Un millonario japonés, conocido por sus escándalos y excentricidades, cayó muerto en su cama.
Salió con 4.000 mujeres y murió asesinado por su esposa de 22 años a los 77 Salió con 4.000 mujeres y murió asesinado por su esposa de 22 años a los 77
Un millonario de 77 años, conocido por sus escándalos, excentricidades y su autobiografía repleta de conquistas sexuales, cayó muerto en su cama. Esto ocurrió en la noche del 24 de mayo de 2018, en la tranquila ciudad costera de Tanabe, Japón.
Se trata de Kosuke Nozaki, quien horas antes había cenado con su esposa, 52 años menor que él. Dieciocho días antes, su perrita Ebe también había muerto, sin causa aparente. Nadie imaginaba entonces que ambos habían sido víctimas del mismo veneno.
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Para muchos japoneses, era un personaje de culto. Dueño de una fortuna construida a fuerza de usura, ventas puerta a puerta y negocios inmobiliarios, había escrito un libro que lo convirtió en celebridad: Don Juan de Kishu.
En él relataba sin filtro que había salido con más de 4.000 mujeres y gastado 18 millones de euros en lo que él llamaba "servicios cariñosos". En una de sus frases más memorables, aseguraba: "No me interesan los autos ni tampoco las casas. En cambio, tengo un deseo sin límites de mantener relaciones sexuales con bellas mujeres".
Tanabe, donde nació y murió, es una pequeña ciudad turística de 70.000 habitantes, conocida por el sendero sagrado Kumano Kodo y por su vida nocturna. Ahí creció Nozaki, hijo de comerciantes de sake y tercero de siete hermanos.
En 2017, con 76 años, creyó que finalmente había encontrado algo distinto. Conoció a Saki Sudo, una joven de 22 años que, según su entorno, lo enamoró por completo.
Nozaki la presentó públicamente como "el amor de su vida". La relación se formalizó en octubre de ese año. A pesar de la diferencia de edad, él se mostraba orgulloso. Saki, bella y reservada, parecía corresponder.
El 6 de mayo de 2018, la mascota de Nozaki, una perra llamada Ebe que contaba con chef personal y cuidados veterinarios constantes, murió de forma repentina. No se investigó su muerte.
Menos de tres semanas después, fue Nozaki quien falleció tras cenar junto a Saki. En su organismo se encontró una dosis letal de una sustancia altamente tóxica: sulfuro de sodio, un químico no comúnmente encontrado en el hogar. El mismo veneno había matado a la perrita.
Las autoridades empezaron a sospechar de inmediato de Saki. Según los fiscales, tenía un móvil evidente: era la heredera principal de la fortuna de Nozaki. Además, alegaron que solo ella habría podido inducirlo a ingerir los estimulantes.
Otro punto clave fue el hallazgo en su celular de búsquedas como "sobredosis de estimulantes" y "crimen perfecto", realizadas antes de la muerte. También se reveló que había contacta








