Peteco y la verdadera historia de “La Estrella Azul”: “Esperando que se anime a venir al país” Peteco y la verdadera historia de “La Estrella Azul”: “Esperando que se anime a venir al país”
Juan fue quien inspiró a su padre para componer “La Estrella Azul”, un clásico de clásicos del repertorio de “Peteco” y que todo el mundo lo canta como un himno a la vida.
En su viaje a Austria, en el marco del Europa Tour 2019, donde estuvo acompañado por Homero Carabajal Cárpena y Martina Ulrich, sus otros hijos e integrantes de Riendas Libres, “Peteco” pudo abrazar, conversar y compartir momentos inolvidables con Juan.
Haber podido reencontrarse con Juan fue, para el cantautor santiagueño, “muy importante, tal vez una de las cosas fundamentales de mi vida porque he podido, de alguna manera, resolver un conflicto que me tenía en el aire, que me ha hecho penar muchas veces a la distancia y sin saber si me recibiría o no”, destacó a EL LIBERAL.
Parafraseando a “La Estrella Azul”, ésta vez, “Peteco” ya no tiene su corazón atravesado de penas. Ahora pudo preguntar, con las palabras del alma, todo lo que quería saber sobre Juan. “Peteco” ya encontró a la Estrella Azul. Ahora pudo mitigar su dolor.
- Seguiste el dictado de tu corazón hasta encontrarte con Juan. ¿Cómo has vivido ese reencuentro?
Al reencuentro lo viví intensamente, pero también con mucho respeto hacia él, hacia su intimidad y hacia su vida que ha sido sin mí. No lo estoy acosando con mi presencia ni con mis cosas. Le doy el espacio porque si él lo precisa, si no se anima, si le cuesta mucho, yo tengo que darle ese espacio y esperar que alguna vez, por ejemplo, tenga ganas de venir a la Argentina para conocer a toda una familia, a toda una parentela. Lo respeto mucho y de mi lado está siempre las ganas de poder estar ahí, pero yo ya no necesito tenerlo bajo mis alas como a un hijo más porque ya no pasa por ahí. Si estoy abierto a que él sienta, conozca y recupere su identidad completamente. La trascendencia de la historia ha hecho trascender la canción, una canción que va a seguir siempre creciendo.
- Hoy, ¿estás más tranquilo, menos angustiado, tu corazón y tu existencia vibra de otra manera?
Yo ya me siento muy tranquilo porque he hecho más de lo que estaba a mi alcance para reencontrarme con él, para que no se corte ese hilo que, por momentos, incluso, parecía que no existía; para mantenerlo y para que él sepa que siempre lo he estado buscando. Estoy tranquilo e incluso con la tranquilidad de que ya los ha conocido a Homero y a Martina, sus hermanos. Posiblemente, en mayo del 2020, estamos viajando de nuevo a Europa, con otra gira con “Riendas Libres”, similar a la que hicimos este año. Y ahí nos vamos a encontrar de vuelta hasta que en algún momento él mismo se va a sentir también en paz y tranquilo como para poder venir para acá (a la Argentina). Me siento realmente bien. Tengo a Benicio y a María (los otros hijos de “Peteco” y hermanos de Juan), que son changuitos, y ellos me requieren como padre presente. Entonces, Homero y Juan son caminos y vos sabes que los hijos nos enseñan el destino de otro camino y muchas veces con dolor.
- ¿Haberte reencontrado con Juan, es haber cicatrizado una herida de tu corazón?
Cuando se cierra un ciclo, inmediatamente se abre otro. El ciclo solo se termina cuando se muere. Yo he cerrado ese ciclo que estaba ahí abierto porque no podía estar con él, no podía hablar, no podía saber de su historia hasta que finalmente me he podido encontrar con él, hablar y recrear toda la historia de nosotros, desde su nacimiento hasta mi relación con la madre. Todo, todo, todo hemos hablado y todo ha quedado bien claro. Ahora estamos en paz con nosotros. Ahora, solo estoy esperando que él se anime a venir a la Argentina. Y si no viene, también. En mí no va a cambiar la cosa porque voy a ir yo para allá. Como te digo, ya no es la necesidad de recuperarlo para tenerlo bajo mis alas. Eso ya no. él ya tiene sus propias alas y su propia vida. Ya no hay ninguna cosa que yo necesite que él haga…solo la única, que sería una alegría grande, es la que él venga a conocer el lugar en donde ha nacido y a conocer a su familia. Ya no es una herida ni un pesar.

En una casa, de calle Alsina, nació la melodía de “La Estrella Azul”
A esta canción la empecé a sentir en el año 1984. Yo solía ir a la casa de Irene, esposa de Jacinto Piedra. Ellos vivían en la Alsina casi Belgrano. En una de las visitas que les hice, de pronto, nos hemos corrido a una casa que estaba sobre la Alsina, más para el lado del río Dulce. En esa casa en donde, mientras conversábamos, tomábamos mates y la estábamos pasando lindo, estaba tocando la guitarra y ahí me ha salido la melodía. Allí apareció un principio de la melodía, pero después ya te la acuerdas y la empiezas a tocar, a reformarla hasta que queda una definitiva. No me puedo acordar de quien era esa casa, pero era de algún amigo, de alguien de la barra que yo lo tenía por Jacinto, por Irene y ahí entraban muchos.
¿En qué momento de tu vida apareció la letra?
Para la letra, han ocurrido cosas en mi vida que me han hecho escribir algo simbólico. En esa letra no es que estoy contando algo específico sino que es un símbolo a través de una estrella, es un símbolo de poder transmitir un sentido de pérdida en ese momento porque en 1984 se fue úrsula, la mamá de Juan, a Europa llevándoselo cuando era chiquito. Al partir, la distancia y el tiempo han hecho que se convierte casi, en una cosa de pérdida por el desencuentro de muchos años. Eso, por un lado. Después, una relación también sentimental que yo estaba alejándome han sido las cosas que me han movilizado a hacer una letra que te diría que era hasta naif. Es medio naif. A mí me gustaba hacerla así, que no se especifique exactamente que es. “Es como un papel que el viento no deja caer”, como digo en la canción. Ahí es donde se resume la canción. Es la parte que dice: “A nadie puedo preguntar con las palabras del alma; es mi tristeza un papel que el viento no deja caer”. Siempre no se sabe ni como es.
Juan trabaja en la sede de la ONU en Viena
Juan no es músico como lo es su papá y la inmensa mayoría de sus familiares directos. “Peteco” contó que Juan estudió Ciencias Políticas y actualmente desempeña funciones en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en la ciudad austríaca de Viena.
Carabajal, con inocultable orgullo, contó que su hijo Juan desempeña funciones en un área de la ONU relacionada al desarme nuclear. Se trata del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), de gran peso internacional, y encargado de monitorear el uso pacífico de la energía nuclear en todo el mundo. l
“Un diario como EL LIBERAL es, como uno dice, nuestro”
Me adhiero a los festejos por los 121 años de EL LIBERAL. Les deseo lo mejor, mucho futuro, mucha vida por delante y también reconocer en EL LIBERAL una posibilidad social de permanecer en el tiempo acompañando a la comunidad, ofreciendo noticias y ofreciendo los acontecimientos históricos que han ido acompañando, en este caso, al pueblo santiagueño. Por eso digo, ojalá que sea por muchos años más. Me adhiero a los festejos, sintiéndome un santiagueño más en conocimiento y en saber que esto viene en una cosa casi de pariente, porque un diario como EL LIBERAL es, como uno dice, nuestro. l








