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EL LIBERAL . Santiago

ÁNGEL GALLARDO : EL NATURALISTA EMBAJADOR

15/01/2023 01:17 Santiago
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ÁNGEL GALLARDO : EL NATURALISTA EMBAJADOR ÁNGEL GALLARDO : EL NATURALISTA EMBAJADOR

la historia argentina es paradójicamente, una cantera de extraordinarios personajes a los que suele olvidar y sobre todo ignorar en su aporte al desarrollo del país. Algunas veces el ocultamiento se produce por los cambios ideológicos y políticos que impiden hacer una valoración objetiva de los grandes argentinos en sus tareas específicas, y en otras ocasiones es simplemente el carácter personal lo que los aleja de la consideración pública. Casos como el del perito Francisco Pascacio Moreno, prócer científico que contribuyó con sus conocimientos a hacer del territorio nacional el más grande de habla hispana en el mundo, fundador del Museo de La Plata y de los parques nacionales, quien murió en la mayor ignorancia por su adhesión al ideario conservador de la Generación del ’80 durante los tiempos radicales. La mala costumbre de no considerar a las personas por sus valores sino por sus creencias políticas ha sido ruinosa para el país. Hoy transitaremos la biografía de un gran argentino dedicado a la ciencia, en la que se destacó, y a la política, llegando a ocupar sitiales relevantes desde los que cambió la historia: ángel Gallardo.

 

Nacimiento, familia y formación

 

El 19 de noviembre de 1867, en los finales de la presidencia de Bartolomé Mitre, nace en Buenos Aires y en el seno de una familia de la naciente aristocracia argentina ángel Juan Pedro Gallardo Lebrero, hijo de José León, nacido en Colonia del Sacramento, en el Uruguay, y de ángela Lebrero, hija de un comerciante genovés casado con una porteña. Tuvo un hermano llamado José León Doroteo y ambos se formaron en el Colegio Nacional de Buenos Aires. El joven ángel estudia en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Buenos Aires graduándose de ingeniero civil en 1894. En el transcurso de sus estudios superiores se casa con Dalmira del Corazón de Jesús Cantilo Ortiz Basualdo, con quien tendría cinco hijos: ángel, Beatriz, Guillermo, María Teresa y Luis. Es el tiempo en que comienza además como profesor secundario de Ciencias Naturales.

 

Naturalista Académico

 

Fue discípulo de uno de los sabios contratados por el presidente Domingo Faustino Sarmiento, el prusiano Carlos Berg. Gracias a su holgada posición económica y sobre todo a su curiosidad científica, Gallardo comienza a viajar a Europa periódicamente y allí se vincula con los estudiosos de la radioactividad y asiste a cursos sobre histología, herencia y embriología, llegando a desarrollar teorías sobre la división celular que despertaron el interés de sus pares. Todo esto fue antes de la llegada del siglo XX y en 1896 fue elegido presidente de la Sociedad Científica Argentina. Tenía sólo 29 años. En 1897 accede a la cátedra de Botánica en la Universidad, no abandonando nunca más el ejercicio de la docencia. Al año siguiente comienza a dirigir los “Anales” de la Sociedad Científica y en 1901 se doctora en Ciencias Naturales, leyéndose sus publicaciones científicas en todo el mundo. Se especializa en entomología, ciencia que estudia las hormigas, convirtiéndose en el especialista más renombrado del continente. Su obra “Las hormigas de la República Argentina” sigue siendo una referencia del tema. Desde su paso como estudiante por la Universidad se dedicó a la política dentro de la Unión Cívica Radical.

 

Director del Museo Nacional y Presidente del Consejo Nacional de Educación

 

En 1912, la Universidad de La Sorbona publicó su teoría de la división celular, análoga a la teoría de los campos magnéticos y eléctricos, basadas en la bipolaridad, que fue aceptada como la explicación más razonable durante décadas en el mundo. Ese mismo año es nombrado como Director del Museo de Historia Natural de Buenos Aires luego de la muerte de Florentino Ameghino, producida en 1911. Gallardo, desde el inicio de su gestión, instó a la construcción de un edificio moderno que reemplazara a las dos sedes precarias del Museo. Se convirtió en un extraordinario impulsor de las ciencias naturales, promoviendo expediciones científicas, la compra de revistas en el extranjero, el dictado de conferencias por sabios universales y en lo práctico, renovó las secciones de exposición de Botánica y Paleontología del Museo. En 1916 decidió renunciar a la dirección del Museo para volver a su tarea científica, pero el presidente Hipólito Yrigoyen lo nombra en el Consejo Nacional de Educación, sin aceptarle la renuncia al Museo. Como presidente de la máxima institución educativa del país Gallardo estableció el uso obligatorio del guardapolvo blanco en todas las escuelas públicas de la Argentina, además de duplicar los establecimientos primarios. Fue el organizador de la conmemoración del centenario de la muerte del general Manuel Belgrano, y a su impulso se debe la costumbre del juramento a la Bandera de los alumnos de todas las escuelas argentinas. Debido a su anticomunismo visceral impuso a los maestros la obligación de jurar fidelidad por la Patria. En 1917 había participado de la fundación de la Liga Patriótica en tiempos de la revolución bolchevique. En 1921 el gobierno lo nombró embajador, por lo que Gallardo dejó entonces los cargos en el Consejo Nacional de Educación y definitivamente en el Museo “Bernardino Rivadavia”. Antes de viajar a su destino en el extranjero fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Ciencias, con sede en la manzana jesuítica de Córdoba, institución que llegó a presidir. Varios años antes había sido nombrado miembro de las Academias Nacionales de Medicina y de Agronomía y Veterinaria.

 

Embajador, Ministro

 

El destino de Gallardo fue Italia, donde pudo ser testigo de la obra extraordinaria de su hermano José León, que fue elevado a la dignidad de monseñor como reconocimiento a la construcción de la Iglesia Argentina en Roma, ubicada en Piazza Buenos Aires, y la Casa Sacerdotal, donde se encuentra un piano que los hermanos Gallardo solían utilizar durante sus encuentros en la ciudad eterna. Su presencia en Roma coincidió con la llegada al poder de Benito Mussolini como primer ministro de Italia y la buena relación que Gallardo desarrolló con el líder fascista es uno de los aspectos más polémicos de la vida del argentino. La embajada argentina en Italia fue el destino de Benito Quinquela Martín como agregado cultural, lo que permitió que su obra pictórica fuera conocida en Roma y que contara con el apoyo del embajador, que auspició sus muestras y facilitó su llegada a los círculos de la aristocracia itálica. El 12 de octubre de 1922 asumió la presidencia el radical Marcelo Torcuato de Alvear, antiguo condiscípulo de Gallardo en el Colegio Nacional porteño, quien lo nombró como ministro de Relaciones Exteriores y Culto. A pesar del catolicismo práctico de Gallardo, como canciller no pudo evitar la grave crisis provocada por el rechazo del Vaticano a la propuesta gubernamental de monseñor Miguel De Andrea como arzobispo de Buenos Aires en reemplazo del fallecido Antonio Espinosa, que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre Buenos Aires y la Santa Sede. Su moderna posición de autonomía y colaboración en el ámbito diplomático se coronó con el ingreso de la Argentina en la Sociedad de las Naciones. Fue uno de los anfitriones de Albert Einstein durante su gira por Argentina en 1925. Dos príncipes europeos y herederos de trono visitaron el país durante la gestión de Gallardo: Alberto de Gales y Humberto de Savoia. Sus ideas anticomunistas quedaron plasmadas en el alineamiento de la Argentina con las potencias democráticas europeas y los Estados Unidos de América, en contraposición al rechazo a establecer relaciones con la Unión Soviética. Pero sin duda el logro mayor de su gestión fue la aceptación de la Unión Postal Universal de las islas Malvinas y del Atlántico Sur como parte del territorio argentino, manteniendo hasta hoy los códigos postales del país.

 

Rector de la Universidad. Muerte

 

Luego de la intervención de la Universidad de Buenos Aires por parte del gobierno de facto del general José Félix Uriburu, en 1932 se volvió a la aplicación del estatuto reformista y resultó electo Gallardo como rector de la Universidad, cargo que ocupó hasta su muerte en plena actividad en todos los campos de sus labores. En su libro “Memorias para mis hijos y mis nietos” manifestó su respeto por Benito Mussolini, lo que fue usado en su contra posteriormente. Fue un gran impulsor del montaje de laboratorios científicos y pudo ver el avance de la construcción del gigantesco edificio del Museo de Ciencias Naturales, aunque no llegó a verlo inaugurado. Murió el 13 de marzo de 1934 y fue sepultado en el cementerio porteño de la Recoleta.


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