La "mae" Lucrecia tenía delirios místicos y de poder, afirmó un testigo del culto umbanda La "mae" Lucrecia tenía delirios místicos y de poder, afirmó un testigo del culto umbanda
En la declaración testimonial que brindó ayer en el Centro Judicial Banda, el hombre contó a los funcionarios judiciales que conoció en 2008 a una de las sospechosas de haber participado en el asesinato de la maestra Leda Fabiana Raimundi.
Según lo que la “mae” había manifestado, ella había sido bautizada en un templo de Buenos Aires y se sumó a las reuniones que se hacían en el barrio Mishqui Mayu de La Banda. Su comportamiento no era acorde con las pautas de la religión y su conducta era “soberbia”, que no aceptaba las directivas de quienes eran sus “superiores”.
Aparentemente, Ledesma había desarrollado sus “propias fórmulas rituales”, que no se condecían con las disposiciones general para quienes practican la religión umbanda.
Según trascendió, una de esas “desviaciones” era realizar “trabajos” en su propia casa del barrio Francisco de Aguirre, cuando el “pai” aseguró que sólo se deben realizar en el templo, que son dos en el conglomerado Santiago-La Banda.
Las tarifas
Otra era cobrar por los “trabajos” que efectuaba, pues los umbandas no cobran una suma determinada por ayudar a la gente. No hay una obligación de pagar, sino que es voluntario el aporte dinerario, según indicó el testigo.
Cabe recordar que al hacerse un segundo allanamiento en la vivienda de los Ledesma, en la calle Antártida Argentina al 200, se encontró una agenda en la que había una especie de tarifa para las distintos “tipos de trabajo” que ella efectuaba en su hogar, con lo que desobedecía los principios del culto al que decía que pertenecía.
Además, Gómez interpretó que el crimen de la docente no tiene que ver con un ritual umbanda, pues los sacrificios humanos no están permitidos.
Sí se hacen ofrendas con elementos de la naturaleza y sangre de aves para pedir por alguna causa personal, pero que esto de ninguna manera justifica un homicidio como el que padeció la educadora.
En síntesis, el testigo sostuvo que la “mae” usufructuaba los conocimientos que había adquirido de la religión para beneficio propio, no para realmente ayudar y contener a quienes recurrían a ella para que encontrar soluciones a sus problemas de vida.






