María Esther Santillán se despidió ayer de su "labor" en el Derecho, al ser alojada en Alcaidía de El Rincón. Su trayectoria a contrapelo de la Ley.
Falsa abogada deja 48 estafados y es condenada a 3 años de prisión efectiva Falsa abogada deja 48 estafados y es condenada a 3 años de prisión efectiva
Cinco años después de presentarse en el universo judicial santiagueño como abogada, sin haber pasado jamás por la universidad, una mujer fue condenada ayer a tres años de prisión efectiva, al ser hallada responsable de perpetrar medio centenar de estafas.
La pena recayó en contra de María Esther Santillán, 56, quien puede ser todo, menos una persona carente de "imaginación". Embaucó a las 48 víctimas, presentándose como abogada, asistente social, sobrina de un juez, vendedora de autos, motos, camiones, camionetas en depósito judicial, gestora del Anses, pensiones por discapacidad, módulos habitacionales, etc.

Según el proceso de la fiscal, María Alejandra Holgado (foto), Santillán destinó sus mejores energías en estafar a Rita Pamela Salvatierra, Geraldine Robles, Adrián Sierre, Gustavo Maguna, Verónica Juárez, Cintia Galván, Osvaldo Chávez, Ángel Gallo, Iván Sarría, Rubén Abregú, Cristina Cáceres, Tamara Tamer y Luis Banegas, entre muchos otros del extenso pelotón.

Santillán fue detenida el pasado 26 de marzo, tras la denuncia de una ama de casa (35), del Bº Centro (Rita Pamela Salvatierra), quien informó que la condenada se hizo pasar por M. Azar y así le sacó $ 350.000 con una causa en un Juzgado de Familia.
No por falto de originalidad, su modus operandi adolecía de efectividad. Captaba a sus clientes con identidad falsa. Les pedía dinero, desaparecía y si la descubrían en su escondite, los amenazaba de muerte. Su planilla de antecedentes delataba denuncias por estafa desde el 2015: era un "trabajadora" polirrubro, decía que era gestora de la Anses y/o asistente social, valiéndose de títulos y nombres falsos.
La mayor cantidad de víctimas la consiguió en la pandemia cuando la acusada alardeaba de gestionar trámites aprovechando la cuarentena y las escasas actividades en el confinamiento.
A la última víctima, la supuesta abogada le enviaba fotografías de sus hijos y le decía: "Yo sé a qué colegio va tu hijo, en qué vereda juega. Te voy a borrar la sonrisa cuando le pase con el auto por encima" ". Era tan "conocida" como abogada, que ingresaba a todos lados y la misma policía la creía abogada", enfatizó Holgado.
Sin más vueltas, la jueza de Control y Garantías, Luciana Oyola (foto), homologó el acuerdo y Santillán dejó el Juzgado de La Banda esposada y con una condena de cumplimiento efectivo.









