Intentan volver a la vida al hotel de los muertos Intentan volver a la vida al hotel de los muertos
Envuelto en misterios que perduran
desde el siglo pasado, considerado
el lugar de mayor actividad
paranormal de Latinoamérica,
vinculado al nazismo alemán
(versión desmentida por descendientes
del propietario, quienes
incluso reclaman su usufructo),
varias veces golpeado por los desbordes
de la laguna Mar Chiquita,
sobre cuya costa se erige su monumental
figura, el Gran Hotel
Viena intenta despegarse lentamente
de su enigmático pasado y
ofrecer nuevamente una postal de
pujanza y carácter para el turismo
nacional e internacional, en la
ciudad cordobesa de Miramar.
Te recomendamos: Emprendieron una serie de obras de refacción
Construido entre 1940 y 1945,
la robustez de su recia estructura,
la calidad de los materiales empleados,
la sobriedad del lujoso
mobiliario, el empleo de tecnología
excepcional para la época, y el
estricto entrenamiento que recibiera
su personal al momento de
su puesta en funcionamiento, justifican
los 25 millones de dólares
empleados en su construcción.
La mayor parte de los accesorios
fueron importados desde Alemania,
igual que los costosos generadores
Deutz, que le permitían
al complejo tener mejor iluminación
que en el resto del pueblo.
Ante tal opulencia pasada,
miembros de la Asociación Civil
Amigos del Gran Hotel Viena
emprendieron tareas de refacciones,
no quizás para recuperar
el esplendor de sus primeros
años, sino más bien para acompañar
los nuevos planes de desarrollo
de esta comunidad que
sueña también con la concreción
del trámite de creación del Parque
Nacional de Ansenuza, que
transformará la laguna y parte
de su entorno en el área protegida
más grande de la Argentina,
lo cual atraerá, esperan, a un turista
más respetuoso y comprometido
con el medio ambiente,
una de las principales tendencias
mundiales del momento.
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Tensa pulseada
Mientras tanto, un nieto
de Máximo Emilio Germán
Pahlke, el empresario que construyó
el hotel, desmiente de plano
la vinculación de su familia
con el régimen nacionalsocialista
y rechaza las teorías que hablan
sobre hechos sobrenaturales
o fantasmas. Otro ingrediente
para la polémica es que la Municipalidad
de Miramar y la firma
Wandorf Company SA, creada
por Máximo Pahlke (hijo) en
1965, discuten actualmente en
la Justicia la posesión de ese antiguo
complejo turístico.