Síndrome de Rapunzel: sus síntomas, causas y tratamiento Síndrome de Rapunzel: sus síntomas, causas y tratamiento
Cuando entramos en el mundo de la psicopatología, encontramos que existen trastornos realmente sorprendentes y graves. En este artículo voy hablar de uno de ellos, el Síndrome de Rapunzel. Este síndrome también es conocido como tricofagia, y consiste en tragarse el propio cabello (o incluso el de los demás) de forma compulsiva y sin poder evitarse. Hablaré de sus síntomas, posibles causas y tratamientos.
Síndrome de Rapunzel: características
El síndrome de Rapunzel se trata de una entidad muy rara y compleja, descrita por primera vez en 1968 por el cirujano Vaughan ED Jr. y sus colaboradores. Hasta la fecha, actualmente se han descrito 108 casos pediátricos en la literatura mundial, de los cuales dos se han publicado en el mundo. El nombre de esta patología proviene del famoso personaje de los cuentos de los Hermanos Grimm. El Síndrome de Rapunzel aparece especialmente en mujeres jóvenes. Se trata de un trastorno neuropsicológico compulsivo, caracterizado porque el individuo que lo padece ingiere su propio cabello sin poder evitarlo, causándole una obstrucción intestinal extremadamente rara y grave.
Síntomas
La persona con Síndrome de Rapunzel ocasionalmente se arrancan el pelo, lo saborean, lo muerden y finalmente se lo tragan; en ocasiones incluso puede llegar a ingerir cabellos ajenos. Con el tiempo, estos pacientes acaban desarrollando una especie de ritual. El comportamiento puede incluir también el pelo de las cejas e incluso pestañas. Se trata de un síndrome grave, ya que el tracto gastrointestinal humano no tiene capacidad para digerir el cabello, así que lo que ocurre es que este tiende a permanecer en el estómago durante un período de tiempo prolongado. Ello conlleva que se forma una gran bola de pelo (llamada tricobezoar) en el estómago, y que la única forma de extraerla sea quirúrgicamente. Esta bola de pelo puede causar molestias gastrointestinales, y en casos graves, llegar a obstruir el tracto intestinal. Además, el síndrome puede provocar diarrea, pérdida de peso y dolor abdominal, entre otros síntomas.
Complicaciones
Así, el síndrome de Rapunzel se puede complicar mucho. Si la bola de pelo se acaba formando en el estómago, y si además esta es de un considerable tamaño, los efectos pueden ser realmente graves para la persona, ya que como hemos visto el tracto intestinal es incapaz de digerir el principal componente del cabello, la queratina. En estos casos deberá intervenirse quirúrgicamente. Uno de ellos se dio a conocer en EE.UU.; el de una mujer de 38 años que había llegado a perder 7 kilos en 8 meses. Sus síntomas eran de náuseas, vómitos y estreñimiento. Se le había acumulado una bola de pelo en el estómago y tuvieron que intervenir con cirugía.
Trastornos asociados
El síndrome de Rapunzel está asociado a la tricotilomanía (también un trastorno perteneciente a los trastornos obsesivo-compulsivos en el DSM-5), un trastorno que consiste en arrancarse el pelo de forma compulsiva; si además el individuo se traga el propio pelo, hablamos de tricofagia (equivalente al síndrome de Rapunzel).
Causas
Las causas del síndrome de Rapunzel no están del todo claras. Sin embargo, los casos existentes (estimados en un 4% de la población estadounidense y un 7% a nivel mundial), se relacionan con problemas depresivos, de ansiedad y baja autoestima.
Tratamiento
El tratamiento del síndrome de Rapunzel irá enfocado a eliminar estos comportamientos compulsivos tan graves; se puede emplear la terapia conductual de exposición con prevención de respuesta, en que la persona evita la conducta de arrancarse, morderse o tragarse el pelo, también irá reforzado con una evaluación neuropsicológica para que el estudio sea mucho más completo y se pueda no solo ver desde una perspectiva exclusivamente psicológica, sino, desde una mirada neuropsicológica para observar que no haya daño cerebral que impulse estos comportamientos compulsivos deficitario desde lo orgánico (función cerebral) que lo llevan al sujeto a tener tan irregular conducta patológica. También la terapia de inversión del hábito, donde se pretende sustituir los hábitos nocivos por conductas alternativas e incompatibles. Además, la terapia cognitivo-conductual también estaría indicada, para tratar los pensamientos erróneos asociados así como las distorsiones cognitivas y/o síntomas ansiosos y depresivos que puedan aparecer. También pueden emplearse, siempre bajo prescripción médica y consultándolo con un especialista, fármacos para paliar los síntomas ansiosos y depresivos asociados al trastorno, tales como medicamentos ansiolíticos o antidepresivos.








