Quién es la argentina detrás de la aplicación que te deja hacer consultas médicas por videollamada Quién es la argentina detrás de la aplicación que te deja hacer consultas médicas por videollamada
Briggiler, ya con el título
de médica por la Universidad
Nacional de Rosario
(UNR) bajo el brazo,
empezó a aparecer en las
noticias. No era, como suele
suceder con los profesionales
de la salud que figuran
en los medios, por ser
ella una fuente predilecta
por los periodistas para
debatir sobre temas médicos.
La razón de su breve
estrellato fue, en cambio,
el viaje que la joven realizó
cerca de mediados del
2011: una travesía por Colombia,
Venezuela, Costa
Rica, Nicaragua y México
con el solo objetivo de conocer
a su ídolo, el escritor
Gabriel García Márquez.
Con 23 años, esa meta
no fue la primera –ni la
última– que esta inquieta
mujer oriunda de Santo
Tomé, provincia de Santa
Fé, se propuso a lo largo
de su vida. De hecho, entre
sus hazañas se encuentran
el aprender el arte del macramé
y convertirse en docente
y artesana de ese tipo
de tejido durante su época
de estudiante, hasta transformarse
el año pasado en
emprendedora de alto vuelo,
cuando el Centro de Innovación
Tecnológica,
Empresarial y Social (Cites)
invirtió U$S 355 mil
en su última gran idea: de
desarrollar “Llamando al
doctor”, una aplicación para
hacer consultas médicas
por videollamada en cualquier
momento del día, todos
los días del año.
La semilla que dio fruto
a su emprendimiento
la plantó cuando todavía
estudiaba Medicina en
la UNR. “Desde que empecé
a hacer las prácticas comencé
a convivir con médicos
cuyos pacientes los
querían contactar a cualquier
hora, en cualquiera
momento; y los primeros,
aunque terminaban dando
su teléfono, lo hacían
con cierto malestar, porque
no cobraban honorarios
por esas consultas”,
explica Briggiler, en diálogo
con Mujeres que hacen.
Aunque en un primer momento
se le ocurrió crear
una línea “tipo 0600, de
las que te cobran por llamada”,
después creyó que
eso no era viable y se dedicó
a terminar su carrera
universitaria.
Cuando su recorrido
por el centro del continente
americano para conocer
al autor de “Cien años
de soledad” –experiencia
que documentó en el blog
90diasxelCaribe– llegó a
su fin, la joven se instaló en
Buenos Aires para hacer su
residencia en ginecología y
obstetricia, momento en el
que ella pasó a ser “la médica
que recibía las llamadas
de los pacientes”.
Terminada su especialización,
Briggiler se fue
de vacaciones con su novio
y una pareja amiga. “El
chico era ingeniero en sistemas
y hablamos todo el
viaje sobre cómo implementar
esta idea que yo tenía,
así que volví y con lo
que había ahorrado entre
guardias y consultas particulares
le pagué $ 100 mil
a un grupo de desarrolladores
para que hicieran la
aplicación”, cuenta la médica.
Sin embargo, y a pesar
del elogio de sus colegas,
el primer desarrollo
de la emprendedora no logró
tomar vuelo y la ideóloga
terminó cajoneando el
proyecto.
Llega el momento
Fue en 2016 que todo
cambió. “Me convertí
en jefa de residentes en
la Unidad Asistencial Dr.
César Milstein, y empecé
a ver muy cerca mi vuelta
a Santa Fe”, relata la emprendedora.
“Como una
última oportunidad, decidí
anotarme en Experiencia
Endeavor, donde participé
del espacio Conecta Inversor,
en el que chicos con
proyectos se pueden contactar
con inversores interesados
en llevar a cabo la
idea que ellos tienen”.
Briggiler se paró nerviosa
frente a 5 inversores
y contó su propósito.
Tras su exposición, todos
prometieron mantenerse
en contacto con ella, salvo
uno. “La gente del Cites,
del grupo Sancor Seguros,
me dijo que estaba
muy interesada en volver a
verme; al poco tiempo nos
reunimos, contratamos a
una persona que se encargaría
de la parte técnica de
todo y empezamos de cero
a trabajar en un desarrollo
nuevo”, recuerda emocionada.
A través de su socio,
Briggiler consiguió a su
primer cliente, la prepaga
Prevención Salud, con
52 mil afiliados. “Cada afiliado
tiene un número de
videollamadas gratis por
mes según su plan, aunque
un padre o una madre
pueden llamar en nombre
de su hijo sin gastar
sus videollamadas”, detalla
la santafesina, que agrega
que el servicio “está dividido
en tres especialidades:
medicina general, pediatría
y ginecología; y antes
de que el desarrollo te
contacte con tu médico, tenés
que describir el porqué
de la consulta”.
Llamando al doctor
cuenta con una cartilla de
prestadores a los que paga
por consulta atendida,
mientras cobra a las prepagas
un abono mensual
por permitir a sus afiliados
utilizar su servicio.
Según la mujer detrás
de este desarrollo, “la idea
es que los médicos pueda
generar su propia agenda,
y que dentro de la misma
aplicación activen o
desactiven su disponibilidad
cuando ellos lo consideren”.
Sobre la reacción
de sus colegas a la hora
de decidir si sumarse o no
a este tipo de servicio, comenta:
“Es muy disruptivo,
pero todos están acostumbrados
a recibir llamadas;
y esto se trata de atender
consultas de baja complejidad
que no requieren
examen físico y son importantes
para los pacientes,
no emergencias médicas.
Además, la llamada queda
registrada como un acto
médico, una historia clínica”.
A la hora de enumerar
las consultas más frecuentes,
Briggiler señala a casos
de gripe, erupciones cutáneas,
fiebre o gastroenteritis.
Por su parte, las recetas
que más se expiden
son aquellas destinadas a
la compra de pastillas anticonceptivas.
“Dejé mi trabajo formal
y hoy me dedico ciento
por ciento a lo que más me
apasiona”, expresa, y luego
concluye: “Mi idea es poder
ofrecer este servicio a
otras empresas de medicina
prepaga, a las obras sociales
e incluso al Estado.
Hay varios modelos de negocios
que estamos empezando
a considerar”.l








