Dos situaciones peligrosas pero con características y riesgos diferentes.
Escape de gas y monóxido de carbono: cuáles son las diferencias y cómo detectarlos Escape de gas y monóxido de carbono: cuáles son las diferencias y cómo detectarlos
En los hogares donde se utilizan gas natural o envasado para cocinar, calefaccionar o calentar agua, es fundamental distinguir entre un escape de gas y una fuga de monóxido de carbono (CO), dos situaciones peligrosas pero con características y riesgos diferentes.
¿Qué es un escape de gas?
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Un escape o fuga de gas se produce cuando el gas natural o envasado se escapa por alguna rotura, desconexión o mal estado de las cañerías, artefactos o conexiones.
El gas utilizado en los hogares es incoloro e inodoro por naturaleza, pero se le añade un odorante (usualmente un compuesto sulfurado) para poder detectarlo fácilmente.
Síntomas y señales de un escape de gas
-Olor fuerte y característico a huevo podrido: gracias al odorante agregado.
-Silbidos o sonidos inusuales en las tuberías.
-Sensación de mareo, náuseas, dolor de cabeza o irritación en ojos y garganta en personas expuestas.
-Peligro de explosiones o incendios si se enciende una llama o chispa cerca del lugar de la fuga.
¿Qué es el monóxido de carbono?
El monóxido de carbono es un gas tóxico, invisible e inodoro, que se genera por la combustión incompleta de combustibles como gas, leña o carbón. A diferencia del escape de gas, el CO no se puede detectar por el olfato.
Síntomas de intoxicación por monóxido de carbono
-Dolor de cabeza persistente y mareos.
-Náuseas, debilidad y vómitos.
-Confusión mental y dificultad para respirar.
-En casos graves, pérdida de conciencia o muerte.








