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EL LIBERAL . Santiago

¿Cómo influye el exceso de consumo de alcohol en nuestra salud ocular?

Por el Dr. Ricardo Passone.

25/08/2025 01:00 Santiago
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Cada fin de semana es una oportunidad para los reencuentros, cenas y seguramente algún brindis. Es importante celebrar, pero lo más importante es saber hasta dónde se puede llegar y conocer los efectos que el alcohol puede tener en la vista. Un consumo moderado de alcohol no tiene por qué provocar problemas visuales, sin embargo, un consumo excesivo de alcohol sí puede afectar a tu salud visual de diferentes formas, que son precisamente las que abordamos en este artículo.

Alcohol y salud visual

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En la Argentina, el consumo de alcohol es alto, ubicándose en el primer lugar y superando incluso a Brasil. El consumo de alcohol puro per cápita es de alrededor de 8 litros por año, con la cerveza como la bebida más popular. Sin embargo, es importante destacar el aumento del consumo problemático, especialmente entre jóvenes, y los riesgos asociados.

Es crucial promover la concientización sobre los riesgos del consumo de alcohol, especialmente entre jóvenes, y fomentar hábitos de consumo responsable

El consumo excesivo de alcohol puede contribuir a generar o empeorar enfermedades visuales.

Estos son los efectos más frecuentes:

Diplopía (visión doble). Es uno de los efectos más conocidos del consumo excesivo de alcohol y que todos podemos ver en las viñetas de los cómics y consiste en que las imágenes se ven dobles.

Visión borrosa. El etanol presente en el alcohol puede actuar como detergente de la capa lipídica de la película lagrimal, generando visión borrosa, además afecta a nuestra visión periférica, que es la que nos permite detectar objetos a nuestro alrededor, sin tener que mover los ojos o girar la cabeza. Si se altera la visión periférica, se experimenta lo que se conoce como visión en túnel, visión doble y una reacción más lenta de las pupilas.

A todo esto, hay que añadirle el hecho de que conducir bajo los efectos del alcohol es, además de ilegal, tremendamente peligroso, ya que tenemos las alteraciones visuales, unos reflejos mucho más retardados, medimos mal las distancias y nos cuesta identificar objetos y colores.

Conducir bajo los efectos del alcohol es peligroso porque produce alteraciones visuales, un retraso en los reflejos, errónea medición de las distancias y dificultad para identificar objetos y colores.

Sequedad ocular. El alcohol provoca deshidratación y por lo tanto va a provocar una disminución de la producción de lágrimas que puede desencadenar la aparición o el empeoramiento de un ojo seco previo. Por eso es importante hidratarse con agua entre copa y copa y usar lágrimas artificiales. Además, si somos portadores de lentes de contacto, utilizar lágrimas artificiales y evitar el dormir con ellas para evitar posibles úlceras e incluso infecciones que pueden llegar a ser graves.

Bolsas en los ojos. El consumo de alcohol puede deteriorar la calidad del sueño, la respiración y provocar insomnio, que provoque que no descansemos bien y que se nos marquen mucho más las bolsas en los ojos produciéndose la imagen del paciente con la mirada cansada y apagada típica.

Ojos rojos. El consumo excesivo de alcohol reduce el oxígeno en los glóbulos rojos y produce una dilatación de los vasos sanguíneos conjuntivales, lo que hace que fluya más sangre a través de ellos y los ojos aparezcan hiperémicos y enrojecidos.

Tics en el ojo (mioquimias). Los tics en el ojo o contracciones involuntarias sucesivas y rítmicas se pueden producir o exacerbar también por el consumo excesivo de alcohol.

Dificultad para percibir los colores. Otra de las consecuencias del consumo excesivo de alcohol es la presencia de cierta dificultad para la percepción de los colores, para adaptarse a los cambios de iluminación debido a que la reacción pupilar se hace más lenta y provoca que percibamos halos alrededor de los objetos luminosos.

Neuropatía óptica. El consumo excesivo de alcohol produce una neuropatía que puede provocar una disminución progresiva e irreversible y esta situación empeora cuando le añadimos el tabaquismo (síndrome tabáquico-alcohólico). Este exceso de alcohol produce déficit de nutrientes y vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B12) fundamentales para el mantenimiento del nervio óptico. Por esta razón, si el consumo es mantenido en el tiempo, puede provocar una neuropatía óptica tóxica que, si no se corrige a tiempo, es irreversible. Se produce en estos casos una pérdida de visión progresiva e indolora con una borrosidad central y además suele ser bilateral y acompañada de una alteración de la visión de los colores (discromatopsia) que predomina en el eje rojo-verde. A veces, la pérdida de agudeza visual es muy severa y con frecuencia bilateral, aunque en las fases iniciales puede haber cierta asimetría y predominar la alteración visual en uno de los ojos.

El examen del fondo de ojo en las fases iniciales suele ser normal, pero tras un intervalo de tiempo variable, el nervio óptico (las papilas) van evolucionando progresivamente hasta presentar una palidez (color blanquecino) pudiendo llegar a producirse una atrofia total del nervio óptico, con pérdida visual permanente e irreversible.

Fotofobia. Con el consumo de alcohol se produce una mayor sensibilidad a la luz, problemas de acomodación y convergencia sobre todo cuando hay cambios repentinos de iluminación.

Cataratas. La ingesta extensiva de alcohol se relaciona también con un mayor riesgo de cataratas, lo que conlleva una pérdida de transparencia del cristalino y la necesidad de una intervención quirúrgica para recuperar la agudeza visual previa.

Degeneración macular asociada a la edad (DMAE). El abuso del alcohol es un factor de riesgo de degeneración macular, una lesión grave que daña la mácula, parte de la retina responsable de la visión central. Con el tiempo, la pérdida de la visión central puede interferir en las actividades cotidianas, como la capacidad de leer, conducir y ver las caras de las personas con claridad. 

Un estudio recientemente publicado en el Current Eye Research 1 evalúa siete estudios sobre la relación entre el consumo de alcohol y la DMAE. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el consumo de alcohol de moderado a elevado, se relacionaba con una mayor incidencia de DMAE temprana, en comparación con las personas que no bebían o que lo hacían ocasionalmente.

A modo de conclusión, recuerda: celebrar con algún brindis es importante pero más lo es celebrar tu salud, por eso busca siempre el equilibrio con un consumo responsable de bebidas alcohólicas.

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