Celebrar y trabajar en los nuevos desafíos Celebrar y trabajar en los nuevos desafíos
Los 464 años de la fundación
de nuestra querida
“Madre de Ciudades”
nos encuentra hoy
en un momento clave
de la historia. Con motivos
para festejar y con desafíos
que se presentan para todos quienes
conformamos esta gran comunidad
rica en vivencias tradicionales
y en camino a lograr las transformaciones
que impone el devenir
de los tiempos.
Creo que debemos celebrar
esa elocuente riqueza de nuestra
identidad provinciana, de nuestra
cultura ancestral que muchas
veces permanece incluso imperceptible
a nuestros propios ojos,
pero que vive en las emociones
que se encienden cuando nos encontramos
reconociendo valores
importantes para nosotros
como lo son la familia, la verdadera
amistad y el preocuparse
constantemente por el futuro de
nuestros hijos.
Celebrar también, ese contagioso
enamoramiento que el santiagueño
tiene desde siempre con
las cosas nuestras: la forma de
interpretar el folclore, el toque
de distinción a nuestras comidas
típicas y el sello inequívoco de
nuestras costumbres.
Asimismo, hay que encomiar
el talento de miles de santiagueños
que aquí y en cualquier lugar
del mundo, dejan bien sentado
su pertenencia a la Patria chica.
Y valorar también el reconocimiento
que nuestra provincia ha
venido logrando en los últimos
años por la apertura al turismo
nacional e internacional y por la
generosidad y la hospitalidad de
nuestra gente que tanto aprecian
los visitantes que año tras año
llegan a nuestra tierra.
Por otro lado, es justo reconocer
los objetivos conseguidos,
en el esfuerzo
diario de todos
los que trabajamos
para posicionar
a Santiago
en un
lugar digno
dent ro del
concierto de
las provincias
argentinas.
Es lógico por
consiguiente, que
el pensar en la tarea
realizada nos conduzca
inevitablemente a identificar los
desafíos que surgen de un mundo
globalizado en constante y vertiginoso
cambio. Se trata de nuevas
metas en la concepción del trabajo,
de la capacitación y del crecimiento
como sociedad. Ello exige
sin dudas, un proceso de adaptación
que en nuestro caso como
santiagueños no debe implicar renunciar
a los valores que ya hemos
enunciado, sino debe movernos
a fortalecerlos adecuándolos
a los tiempos que corren.
Lograr esa adaptación viene
siendo una tarea que atraviesa
todas las actividades humanas.
El mundo digital con sus herramientas
ya conocidas y con las
inéditas formas que surgen día
a día, facilitan esa construcción.
Nuestro deber es estar abiertos
a aprovechar esos instrumentos
para ponerlos al servicio
del desarrollo que
queremos alcanzar.
A todos nos
toca esta labor.
Cada uno
desde el lugar
que ocupa en
el entramado
social. Por
eso es importante
ser protagonistas
de este
tiempo y hacerlo
con la tranquilidad del
saber que hemos recorrido
un largo camino sin perder la fe en
nuestras posibilidades.
Fomentar y perseverar en la
cultura del trabajo nos dará todas
las armas para cualquier objetivo
que nos fijemos. Una cultura
del trabajo que implique capacitarnos
constantemente, que
nos conduzca a la planificación a
largo plazo, que nos lleve a buscar
siempre nuevos horizontes de
concreción de nuestros sueños
y que nos encuentre en la faena
diaria con optimismo y fe.
Nuestros jóvenes siguen siendo
el mejor tesoro que debemos
proteger no sólo porque queremos
lo mejor para ellos sino
porque representan la continuidad
de nuestra identidad como
comunidad comprometida
con la vida. Son el futuro, pero
son el presente también. El ejemplo
que les podamos mostrar cobra
entonces un valor superlativo
ya que dejará huellas marcadas
a fuego en el devenir de la construcción
de su forma de enfrentar
las adversidades y de reconocer
los logros.
Que el aniversario 464 de
nuestro Santiago nos una en la
reflexión de estas sinceras palabras
vertidas en este suplemento
que intenta ser también un homenaje
a la historia de la Muy
Noble Ciudad con voces de nuestro
terruño y de otras provincias,
con las imágenes de cómo ha ido
cambiando su fisonomía y con el
reconocimiento a las firmas con
más de cien años de actividad en
esta capital.
Que Dios bendiga cada hogar
y nos acompañe siempre con esa
luz que alumbra en todo momento
el camino por donde transitar
para alcanzar los objetivos que
nos proponemos humilde, pero
firmemente. l