Staff de limpieza, cocineros, doctores, enfermeras y operadores de ascensores prestarán juramento de secreto.
Cuál es la extrema sanción que enfrenta el personal del Vaticano si filtra información del cónclave Cuál es la extrema sanción que enfrenta el personal del Vaticano si filtra información del cónclave
Este miércoles dará inicio el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco tras su fallecimiento el pasado lunes 21 de abril. En este sentido, mientras se ultiman todos los detalles en el Vaticano, se conoció la dura sanción que enfrentaría el personal afectado, en caso de filtrar alguna información.
Esta medida afectaría al personal de limpieza de la Capilla Sixtina, a los cocineros, doctores, enfermeras, conductores y operadores de ascensores. Todos ellos deberán prestar juramento de secreto este lunes antes del cónclave.
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El castigo al que se enfrentan es la excomunión automática.
Todas estas personas estarán aisladas para estar disponibles para cualquier necesidad que requieran los 133 cardenales que se encargarán de elegir al sucesor de Francisco.
La toma de juramento de secreto se llevará a cabo en la capilla Paulina en el Vaticano para todos aquellos asignados al próximo cónclave, incluidos los clérigos en roles de apoyo y los confesores que hablan varios idiomas.
Los propios cardenales que participarán de la negociación prestarán su juramento el miércoles en la capilla Sixtina, antes de emitir sus primeros votos.
Cómo es el juramento que debe hacer el personal del Vaticano
San Juan Pablo II reescribió las normas sobre las elecciones papales en un documento de 1996 que sigue en gran medida en vigor, aunque el papa Benedicto XVI lo enmendó dos veces antes de renunciar en 2013. Él endureció el juramento de secreto, dejando claro que cualquiera que revele lo que sucedió dentro del cónclave enfrenta la excomunión automática.
En las reglas de Juan Pablo, la excomunión siempre fue una posibilidad, pero Benedicto revisó el juramento que toman los asistentes litúrgicos y secretarios para hacerlo explícito, diciendo que deben observar "secreto absoluto y perpetuo" y abstenerse explícitamente de usar cualquier dispositivo de grabación de audio o video.
"Prometo y juro que, a menos que reciba una facultad especial otorgada expresamente por el pontífice recién elegido o por sus sucesores, observaré absoluto y perpetuo secreto con todos los que no formen parte del Colegio de Cardenales electores en relación con todos los asuntos directa o indirectamente relacionados con los votos emitidos y su escrutinio para la elección del Sumo Pontífice", comienza el juramento.
Luego, agregan: "Del mismo modo, prometo y juro abstenerme de usar cualquier equipo de audio o video capaz de grabar cualquier cosa que ocurra durante el período de la elección dentro de la Ciudad del Vaticano, y en particular cualquier cosa que de alguna manera, directa o indirectamente, esté relacionada con el proceso de la elección misma".
Por último, cierran: "Tomo este juramento plenamente consciente de que una infracción del mismo incurrirá en la pena de excomunión automática reservada a la Sede Apostólica. Que Dios y estos Santos Evangelios, que toco con mi mano, me ayuden".








