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LITERATURA SANTIAGUEÑA CONTADA POR DOS ACTRICES

Entrevista a María Eugenia Fittipaldi y a Fernanda Pulvet.

14/04/2024 06:00 Viceversa
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LITERATURA SANTIAGUEÑA CONTADA POR DOS ACTRICES LITERATURA SANTIAGUEÑA CONTADA POR DOS ACTRICES

Por Amalia Domínguez

¿A quién no le gusta escuchar un cuento? Y mucho más si quien nos relata la historia nos cuenta también con sus expresiones faciales, su particular voz y sus gestos.

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Tal vez nuestro primer encuentro con este arte haya sido en el jardín de infantes, en la hora de la lectura. Cuando las maestras tomaban un libro ilustrado de la pequeña biblioteca y reunían a los chicos en semicírculo. Desde allí, a través de la lectura en voz alta, dejaban volar la imaginación hacia esa historia que enganchaba desde sus primeras palabras: "Había una vez, en Alemania, un pueblito que tenía en su plaza principal una fuente de la que solo manaba helado. Y todos los chicos del pueblo venían con sus vasos y cucharas a servirse de él…"

Esa magia particular, pero con un público adulto, es desarrollada en nuestra provincia por "Cuenteras vienen contando", un dúo de cuentería formado por María Eugenia Fittipaldi y Fernanda Pulvet.

Ellas son dos actrices que se conocieron haciendo teatro, con el Grupo Quimera en la ciudad de Santiago del Estero. Durante los ensayos forjaron una amistad que las llevó a darse cuenta del amor que ambas sentían por las letras y su deseo de compartir esas lecturas con otras personas. Ese fue el comienzo de su andar en la cuentería, con todas las herramientas que el teatro les ha aportado para su entrenamiento, para trabajar la presencia.

Pero en verdad la cuentería es otra cosa. Al respecto, María Eugenia Fittipaldi opina que los tiempos del cuentero no son los mismos del actor.

No es teatro

"En verdad, inicialmente no hay un personaje, somos las cuenteras. Somos Fitti y Piti (son nuestros apodos). No hay un personaje que medie entre la historia y el público. Las cuenteras son las mediadoras entre la historia y el público. No leemos los libros, a los textos los aprendemos de memoria. Los contamos. Somos bastante estrictas con las palabras, porque por algo el autor ha elegido esa palabra y no otra. Pero también es verdad que dependiendo del día, de la longitud del cuento, a veces no es posible saber todo de memoria. Así que también nos sabemos el "cuentito", para poder contarlo a nuestra manera y poder vivirlo minuto a minuto. Yo creo que esa es la clave de la cuentería, que por más que hayas contado el cuento cincuenta veces puedas vivirlo minuto a minuto para que suene como la primera vez. El objetivo del cuentero es que la historia llegue al público, que la audiencia pueda viajar a través de esa historia y para eso es muy importante poder "masticar" el cuento como si fuera la primera vez".

"Yo tuve un breve acercamiento con la cuentería en la adolescencia, en la escuela secundaria, a través de un taller con el maestro Juan Marcial Moreno. Y después de ese taller de un año tuve la ocasión de ver sus espectáculos de cuentería en Buenos Aires. Y hoy, a la distancia, ambas seguimos el trabajo de los cuenteros y cuenteras del mundo en las redes".

¿En qué se basan para elegir su repertorio?

María Eugenia, "Fitti" para sus amigos, nos habló de los libros que cuentan: "Nosotras, para elegir nuestro material nos basamos en lo que queremos decir, en por qué hacemos esto. Somos dos mujeres trabajadoras de la cultura. Y eso, aparte de ser un deseo y un disfrute, es una decisión política. Buscamos primero saber qué es lo que queremos transmitir con eso de contar cuentos y luego buscamos el material, especialmente entre las escritoras".

 "Nosotras hemos generado un amplio repertorio a través de los años. Tenemos cuentos de todo tipo y para todas las edades. Pero sí tenemos preferencias. Por empezar nos gusta trabajar con un público adulto, si bien tenemos también un repertorio infantil. Eso de poder generar un espacio de imaginación y escucha en los adultes, que son los que más han dejado esto atrás".

¿Cómo es la relación con el público?

"El feed back con el público es maravilloso. Siempre hemos tenido buena recepción. Algunos nos comentan cómo los hemos llevado a viajar por el tiempo. Siempre recuerdan que de chicos les contaban cuentos, que tenían algún familiar que lo hacía, se retrotraen a un momento de la vida en que todo era menos acelerado, sin tantos aparatos entre nosotres. Nos agradecen mucho por generar este tipo de encuentros. Con los niñes es otro espacio de disfrute. Ellos se conectan inmediatamente. Ellos se divierten y más que nada el trabajo con niñes y adolescentes tiene que ver con nuestro deseo de que no deje de existir el libro. Que también ellos, desde sus lugares, exijan que se les lea un libro, que ellos mismos puedan ir a buscar, a elegir un libro. La cuentería, la narración oral es buenísima para la promoción de la lectura, porque te acerca automáticamente a un cuento y te da ganas de ir a buscar el libro.

A los adolescentes también les encanta la cuentería, en especial los cuentos de terror. Ellos, si le gusta el cuento, van inmediatamente a buscar el libro. Es por ahí por donde va nuestro trabajo. Nuestra labor con niñes y adolescentes parte de nuestro deseo de que no muera el libro, de seguir promoviendo la lectura y también de ejercitar la escucha.

Por fortuna tenemos bastante público que nos sigue, que nos está preguntando cuándo hacemos presentaciones. Estamos contentas de que se nos invite a seguir adelante con nuestro trabajo. Si quieren contactarse con nosotras, estamos en Instagram como @cuenteras.sgo, ahí subimos material, videos, etc.", convocó la actriz María Eugenia Fittipaldi.

El género del terror

"Nuestro repertorio se fue perfilando hacia las letras de mujeres en general, luego a la de las mujeres santiagueñas en particular. Después también hicimos un recorte con el terror bastante grande. Si bien nuestro repertorio es variado, hay un gran porcentaje de literatura de terror porque es un género que nos gusta. Contamos textos de Diana Beláustegui. Creemos también que la literatura del terror, el arte en general y si lo atravesamos con el terror pasan otras cosas, ¿no? Nos ayuda a transformar. Y creemos que en la realidad encontramos muchas situaciones que son terroríficas. Creemos que hay monstruos que están a la vuelta de nuestra casa, que hay monstruos que ocupan lugares de poder. Prender el noticiero en la TV casi siempre es terrorífico. Y poder atravesarlo a través del arte, el terror es muy transformador, es más liviano transitar la realidad".  

"Nos interesa trabajar en eso. Nosotras atravesamos la pandemia y fue cuando nos preguntamos ¿por qué compartir literatura de terror? Porque es transformador y calmante. Y también el arte te permite conocerte, encontrar qué de eso que nos da miedo está dentro nuestro. Por eso elegimos el terror".

"Pero no sólo contamos cuentos de terror. También tenemos otro tipo de cuentos, otros géneros. Siempre buscamos que haya un mensaje de trasfondo, que pueda transmitir nuestra ideología del trabajo colectivo, de que la salida es colectiva y de que necesitamos vernos, escucharnos y sentirnos".

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