Pasaron más de 14 años desde la primera aparición de la Virgen en Salta Pasaron más de 14 años desde la primera aparición de la Virgen en Salta
La señora al principio no comenta de esto a nadie, ella quiere guardar este secreto que tiene con la Madre de Dios; no obstante esto, aunque lo disimula muy bien, hay un cambio muy elocuente en ella, porque siente un inmenso deseo de recogimiento y una gran felicidad en su alma.
Sin embargo, poco tiempo después, movida por un gran deseo de compartir esta dicha y felicidad, siente la necesidad de confiarse a su esposo y a su hija mayor, y lo comparte también con su pequeño entorno familiar, padres y hermanos; lo hace de manera espontánea y natural. En ese entonces, María Livia reflexiona en su interior y piensa que esto no va a trascender más allá de la intimidad de su alma.
Primera aparición
La Santísima Virgen se le aparece por primera vez a María Livia en la intimidad del hogar; y esto va a ser una experiencia transformante para ella, pues en función de esta aparición todo va a ser distinto en su sencilla vida.
Relato de la visión de la Santísima Virgen. “Siente una fuerza que la pone de rodillas, el alma se eleva con esta fuerza que la obliga a levantar su cabeza, y allí en medio de una inmensa luz, aparece una joven de alrededor de 14 años, tiene sus manos y brazos extendidos hacia abajo, desde donde salen purísimas luces que se extienden hacia abajo como rayos de cristal.
Esta joven mujer es de una extraordinaria belleza. María Livia no duda que Ella es la Bienaventurada Virgen María. Esta aparición permanece mirándola en silencio, tiene un rostro de niña y sus ojos de color azul mar son grandes y profundos, sus rasgos son muy marcados, de tal manera que quien la ve no podrá olvidarla jamás y su recuerdo quedará en el alma de tal manera que queda impreso.
Lleva un vestido blanco purísimo, un manto azul profundo con destellos verdosos, cubre su cabeza con un velo blanco. Apoya sus pies descalzos sobre una pequeña nube que permanece a pocos centímetros del suelo. Esta joven le habla presentándose en persona”.
Después de esta experiencia María Livia por tres días no comió y apenas podía tragar su saliva.
A partir de este suceso que el Señor le permite vivir, la vida ordinaria continúa, y ha de adecuarse a este nuevo estado tan sobrenatural. Es como volver a nacer.
La Santísima Virgen continúa dialogando con ella todos los días intensamente con la intención de instruirla y prepararla para que se cumplan los designios que Dios tiene para ella.
La Virgen le confía varios secretos con pedidos expresos, algunos que se cumplirían inmediatamente, otros que debían cumplirse más adelante y que debían guardarse hasta el momento en que Ella lo manifestara. Durante 5 años guarda riguroso silencio. Se confía a su confesor, obedeciéndole en todo.
En este período de silencio la obra crece en espíritu; es un período de preparación interior profundo. Un silencioso peregrinar sin interferencias humanas, guiada en el silencio por la Virgen y el Señor.l







