Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Opinión

La violencia se apodera de todos

Dr. Carlos Scaglione - Docente de la UNSE.

24/04/2025 11:05 Opinión
Escuchar:

La violencia se apodera de todos La violencia se apodera de todos

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

En canales de noticias y redes sociales se multiplican los videos que detallan gestos violentos. Los golpes, los insultos, las faltas de respeto y la negación del otro se convierten en el pan de cada día. Aunque los medios tienen la función de retratar el morbo y sumar visualizaciones, muestran lo real. La violencia ocurre a diario y afecta a humanos de carne y hueso. Situaciones que se podrían haber solucionado con un pedido de disculpas, culminan en relatos salvajes. A menudo, la gravedad escala tanto que los límites entre lo correcto y lo incorrecto se desplazan.

Alguien dobla sin poner el guiño y encierra al auto de atrás que lo quería pasar. Bocinazo de uno y de otro, hasta que el próximo semáforo los encuentra. Bajan las ventanillas, discuten, dejan sus coches y comienzan a golpearse. Lo mismo con motos, con bicis, con peatones; igual con los insultos en el negocio de barrio, en el supermercadito, en la escuela, en el trabajo. La violencia exacerbada esconde de manera subyacente una lógica de individualismo acérrimo, promovida por el capitalismo de esta época y capitalizada por el gobierno libertario.

También te puede interesar:

 "En un escenario de desigualdad estructural, cualquier cruce fortuito parece condensar conflictos mayores. Desde una maniobra con el auto o que no te cedan el paso, o bien, querer hablar de política. Enseguida, cualquier cosa, lo que sea, se mide en términos de River y Boca". La polarización no es solo territorio de la política, sino también de la cultura y de lo social. Las violencias cotidianas se potencian, asimismo, con el mundo digital. "Lo que pasa en las redes es violencia a secas. Se habilitó un modo de intersubjetividad que se relaciona con denostar al otro, gracias a lo incorpóreo o inmaterial de internet", . Como si la mediatización de las pantallas y el hecho de esconderse bajo un seudónimo fueran el mejor paraguas para esconder las inmoralidades.

Así la violencia se practica, se consume, se viraliza, se propaga y se instala en el sentido común. Cuando uno se quiere poner a reflexionar, son varias las capas que hay que desmontar. Para colmo, hubo un acontecimiento que subió el volumen al problema: la pandemia.

Aunque para los más optimistas la pandemia era una oportunidad para construir una mejor convivencia, el espejismo se esfumó rápidamente. El psicólogo Sergio Zabalza se enfoca en los efectos del confinamiento. "Para Lacan la puerta es el símbolo por excelencia, es el límite por el cual uno sale al mundo o se refugia, como la función paternal. La pandemia dejó la puerta cerrada; si ya no se abre y estamos encerrados, entonces no hay límites. Da lo mismo el adentro y el afuera; esto es la locura, el enloquecimiento". En concreto: "La pandemia fue una tragedia para todos".

No fue casual que buena parte de la gente se dejara conquistar por los gritos de un candidato que, desde lo discursivo, bregaba por la libertad en medio del encierro. las consecuencias gravísimas del retroceso de la inhibición generalizada que provocó la pandemia. El inhibido es aquel que no puede acceder a su deseo y en lugar de jugársela por ese deseo, agrede. Hay muchos chicos que padeciendo esta inhibición optaron por el candidato libertario".

Cinco años atrás, la pandemia también desempeñó un parteaguas: el grito de "libertad" frente al confinamiento motorizó la "rebeldía" y le dio sustento a la idea de salirse de las normas. La pregunta es: ¿cómo superar el 'sálvense quien pueda' y volver a pensar de manera colectiva en medio de tanta agresividad cotidiana?

El sociólogo del Conicet, Daniel Feierstein complementa las posturas anteriores. Desde un punto de vista sociológico, dice que uno de los problemas fue la confusión general sobre la que se construyó todo: creer que el sufrimiento enseñaba.

El intento gubernamental de cuidar a los argentinos se puso en tela de juicio. De esa manera, ante la ausencia de un Estado protector, primó la lógica de que cada quien haga lo que sea y que pase lo que tenga que pasar. "La base del discurso libertario va por ahí. Ellos dicen 'No aceptamos ninguna norma porque todos los límites son hipócritas'. Entonces cada uno está solo y debe arreglárselas solo ante la realidad que le toca. Como resultado se genera un alto nivel de violencia: si no hay normas, ni posibilidad de articular con otros, esa necesidad de enfrentarse solo al mundo genera que la respuesta violenta sea la única efectiva".

El diagnóstico es sencillo: las solidaridades están rotas y las propuestas colectivas no parecen entusiasmar como antaño. Más vale que este paisaje excede a Argentina: los grandes relatos adelgazaron varios kilos y las instituciones de referencia (el Estado, pero también el colegio, la familia, la iglesia y los partidos políticos) ya no aglutinan intereses comunes. Cada quien cuida su quinta y lo que pase alrededor, ya se verá más adelante.

El malestar social y cultural es el resultado de cada vez tener menos dinero para poder vivir una vida digna. El viejo axioma de que lo económico determina el resto sigue operando porque, a pesar del tiempo, conserva eficacia para describir la realidad. El segundo, tal vez más abstracto, refiere a que el capitalismo actual carga las tintas sobre un individualismo que se perfecciona hasta parecer la única forma posible de vivir en sociedad.

Reconstruir el tejido social, comunitario y colectivo llevará tiempo. Superar la polarización a todo nivel es una tarea titánica, que no solo es tarea de la política. Además, si los políticos en su gran mayoría enrolados a la derecha o ultraderecha no están para nada a la altura del desafío. Deberemos los ciudadanos tejer alianzas de convivencia que nos permitan creer de nuevo en la solidaridad.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy