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EL LIBERAL . Santiago

EL COMBATE DE LA VUELTA DE OBLIGADO: SUS PROTAGONISTAS

20/11/2022 02:21 Santiago
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EL COMBATE DE LA VUELTA DE OBLIGADO: SUS PROTAGONISTAS EL COMBATE DE LA VUELTA DE OBLIGADO: SUS PROTAGONISTAS

Hoy se recuerda en todo el país lo establecido en 1974 a través de la sanción de la ley 20.770 que dictó: “Declárase ''''Día de la Soberanía'''' el 20 de noviembre de cada año, en conmemoración del Combate de la Vuelta de Obligado, librado el 20 de noviembre de 1845”, con el objeto de la realización de actos escolares en recuerdo de lo acontecido. Mucho más cerca en el tiempo, en 2010 se convirtió este día en feriado nacional a través del decreto presidencial 1584, con la modalidad de ser trasladable al lunes siguiente de la fecha calendaria. Este decreto coincidió con la inauguración de un monumento nacional en el propio lugar de los hechos con la presencia de la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner, obra del escultor Rogelio Polesello, en el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Revolución de Mayo.

El combate de la Vuelta de Obligado fue un episodio heroico ocurrido en un contexto de tensiones cruzadas por los problemas entre el Uruguay y el gobierno porteño de Juan Manuel de Rosas; las apetencias imperiales y comerciales de Francia y Gran Bretaña; la negativa de la Confederación Argentina a reconocer la independencia del Paraguay; y los enfrentamientos civiles entre los federales y los unitarios. En Santiago del Estero transcurría la tercera década del gobierno de Juan Felipe Ibarra, con claridad alienado entre los mandatarios que respondían a Rosas.

La conmemoración de una derrota militar ha sido cuestionada muchas veces, pero se justifica en el heroísmo y la valentía de los defensores argentinos, a la vez que se ha polemizado sobre la clasificación del hecho épico, ya que por la cantidad de efectivos participantes en la contienda, muchos sostenemos que se trata de un combate, aunque en los tiempos actuales se tiende a hablar de batalla. Pero lo que nadie duda es del valor histórico relevante de la actitud de dignidad asumida por Rosas como jefe político de la Argentina, a tal punto que el capitán general José de San Martín,desde su exilio francés envió una carta a Tomás Guido en la que escribió: “Ya sabía la acción de Obligado; ¡qué inequidad! De todos modos los interventores habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca… no sería un momento dudoso en nuestro favor si todos los argentinos se persuadiesen del deshonor que recaerá en nuestra patria si las naciones europeas triunfan en esta contienda que en mi opinión es de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España”. Es también debido a este acontecimiento que el testamento del Libertador hizo heredar a Rosas su sable de campaña.   

Mucho se puede escribir sobre esa jornada dramática, pero sin duda conocer a los protagonistas es un buen ejercicio intelectual. Transitaremos hoy por las biografías de alguno de los hombres que participaron de aquel episodio bélico ocurrida sobre el río Paraná, en la Vuelta de Obligado, aguas arriba de San Pedro, que si bien fue una derrota militar, ya que la flota anglo – francesa logró romper el bloque fluvial, las consecuencias diplomáticas fueron dramáticas para los europeos, gracias a la solidaridad unánime de los países americanos, desde Estados Unidos hasta Chile, y desde Brasil hasta el Perú.

Juan Bautista Thorne, el artillero

Nacido en Nueva York el 8 de marzo de 1807, este marino llega a las Provincias Unidas a los diez años junto a su padre, que era ingeniero naval, en un viaje alrededor del mundo, y el joven decide radicarse en el Brasil hacia 1824, pero sus recuerdos en el río de la Plata lo llevan a instalarse en Buenos Aires en los tiempos de la guerra entre la República Argentina y el imperio del Brasil. Se alista bajo las órdenes de Guillermo Brown y su vida es un notable “cursushonorum” que lo convierte en uno de los más grandes navegantes argentinos.

Comienza en 1826 como guardiamarina y pilotín del buque “Congreso” al mando del italiano César Fournier. Trasladado al bergantín “Chacabuco” se convierte en héroe durante la defensa de Carmen de Patagones el 7 de marzo de 1827 a las órdenes del galés Santiago Bynnon. Su actuación le valió un ascenso y el comando del bergantín “Chacabuco” con sólo veinte años de edad, enfrentando a los brasileños el 23 de diciembre de 1827, siendo herido, debió rendirse y como prisionero fue conducido a Río de Janeiro, siendo liberado luego de la firma del tratado de paz en 1828. Vale destacar que salvo contadas excepciones, como Tomás Espora o Leonardo Rosales, todos los marinos de guerra republicanos eran extranjeros.

En 1830 fue ascendido a capitán convirtiéndose en un explorador extraordinario. Navegó el río Paraná, el río Colorado y toda la costa patagónica, hasta que en 1838 el bloqueo francés a la Confederación lo devuelve a la guerra, siendo designado comandante de la artillería de la isla Martín García, protagonizando el combate del 12 de octubre de ese año. En 1841 es designado como segundo del almirante Brown y al año siguiente participa de la campaña naval contra Giuseppe Garibaldi. Su pericia en la navegación fluvial, sumada a su condición de preciso artillero, hizo que el jefe de la escuadra, en acuerdo con el general Lucio Norberto Mansilla, comandante militar, lo designara a cargo de una de las baterías que se instalaron en la vuelta de Obligado para frenar el avance de los bloqueadores franceses y británicos el 17 de agosto de 1845.

El 20 de noviembre, Thorne estuvo a cargo de la batería “Manuelita”, que sólo cesó de disparar cuando se acabaron las municiones. Frente al desembarco de tropas ordenada por los británicos, Mansilla ordena cargar a bayoneta cayendo herido por la metralla enemiga, por lo que Thorne asume el comando de toda la artillería. Ya era teniente coronel de marina. El estadounidense recibe un bombazo a pocos centímetros de su cabeza, lo que le hace perder la audición, que sólo recuperará parcialmente. Meses después es designado Comandante de Costas del Paraná, y como tal construye la fortificación del Quebracho, que fue muy útil en el combate contra los invasores, siendo herido en un hombro hacia 1846.

Por su adhesión al partido federal, fue degradado y apartado de la marina luego de la batalla de Caseros. En 1852 se casa con María Abad, con quien tiene cinco hijos. Para sobrevivir se hace capitán de un barco mercante que lo lleva a la India, donde trabajó como perito naval. Pero extrañaba su tierra adoptiva, donde además lo esperaba su familia y regresó a Buenos Aires. El presidente Bartolomé Mitre lo indulta y se le devuelve el grado de coronel de marina en 1868. Murió en Buenos Aires el 1° de agosto de 1885 y está sepultado en el cementerio británico, donde su tumba es sepulcro histórico nacional.

Tomás Craig, el marino

Este irlandés nacido en 1780, llega al río de la Plata sin que haya acuerdo cómo. Algunas tradiciones dicen que un naufragio en las costas patagónicas lo hicieron prisionero de los tehuelches, quienes lo entregaron prisionero a las autoridades virreinales, aunque otros relatos hablan de su participación como soldado en las invasiones británicas de 1806 y 1807, y tras la rendición de Beresford, desertó y se sumó a las tropas porteñas. Sí se sabe que perteneció a la logia británica “Star of the South” instalada en Buenos Aires en los tiempos de la Revolución de Mayo.

Se alistó en el Ejército del Norte pasando por Santiago del Estero a fines de 1810. Peleó en Suipacha, Tucumán, Salta, Vilcapugio y Ayohuma, Herido, es enviado a Buenos Aires y cuando se recupera, se embarca en la flota de Brown que derrota a la similar española de Montevideo. Llega al Pacífico y se embarca en la escuadra libertadora que desde Chile ataca al Perú, bajo el comando del almirante Thomas Cochrane. Al regresar al río de la Plata hacia 1825, participa de la campaña de Brown contra la flota imperial, luchando en los grandes combates navales de la guerra contra el Brasil.

Para 1841 seguía subordinado al almirante Guillermo Brown y participa de los eventos de la guerra naval en el Plata y el Paraná, en el marco del conflicto entre los orientales seguidores de Rivera y el gobernador Rosas. Luego de la toma de la flota porteña por los anglo – franceses el 22 de julio de 1845, la escalada bélica hizo que el gobierno de Buenos Aires, ante la posibilidad de una invasión, tratara de evitar el paso de la flota mercante que custodiada por británicos y franceses intentaría llegar a Asunción del Paraguay.

Tomás Craig fue puesto al mando del único buque que pudo alistarse, bautizado el “Republicano”, un bergantín con 41 tripulantes y 6 cañones que fue apostado en la costa opuesta a las baterías de artillería dispuestas por Mansilla. Frente a la derrota segura y para evitar su captura, el comandante Craig ordenó el incendio del buque, que se hundió al poco tiempo. En 2016 se descubrió su pecio en el lecho del río Paraná. Este noble irlandés siguió participando de las luchas civiles y se retiró del servicio activo naval a los 77 años en 1857. Se casó en dos ocasiones y no hay registro exacto de su descendencia, y murió a los 83 años en Buenos Aires el 26 de abril de 1863. No se conocen retratos fidedignos de este héroe argentino.

Para culminar este relato, es bueno recordar que alguno de los trofeos de guerra que los franceses obtuvieron en este combate aún permanecen en Francia, y una bandera de guerra de aquél día está colgada en la catedral castrense de los galos, la iglesia de San Luis, contigua a la tumba de Napoleón Bonaparte, en el Hotel de los Inválidos en Paris. Este hecho es desconocido para la mayoría de los argentinos, lo mismo que el heroísmo de centenares de soldados y marinos que dieron la vida por la Patria en esos años convulsionados de nuestra historia nacional.


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