"Tener como espejo a mi padre es hermoso" "Tener como espejo a mi padre es hermoso"
El sueño de Nicolás D''''Anna es ser juez internacional de básquet. Aprendió todo de su papá Gustavo y en su visita a EL LIBERAL, contaron esta loca experiencia de dirigir juntos de manera oficial. ¿Qué significa haber elegido la profesión de tu papá y estar dirigiendo con él? ND: "Para mí ser árbitro como mi padre es una satisfacción enorme. Es algo muy lindo compartir con él esta profesión. Tener como espejo a tu padre y hacer lo mismo que él hace es hermoso, poder lograr resultados en la carrera y seguir creciendo en esto. Miraba mucho cómo dirigían mi papá y mi tío. Siempre escuchaba cosas que se opinaban de ellos y siempre había ahí una buena referencia. Haber arrancado con él, y compartir hoy juntos esta profesión es algo que soñé y que lo pude concretar". Para vos Gustavo, ¿qué te genera ver a "Nico" dirigir en las categorías más importantes? GD: "Como todo padre uno a veces tiene ese deseo que sus hijos sigan el camino que uno transitó. Para mí, que mi hermano ángel sea árbitro y que ahora mi hijo Nicolás también lo sea, es un verdadero orgullo. Esto viene desde que él era chiquitito. Con apenas un par de años siempre venía conmigo y después agarraba el reglamento, se veía que él solo iba a tomar esa decisión. Uno, día a día, va inculcándole cosas y hoy el hecho de verlo cómo creció, a uno lo llena de satisfacción" ¿Te imitaba de chico? GD: "Sí me imitaba cuando era chico. Agarraba un silbato y andaba por toda la casa tocando, con un reglamento en la mano. Son recuerdos muy lindos. Haber mamado tanto el arbitraje desde tan chico y haber compartido tanto en el ambiente y en el seno de los árbitros, hace que por sus venas corra sangre de árbitro. Eso no es tan fácil de conseguir y él lo tiene". ¿ Te ayudó en los comienzos ser hijo y sobrino de árbitros? ND: "Fueron pocos años en los que trabajé mucho. Gracias a mi viejo y a mi tío pude incorporar muchas cosas y detalles del arbitraje, que me ayudaron a poder desempeñarme en una cancha de una mejor forma. Me tomó un tiempo asimilar muchas cosas que me han servido para estar a la altura cuando me tocó entrar a una categoría y afianzarme". ¿Son parecidos como árbitros o encuentras diferencias? GD: "Muchos saben que no somos permisivos y Nicolás arrastra esa línea. Es muy similar a mí, pero tiene su propia personalidad. Nació en este mundo y vio a muchos árbitros. Por eso sabe cómo se debe trabajar y el carácter que uno debe tener. Sabe qué tiene que hacer para resolver situaciones a las que un partido pueda llevar. Sabe mostrar su madurez y calidad como árbitro. La Escuela Argentina de árbitros dice que tiene condiciones para llegar a ser un árbitro Fiba. Nosotros acompañamos su proceso. A veces se entra en el facilismo de decir que porque el padre dirige, él también lo está haciendo. De algo estoy seguro, yo no incidí en nada para que él llegue hoy a donde está". Estás dirigiendo también la Liga Femenina desde este año, ¿es más fácil dirigir a los hombres o a las chicas? ND: "La verdad que en lo personal, es más difícil dirigir el femenino. Uno a veces, como hombre, puede ponerse del lado del jugador y entender algunas situaciones o cosas que un jugador busca hacer, sea desde el punto de vista anímico como algunas acciones puntuales. Las mujeres se manejan de una forma distinta. Buscan otras cosas y uno, como árbitro, debe interpretar rápido todas las situaciones. Tienen su propio estilo. A un hombre esas cosas complican, pero como todo, uno debe trabajar y perfeccionarse para crecer, enfocarse y mirar qué es lo que buscan y lo que interpretan del juego". Más allá de tu papá, ¿tenés algún referente en el arbitraje? ND: "A mí me gustan muchas cosas de Jorge Sampietro. Tomé muchas cosas de él. Tuve la posibilidad de compartir momentos con casi toda esta camada de árbitros y de cada uno tomé cosas distintas. Eso hace que uno aprecie todo lo bueno que hacen dentro de una cancha". ¿Cómo es la relación padre e hijo adentro de la cancha? GD: "Excelente. Jamás tuvimos un problema. No dirigimos mucho juntos, pero cuando lo hacemos, hay una química que hace que podamos llevar el partido de la mejor manera. Cuando Nicolás debuté como árbitro, lo hizo en dupla conmigo y dirigiendo un partido del U13. Fue un día que recordamos siempre".







