Encañonaron a la dueña y empleadas de supermercado y robaron $2.300.000

Una comerciante vivió un dramático momento cuando se encontraba en su supermercado, ubicado sobre calle Lules, entre Alta Gracia y Sol del Oeste del Bº General Oeste, y tres delincuentes ingresaron armados fingiendo ser clientes y se llevaron un millonario botín.

El violento atraco se registró cerca de las 21.45, según consta en la denuncia que realizó Guo Xiaoyan —de 38 años, residente en el barrio Mariano Moreno— ante los efectivos de la Comisaría Quinta.

La comerciante china sostuvo que se hallaba en su puesto de cajera y los últimos clientes se encontraban próximos a salir, cuando aparecieron tres sujetos y uno de ellos se acercó a una de sus empleadas que estaba en la otra caja y le preguntó dónde estaban las sodas.

Allí Fernanda —la empleada en cuestión, de 32 años— le contestó que estaban en las heladeras ubicadas al fondo del local. En ese momento dos de los delincuentes se dirigieron hasta ese sector, mientras que el otro quedó a pocos metros de la puerta.

Unos minutos más tarde, los maleantes regresaron hasta el sector de las cajas. Uno de ellos colocó una botella de soda sobre el mostrador y cuando Fernanda quiso cobrarle, el supuesto cliente metió la mano en el bolsillo y sacó un revólver.

Siempre en función de la denuncia, el delincuente le pidió que entregara todo el dinero de la caja mientras que sus cómplices redujeron a la dueña y el otro se acercó hasta donde estaba la otra empleada —llamada Patricia—que en ese momento estaba reponiendo mercadería.

Ante la violencia con la que hablaban los delincuentes, Fernanda se asustó e intentó sacar su celular. El maleante —mientras le apuntaba a la cabeza— la despojó del aparato. Sus cómplices hicieron lo mismo con Guo y Patricia.

Mientras uno de los ladrones se apoderaba de bebidas con alcohol —botellas de cervezas, fernet y bebidas blancas— otro de ellos se acercó a la dueña y apoyándole el arma en la cabeza le exigió que entregara toda la plata.

Por temor a que los delincuentes las lastimaran, la comerciante hizo entrega de 2.300.000 pesos. Los asaltantes —para evitar que pidieran ayuda— les arrebataron las llaves de sus vehículos y para que circunstanciales testigos no los descubrieran les quitaron las camperas para cubrirse.

La damnificada explicó que los delincuentes huyeron llevándose la plata dentro de las cajas registradoras y en una cartera negra de su propiedad.

Las mujeres permanecieron dentro del supermercado por unos minutos y luego salieron a pedir ayuda a la calle y fue cuando notaron que los delincuentes se subían a un automóvil afectado a una empresa de remises.

Ante los gritos de la empleada, los vecinos salieron tras el rodado —un Chevrolet Corsa Classic— pero lo perdieron de vista cuando ingresó al barrio Borges. La comerciante entregó a los uniformados los DVR con las grabaciones de las cámaras internas y externas.

La policía, al tomar conocimiento del hecho, se comunicó con la fiscal de turno —Dra. Natalia Malachevsky— quien ordenó que Criminalística, la División Robo y Hurto, y la Brigada de Investigaciones se hicieran cargo de las averiguaciones para identificar a los delincuentes.

Bajo las órdenes de la representante del MPF, al cierre de la presente edición los investigadores analizaban las imágenes captadas por las cámaras de seguridad para lograr identificar a los delincuentes.

También tendrían la chapa patente del auto en el que se fugaron.