Enfermero Ábalos será indagado el lunes por el caso del fallido "hurto" de fentanilo en La Banda

La Justicia de La Banda indagará este lunes al enfermero Walter Gabriel Ábalos, de Cervantes y Antenor Álvarez de La Banda, apresado por el presunto "afer con el Fentanilo", mientras aguarda evolucione de una luxación de cadera que forzó ayer a su internación.

Cinco días después de abortarse la entrega de diez ampollas de Fentanilo, en un centro de salud bandeño, el fiscal Hugo Herrera apresó a Ábalos, a quien un camillero atribuyó haberlo enviado a pedir el potente fármaco opiáceo sintético y advertirse que el escrito tenía la firma falsa de una médica, no así el sello que habría sido sustraído y reintegrado, sin que lo notara.

A contrarreloj, los policías del Departamento Delitos Económicos allanaron tres propiedades ligadas a Ábalos. "Hemos secuestrado muchas ampollas de Fentanilo y recetas en blanco, algunas con sellos", confió un alto funcionario.

Por el lado de Ábalos, el hombre fue llevado ayer, temprano, al Hospital Regional; luego al Cis Banda y después alojado en la Seccional 14. Todo indica que será indagado este lunes y lo asistirá la abogada Melisa Slamich.

El entorno del enfermero indicó que presentaría dos intervenciones quirúrgicas de cadera, pero luce prudente ante el escándalo con las diez ampollas de Fentanilo. Desde ese panorama, la defensa iría por el arresto domiciliario.

La investigación

Puertas afuera, trascendió que el revuelo es intenso en el centro de salud y que desfilaron declarando enfermeros y, dos veces, la cabeza de Terapia Intensiva. El fiscal desea certezas si se trató de una maniobra aislada, continuidad de otras, una "avivada", o bien hay más personas detrás de Ábalos.

Tan desconcertante la motivación, como ingenuo el modus operandi, de los testimonios se desprende que el sábado pasado el camillero fue a Terapia Intensiva por diez ampollas, dejando de lado todo el protocolo. Cuando una enfermera tomó fotos al "papel", el "chasqui" (enviado) pidió el reintegro de la orden.

Un "turbio", secreto a voces

Para entonces, en la perspectiva del grupo de enfermeros "había un turbio". Y ahora, el fiscal Herrera quiere aprovechar la embestida y que todos "hablen", porque una decena de empleados deslizó -por un grupo de whatsapp- que los "entongues" (medidas irregulares) no serían nuevos.

Como la caída de Ábalos causó un cimbronazo, ahora los policías volvieron al centro damnificado. Y nadie quiere aparecer en la foto con el enfermero, ni pecar de encubrirlo, por lógica decantación muchos desfilan por Delitos Económicos con noticias nuevas, o bien más piezas que posibiliten el entramado del rompecabezas.

Por los secuestros, abren una información sumaria para determinar existencia de otros delitos

En forma anexa a la falsificación, la Fiscalía habría abierto ayer "una información sumaria para determinar otros delitos en virtud de los secuestros"

Vale reiterar que en casa de Ábalos habrían incautado Fentanilo, recetas en blanco y algunas selladas. Ello anoche hacía ruido en los investigadores, lo cual dejaría abierta la posibilidad de una nueva imputación al detenido: "Falsificación de documentos en general en perjuicio del personal de salud", sería el cargo, pero es probable también adosarle "hurto".

Como sea, por estas horas Ábalos intuye que el mejor pasaporte hacia una pronta libertad sería colaborar, aún cuando ello implique entregar a los otros individuos que habrían colaborado en la larga cadena de favores.

En ese tire y afloje anoche pendía su tranquilidad. Por una vía giraba su relación personal y, por otro, la estrategia defensiva a ser puesta en marcha desde el lunes, confió al cierre un investigador.

Pericias

Sin perder tiempo, el fiscal se aprestaba anoche a entregar a los expertos el análisis del documento, con la firma falsificada de la médica, quien no titubeó y acudió rápido a estampar su firma en la denuncia.

Conclusión, en la medianoche sopesaba el grupo humano resuelto en prender el ventilador caiga quien caiga, sin perder de vista, al mismo tiempo, que el Fentanilo puede arrastrar a muchas personas, trasladando la mirada indiscreta policial a otros presuntos frentes no tan legales, graficó un vocero.