiste a todo aquello que pueda representar una pista sobre el camino a recorrer, no sólo en materia literaria y esto que preguntas, por lo menos, es la punta de un ovillo, de algún ovillo de los muchos que hay que desmadejar.

Si hay una literatura santiagueña, ¿dónde está? ¿Quiénes la representan? Si hay una nueva corriente estilística, ¿Dónde está? ¿Quiénes la ejecutan? ¿Respecto de qué se arrogaría el carácter de “nueva”?, finalmente ¿Hay una tradición?

Antonio Cruz ha liberado una especie de segmentarización de la historia literaria santiagueña parado en la categoría de generación, propulsada por la cercanía o lejanía con los elementos que se derivan de la relación con las nuevas tecnologías, soportes de difusión de las producciones y espectros lexicales de las manifestaciones literarias, pero a fin de cuentas, se advierte que los límites son ostensiblemente lábiles. “Su cualidad de ‘joven’ radica en circular por fuera de las vías instituidas”.

¿Podríamos decir que los escritores de la tradición son aquellos que -más allá de una cuestión etaria, tal como lo propone Cruz- producen o han producido literatura con un estilo depurado y, en relación ondeante con el folklore, el folk, volk –la tierra–? Vale decir, no sólo tendremos a un Alberto Tasso, sino también una estética del paisaje y de lo autóctono, como ábalos, Selva Yolanda Ramos, Irurzun, Clementina Rosa Quenel, Graciela López.

Ahora, si pudiéramos decir, así, híspidamente, que estos escritores han trazado una línea estilística “tradicional”, ¿en qué consiste la “nueva”? Y aquí, huelga decir, seremos más generosos con los criterios de generación.

Lo tradicional y lo nuevo son dos sistemas. (Yuri) Tinianov nos ilustra con la dinámica del desplazamiento de sistemas. Lo tradicional y lo nuevo en Santiago es básicamente un monólogo de la “Nueva estilística”, la disconformidad con el ranchito. En este grupo se incluirían: ándrés Navarro, Claudio Rojo Cesca, Belén Cianferoni, Luis Palacios, Charly ávila, Francisco Avendaño y un prolífico etc.

Unos miran desde la tierra el tren (testigos del despojo), otros miran en ese tren, con ansias totipotentes, la pictórica llegada de las novedades (Acaso un acopio de autores como Bukowsky, Benedetti, Cortázar, Casas). El desacierto de uno, parece haber residido en haber hecho de lo bucólico, del paisaje, un recurso excesivo o por lo pronto, con vacío de significado potente. Una pancarta de quebracho y polvo, casi siempre insuficiente. Propone Borges en El escritor argentino y la tradición que podría ver más de su país en un relato con camellos que en uno con arrabaleros o cuchilleros.

Y en el otro polo, la “nueva estilística”, parada en la insuficiencia del recurso bucólico de la estilística tradicional, el desacierto de haberla rechazado de cuajo, no sólo inhabilitando aquellos recursos, sino negando el territorio mismo. El Ritornelo de Deleuze sostiene que la firma no indica una persona, es la formación azarosa de un dominio y que con la morada surge la inspiración; el artista es el primer hombre que levanta un mojón o hace una marca. El territorio y la tierra.

De aquí que entre ambas cosas que han pasado en la literatura santiagueña, lo tradicional y lo nuevo, restaría hablar de otras dos fuertemente necesarias pero rotundamente ausentes: el enclave Feijóo y la inconcebida –infecundada– crítica literaria. Las piezas faltantes para la construcción de una perspectiva que haga de esta literatura un sistema encaminado hacia la construcción de una estética e identidad propias.

¿Por quiénes sientes respeto y afecto en el ambiente literario santiagueño?

En Santiago del Estero observo las producciones de David Sández y Andrés Navarro y siento admiración por los trabajos de Graciela López y Bernardo Canal Feijóo (¡si no resultara redundante!).

¿Cómo ves la relación de la literatura con la vida actual y las nuevas tecnologías?

¿Es posible creer que Kafka, Faulkner, Beckett, Nabokov, Dostoyevski habrían hecho una literatura distinta con una Laptop?

BIO ANABEL CASTELLANOS

Escritora nacida en La Banda en 1987. Profesora en Lengua y Literatura por el I.E.S n° 8 ángela Capovilla de Reto. Ex militante del Partido Comunista. Actriz. Escribe en el blog: annacastellanos.blogspot.co.

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