Por Antonio V. Castiglione, presidente del Instituto Belgraniano de La Banda.
Belgrano y el éxodo jujeño: la situación y sus implicancias Belgrano y el éxodo jujeño: la situación y sus implicancias
La situación: Los triunfos de Huaqui y Sipe Sipe (1811), permitieron a los realistas tomar Cochabamba y asegurar el Alto Perú. El Gral. Tristán, se lanzó sobre Jujuy y Salta, con 2.000 infantes, más 1.200 de caballería y 10 cañones. Sin perjuicio de ello, el Gral. Goyeneche conservó 4.000 soldados en Potosí. Los planes españoles preveían refuerzos a Vigodet, gobernador de Montevideo, más un acuerdo con la regenta Carlota de Brasil, quien prometió el apoyo de un ejército portugués de 5.000 hombres, que secundaría el ataque realista contra Buenos Aires y sofocar la incipiente revolución de Mayo. Contaban además, con que llegado el momento, los 10.000 españoles que habitaban Bs. As. también apoyarían. La ocasión parecía propicia para invadir.
El 1º Triunvirato designó a Belgrano: Tras la renuncia de Pueyrredón, se designó como nuevo jefe del Ejército al Gral. Belgrano, a quien se ordenó dejara Rosario y trasladara al Norte de inmediato, arribando a Yatasto el 3/4/1812.
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Para entonces, en 1810 y 1811, Belgrano ya había conocido los sinsabores de las rivalidades internas en el seno de la 1ª Junta, la resistencia militar e ideológica de Asunción, la anarquía en la Banda Oriental, las reprimendas del 1º Triunvirato y encima las ingratitudes porteñas para con él.
Al asumir, su primera proclama fue prometer a los jujeños asistirlos en su defensa.
Las instrucciones precisas recibidas por este nuevo Jefe, era reorganizar el ejército y si avanzaban las tropas realistas y no los podía enfrentar, retirarse hasta Córdoba o Tucumán.
En un primer momento, se hizo el propósito de reconcentrar sus tropas, dejar una vanguardia que hostilice al ejército invasor, y abandonar Jujuy, Salta y Tucumán, como le habían ordenado. Belgrano procedió a solicitar ayuda en la provisión de auxilios tanto al Triunvirato como a las ciudades del NOA.
El ejército: Cuando Belgrano se hizo cargo, era un grupo de hombres desarrapados, desarmados y mal alimentados. De los 1.000 soldados sobrevivientes, 500 estaban heridos o enfermos con paludismo. Su armamento consistía en 600 fusiles, con 25 balas para cada uno y sin cañones. Carecía del apoyo decidido y franco del pueblo, sin auxilio de Buenos Aires, y abandonado a su propia suerte y esfuerzos. Los porteños con su atención exclusiva en Montevideo, habían olvidado casi por completo la guerra en el Alto Perú.
Según Mitre, "el mando del Ejército del Norte no era de ambicionar: falto de hombres, de armas y de dinero, y con la ardua misión de contener un ejército triunfante, cuatro veces más numeroso, era difícil encontrar un general que tuviera la resolución de aceptar una responsabilidad tan seria. Pero Belgrano era el hombre del sacrificio y del deber, así es que aún cuando se hallaba seriamente enfermo, no trepidó en aceptar el nuevo puesto que se le encomendaba".
Jugaban en contra los españoles residentes en Salta y Jujuy, donde habitaban muchas familias realistas y adversarias de la revolución, espías y delatores, que informaban permanentemente a los realistas sobre las novedades patriotas. Ellos trabajaban sobre el espíritu de la gente indisponiéndolos, para que ocultaran recursos, le vendiesen cabalgaduras ariscas e inútiles para el servicio. Alguna gente huía con sus criados a los bosques, ocultándose allí, con tal de no servir al ejército de la Patria.
Belgrano contó con cuatro meses que le dejaron en paz los invasores. Con sus decisiones, el campamento jujeño tomó nueva fisonomía y vigor militar. Un plan de reclutamiento, adiestramiento de infantería y artillería, organización del parque y maestranza, asesorado por el militar, barón Holmberg, experimentado en guerras europeas, cuyos consejos fueron decisivos y provechosos. Mejoró el armamento, fundió cañones y dio lecciones militares. Consiguió el aporte de 240 nuevos soldados de Salta. Gente aristocrática salteña concurrió con sus criados de servicio; el anciano Cnel. Figueroa se apersonó con catorce de sus esclavos, y el teniente gobernador de Salta, convocó milicias desde 100 leguas en tiempo récord y remitió unos 500 hombres.

Otro problema de Belgrano fue de los desertores. Dispuso graves penas para los que abrigaran o les dieran auxilio, o inspiraran a hacerlo. Y todo hombre útil que no tuviere actividad u oficio, debían serles remitidos.
Recursos: Las arcas de Salta y Jujuy estaban exhaustas. Se ordenó una contribución forzosa por 20.000 pesos a los residentes españoles de Salta. Sabedor de ella, en represalia y como contrapartida, Goyeneche ordenó la confiscación de todos los efectos existentes en el Alto Perú, que pertenecían a comerciantes rioplatenses.
Juramento de la bandera: El 25/5/1812, Belgrano presentó su bandera en la iglesia de Jujuy, la hizo bendecir por J.I. Gorriti y jurar por sus soldados. Dispuso se festejara con actos públicos el II aniversario de la Revolución de Mayo.
Bando del 14/7/1812: Convocó a los ciudadanos de Jujuy, de entre 16 y 35 años, formando con ellos un cuerpo de caballería. Los casados quedaron exceptuados, pero formarían un cuerpo de guardia cívica. Obviamente había consciencia de que ese limitado ejército no estaba en condiciones de enfrentar al poderoso ejército invasor y que la única solución militar sería una retirada. El 29 de julio las tropas realistas de Tristán, partieron de Suipacha hacia Jujuy.
Orden del Triunvirato: Belgrano recibió una orden del Triunvirato, consistente en abandonar Jujuy y replegarse hacia el Sur. Ante la imposibilidad de poder enfrentar al invasor, decidió llevar a cabo el denominado "Éxodo Jujeño", que consistía en que el ejército se retiraría junto a todos sus habitantes, debiendo destruirse los sembradíos que no se pudieren recogerse y llevarse consigo a todos sus animales, de modo que el enemigo no encuentre ni agua ni comida, de privar al enemigo de todo recurso que le resultase de alguna utilidad. Los ganados deberían ser arreados y tampoco debían dejarse objetos de hierro ni efectos mercantiles. Dio orden de evacuar el territorio, llevándose los archivos del Cabildo, armamentos y hasta los vasos sagrados de las iglesias. Sabía que las tropas de Tristán arribarían muertas de hambre y sed, y se proponía no dejarles nada.
Resistencias: Ciertamente que tamaña decisión encontró resistencias, especialmente de los habitantes más pudientes, que se apresuraron a presionar a las autoridades porteñas para que Belgrano no fuere tan estricto. Tanto que consiguieron que el Triunvirato le enviara una advertencia en la que le hacía saber que la orden dispuesta era muy dura, a la vez que le prevenían que en caso de marchar hacia Tucumán, no debía obligar a ninguna familia a abandonar su hogar, respetando las propiedades e intereses.
El Bando del 29/7 hizo estremecer a la sociedad de Jujuy. Atento a que por estimar los correos enviados a Bs. As. no llegarían a tiempo, Sánchez de Bustamante, del Cabildo jujeño, solicitó encarecidamente a Belgrano que modificara el mismo, explicando la situación de ancianos, enfermos, niños, inválidos, desamparados y mujeres. De igual modo el salteño. Y ofrecían contribuciones para atenuar las severas disposiciones tomadas.
Como los jujeños recibieron garantías de los realistas de respetar sus propiedades y la continuidad de sus negocios, varios optaron por esconderse a la espera de Tristán.
Los jujeños mayoritariamente entendieron y acataron esa exigencia, sea por temor a las tropas realistas o por adhesión a la causa americana, mientras que las clases bajas se plegaron al éxodo de inmediato y sin necesidad de compulsión alguna. Los vecinos pudientes se demoraron más en cumplir, a la vez que requirieron carretas para transportar sus bienes. Consiguió que la gente le prestara su cooperación en esos momentos críticos. Las mujeres ayudaron en animar a los hombres. Postergó la hora de la retirada hasta último momento para emprenderla, pretendiendo no dar muestras de debilidad, ni dejar pasar la oportunidad que pudiere brindarle el adversario, al incurrir en algún error.
En esta operación había que llevar a toda la población local, entre la cual se encontraban incluidas familias comprometidas con la Revolución como peninsulares desafectos para con ella. Tanto que muchos fueron aprehendidos y conducidos por la fuerza.
El pueblo respondió ampliamente a Belgrano y así él lo reconoció "Jujuy se ha singularizado con el ejército que mando". Y agregaba "el único camino posible para dar confianza a los pueblos, devolver a los hombres su esperanza, es proceder con humanidad y con justicia Debe evitarse que se sacrifiquen unos por conservar las comodidades de otros, siendo recíprocas y comunes las obligaciones sociales".
La actitud indiferente del pueblo de la región, comenzó a cambiar a partir del éxodo jujeño. No así la sociedad de recursos y el alto clero, que siguió siendo hostil a la revolución, aún en tiempos de Güemes. Tal actitud se hizo más evidente, a partir de la orden de abandonar Jujuy y destruir todo lo que pudiera resultar de utilidad al enemigo. Tal extrema decisión afectaba especialmente a los sectores pudientes de aquella sociedad.
Mientras, en la parte militar, el jefe patriota envió a sus voluntarios jujeños a Humahuaca, pueblo que estaba situado en el centro de la quebrada por la que necesariamente debía cruzarse, para con ello tratar de demorar lo más que se pudiera el ingreso de los realistas y al mismo tiempo cubrir la retaguardia del éxodo. Era una avanzada formada por unos 200 a 300 hombres, bien montados, bajo las órdenes de Díaz Vélez, que tenía como propósito aparecérsele al invasor por los flancos y hostilizarlo tanto y al máximo como pudiera.
Ejecución del éxodo: La columna de Díaz Vélez fue obligada a retirarse, ante los avances de la vanguardia española, que llegaba a Humahuaca. Como la evacuación en carretas tiradas por bueyes, caballos y mulas, sería lenta y debía agilitarse ante la proximidad de los realistas, Belgrano ordenó abandonar Jujuy los primeros días de agosto (1812). El día 20 apuró el traslado, el 22 impartió la orden definitiva, y el 23 a las cinco de la tarde lo concretó totalmente. El ejército se retiró de la ciudad y no quedó absolutamente nadie en ella, quedando la ciudad y alrededores cubiertos por un negro velo de humo y cenizas. Belgrano fue el último en partir de la ciudad a la medianoche, alcanzando a sus tropas a las tres de la mañana. El pueblo jujeño, en su máximo sacrificio, acompañó a las fuerzas patriotas. Fue una epopeya única en nuestra historia. Del éxodo participaron aproximadamente unas 1.500 personas, de un total de 3.000 con que contaba la ciudad. Su pueblo, al igual que el del resto del antiguo Virreinato, estaba dividido entre los patriotas y los leales al rey.
Las tropas realistas ingresaron en Jujuy, el 24 de agosto, donde no encontraron a nadie, por lo decidieron continuar hacia el Sur.

La gruesa columna de carretas y personal civil, cubrió los 250 kilómetros hasta el río Pasaje en cinco jornadas, lo que fue sin dudas un rendimiento excepcional, gracias a la férrea disciplina que impuso el General. En las orillas de ese río, Belgrano dejó soldados. El 30 de agosto, desde la costa del río Pasaje, la retirada se iba realizando ya con el adversario a la vista.
Cuando Belgrano salió de Jujuy, en lugar de tomar el Camino de las Postas, que llevaba directamente hacia San M. de Tucumán, tomó el camino de las Carretas (o del Palomar), que conducía directamente a Sgo. del Estero, pasando por Burruyacu, al N.E. de Tucumán. Le hizo creer a Tristán que cumpliría con la orden de retirarse directamente hacia Córdoba. Para entonces, las tropas españolas habían entrado a la ciudad de Salta.
Belgrano era consciente de que en la llanura santiagueña no podría enfrentar al ejército español y por eso optó por la geografía tucumana, pegada al cordón del Aconquija, con muchos pliegues, serranías, ríos, bosques, de modo que optó por esperarlo en "Campo de las Carreras". Allí fue su "desobediencia histórica", que salvó a la Revolución de Mayo.
Implicancias del éxodo jujeño: El éxodo jujeño fue una verdadera gesta patriótica para la historia argentina y significó un hecho clave en la lucha por la emancipación ya que gracias a este estratégico movimiento militar, se logró la importante victoria en Tucumán, el 24/9/1812 y también se salvó no sólo la revolución argentina, sino que puede decirse que contribuyó de manera directa y eficaz al triunfo de la independencia americana (Mitre).
En la conducción del mismo, se aprecia a un Belgrano extraordinario y superlativo. No vemos en este capítulo al abogado inteligente, al hombre que importó las ideas de la revolución francesa, ni el de las sugerencias de mejoras en la educación, el comercio, la libertad de prensa, la industria, la agricultura. Aquí vemos al Belgrano en su aspecto militar, que debe reorganizar un ejército maltrecho, sin recursos y con tantas limitaciones (de su salud, económicas, políticas), aunque también al humanista, que comprende los alcances del sacrificio que impuso a un pueblo y le hizo comprender que debían aceptarlo. Aquí vemos a un general conduciendo un ejército y una acción militar, frente a un enemigo poderoso que lo doblegaba en fuerzas.
El liderazgo de Belgrano fue toda una proeza militar, tras dejar Jujuy el 23 de agosto e iniciando su lucha utilizando -por primera y única vez en la Historia Argentina- la estrategia de "tierra arrasada". Con muchas dificultades consiguió que el pueblo lo siguiera sin titubeos, lo que fue un pre-anuncio del éxito de las batallas próximas. Belgrano logró el fin que se había propuesto, pero gracias al sacrificio realizado por el pueblo de Jujuy.
En el éxodo sintió vinculado su destino con el del pueblo que él sacrificaba. Sin aquel esfuerzo doloroso y supremo, no hubiera luego ganado la batalla de Tucumán, que es su mayor gloria. Ni que hubiera obtenido, sin Tucumán, la siguiente victoria de Salta (Rojas).
Y en las fiestas de Mayo, tras su regreso vencedor a Jujuy, y con los jujeños del éxodo, honró a la ciudad sacrificada con una escuela, fundada con el premio que se le otorgó por sus victorias (al igual que Sgo. del Estero), más su bandera de nuestra Libertad Civil.








