El estilo Milei está ahogando cada vez más a la gente

Confrontación permanente con redoble de apuesta y ceguera en las acciones. La forma elegida por el presidente Milei para llevar adelante su programa de gobierno está trayendo un sinnúmero de efectos y consecuencias que impactan directamente contra los ciudadanos argentinos. Como ya se dijo, es como el médico que detecta una dolencia en un tobillo, pero en vez de soldar la fractura, amputa la pierna entera mientras te agrede a los gritos.

Por lo que se ha visto hasta aquí, lo que pasa hoy en el seno de millones de hogares argentinos es indiferente a sus ojos. Su "estilo" es agresivo. Milei elige ejecutar su "venganza" contra todos aquellos que no piensan igual que él, aunque ese desquite ahogue cada vez más a gente que nada tiene que ver con "los traidores" que él se encargó -y aún lo hace-, de escrachar por sus redes sociales. 

Esa confrontación ciega contra las provincias ya ha provocado el doloroso aumento en el precio del transporte público de pasajeros. Milei eliminó de un zarpazo los subsidios y los aportes nacionales para este rubro. Por ello, en todo el país el boleto subió más de 400 veces mínimo, y en algunos municipios superó los mil pesos. 

Este viernes 1 de marzo aumenta nuevamente el precio de los combustibles y el nuevo valor se trasladará de inmediato a los costos de rubros esenciales de la canasta familiar. Los alimentos serán más caros en los días venideros, todo aquello que necesite transportarse para llegar a los hogares argentinos, también sufrirá incrementos. El ahogo a la gente se hará más contundente.

Se registran incrementos en medicamentos, en medicina prepaga, en indumentaria y útiles escolares; los alquileres están por las nubes, ir al supermercado es una experiencia angustiante, lo mismo que enfermarse o que el auto, la moto o la bicicleta sufran un desperfecto.

A todo ello se agregan otras alzas que por medidas del gobierno nacional se vienen en marzo. Este mes habrá subas en telefonía celular, de nuevo en las obras sociales y prepagas, en las cuotas de colegios y universidades, en el transporte, en todos los servicios públicos, en materiales de construcción y servicios de internet, etc.

Así como la baja de los subsidios causó el aumento del boleto de colectivos, esa misma política nacional aplicada a los servicios públicos,  está ya provocando la suba del agua, la luz y el gas.

Las tarifas del gas por la quita de subsidios tienden a aumentar en el orden del 500% y ya vienen subiendo 33,3% desde este mes de febrero. Los datos del Ministerio de Economía de la Nación hacen prever que entre febrero y abril el precio del gas se podría sextuplicar para gran parte de los usuarios residenciales, y al parecer en el invierno podría ser peor.

En lo que se refiere a la luz, el Gobierno Nacional sancionó los Precios Estacionales de la electricidad para el período febrero-abril 2024 mediante la Resolución Nº 07/2024 y estableció ajustes del Valor Agregado de la Distribución para las empresas Edenor y Edesur, que rigen también para Santiago del Estero. La decisión de Javier Milei hizo entonces que entre en vigencia un incremento promedio del 225%, con un tope de hasta 320%. 

En el caso de las facturas del servicio del agua hay que decir que son de las más que subieron durante el año pasado a partir de junio de 2023, un 700% en el país. Ahora, con la eliminación de los subsidios la cifra continuará creciendo en todas las provincias del país.

Entre las partidas de fondos nacionales que se han dejado sin efecto también están las que tienen que ver con la asistencia sanitaria a pacientes con enfermedades graves los que, por el costo del tratamiento, necesitan del aporte estatal literalmente para poder seguir viviendo. 

La ceguera en las acciones de Milei, el llevar adelante vendettas que no tienen en cuenta daños a terceros y esa creciente voluntad de ir para adelante arremetiendo con todo a su paso está provocando el peor de los escenarios sociales.

Las decisiones del Ejecutivo nacional impactan con fuerza en los bolsillos de la gente que debe ir a trabajar o llevar los hijos a la escuela en colectivo todos los días, la que necesita de la energía (gas, luz y agua) para vivir o producir y la que ha debido suspender controles médicos o la medicación indicada.

Esta gente no es la "casta" que tanto se pregona, son personas que han debido retroceder varios escalones en su situación económica en gran medida por esta gestión que parece ser indolente ante la realidad de millones de argentinos. Para estas personas, la frase "no la ven" es casi una afrenta. Porque en realidad, la gente no ve una luz al final del túnel, no ve una esperanza en medio de tanta confrontación, no ve que las medidas adoptadas por el gobierno de la Nación le aseguren un mejor pasar.

Para millones de argentinos, el que no la ve es el gobierno nacional. Está sumiendo en una persistente asfixia a la población. El boleto, el gas, la luz, los medicamentos, la nafta, las prepagas, los alimentos, el agua, la ropa, el calzado, etc. Todo más caro. La constante confrontación también deja un sabor amargo de angustia social que predispone de la peor manera. Pero esto al parecer tampoco la ve.